Transportistas de Granada: «El sector está unido, la huelga va a seguir»
Cuatro trabajadores explican sus motivos para protestar y auguran que más gremios se unirán para luchar por una causa justa
Javier López decidió bajarse del camión. Estaba harto de las jornadas maratonianas sin apenas dormir, del miedo ante los posibles robos en las estaciones de servicio y, sobre todo, de las largas temporadas que pasaba fuera de casa. El trabajo le mantenía lejos de su hijo de cinco años y, sin duda, eso «no era vida» para el pequeño. «Fue muy duro verlo cada 20 días», confiesa con lágrimas en los ojos. Fue entonces cuando Javier, junto a su hermana Alba, decidieron arriesgar en el peor momento, el año 2020, cuando la pandemia arrasaba con todo. Fundaron la empresa de transportes Trans López Carrillo, que ya cuenta con siete camiones. Ella trabaja como gerente y él como jefe de Tráfico.
La empresa cuenta con una decena de trabajadores, pero la inasumible subida de los costes y la parada de la actividad por la huelga les ha obligado a despedir a dos conductores. «Es muy duro, si las administraciones no ponen solución los trabajadores irán al paro. Queremos una mejora de las condiciones del autónomo que va en su camión y del asalariado», reclama Alba López.
Y es que los gastos se han disparado estos meses. A la subida del precio del gasoil se le añade la del AdBlue. «Valía veinte céntimos hace tres meses y ahora está a más de un euro. Además del precio hay falta de suministro, estamos asustados por si llega un momento en el que falta. En nuestro caso sobre todo transportamos mercancías perecederas en remolques frigoríficos, y si el camión está en Alemania y no hay suministro de AdBlue, ¿cómo lo bajo hasta aquí?», apostilla la gerente.
Condiciones
Más allá del agobio económico, Alba cree que el sector lleva años acostumbrado a ser maltratado, sin incumplirse, por ejemplo, la Ley de Ordenación de Transporte Terrestre, que especifica que los conductores no son los que deben hacer las cargas y descargas. Y es que, asegura, ningún joven quiere ser conductor de camión hoy en día. Ella misma no se lo plantearía, aunque esté bien pagado. «Las condiciones son malísimas, llegará el punto en el que no encontremos transportistas porque nadie querrá serlo. Los que se dedican a esto es porque les gusta mucho o porque lo necesitan de verdad», explica la joven, que heredó la pasión por el sector de su padre.
Este viernes, en el quinto día de huelga, tanto Alba como Javier aseguraban que los transportistas están unidos y seguirán adelante hasta que consigan lo que buscan: que les sean reconocidos sus derechos. «Pedimos una regularización de los precios, no podemos negociarlos porque las operadoras de transporte nos lo dan convenido. Juegan con nuestro dinero y es asfixiante», manifiestan.
Un 50% más de gastos
Cristina Guerrero también está en la parte de la gerencia, en este caso de la empresa Guhilar, dedicada a la recogida, transporte y gestión de residuos. Cifra en un 50% la subida de los gastos en apenas dos años, lo que les ha llevado a trabajar por debajo del coste de explotación. «Estamos teniendo pérdidas todos los días. Los números no están dando y es algo que afecta a toda España», añade.
Su principal petición es la regularización del mercado, puesto que ahora mismo están «desprotegidos». Con respecto a la huelga, está convencida de que continuará hasta que vean reconocidos sus derechos. «El lunes por lo pronto no trabajamos y estoy segura de que se prolongará más. Estamos todos a una», asegura.
Camiones grúa
Por último, Luis Clemot tiene en Otura la sede de su empresa, que cuenta con dos camiones grúa. Lleva más de 30 años en el sector y aunque ya no se dedique al transporte discrecional como tal, por experiencia sabe lo duro que es. «Tuve cinco trabajadores y me vi obligado a despedirlos porque no me salían los números», lamenta.
Él también ha notado que los precios están desorbitados. El coste del mantenimiento de un camión cuesta ahora 200 euros más que hace un año, una subida que puede rozar el 40%. «Tengo muchos costes, pero al menos no tengo precio cerrado, puedo poner el que yo considere. Protesto porque quiero echarles una mano a mis compañeros, vamos a hacer fuerza y si seguimos arrastraremos a más sectores», concluye.
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