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Un sendero para disfrutar del día de Reyes en familia
Entre el Hervidero y los arenales de la Boca de la Pescá, Haza Larguilla es uno de los trazados adaptados a persona de movilidad reducida
Juan Enrique Gómez y Merche S. Calle
Lunes, 6 de enero 2020, 00:48
Semiocultas entre las aulagas que ya presentan sus primeras flores amarillas, un grupo de cabras montesas esperan a que llegue la hora del crepúsculo para bajar hacia los prados, junto al canal de la Espartera, y unirse a otros congéneres, machos, hembras y juveniles, para alimentarse y buscar el lugar donde pasar la noche. Están tranquilas, rumiando aún la comida de la mañana, en las laderas que desde el cerro de las Pipas caen hacia el paraje conocido como Haza Larguilla, a la vista de quienes caminan por el sendero que desde el collado Sevilla (el aparcamiento situado sobre la dehesa del Hervidero) se dirige hacia el mirador del río Dílar y los arenales dolomíticos de la Boca de la Pescá. Es una escena fácil de ver en un recorrido corto y sencillo que se ha catalogado como sendero de accesibilidad universal, uno de los muy pocos existentes en la provincia de Granada, y que se convierte, cada Navidad, en especial el día de Reyes, en uno de los paseos ideales para hacer en familia, con niños que disfrutan de los regalos de los Magos.
En poco más de un kilómetro, el sendero de Haza Larguilla permite descubrir algunas de las joyas paisajísticas y de la biodiversidad de la baja montaña nevadense sin necesidad de hacer grandes caminatas o adentrarse en territorios desconocidos. Se inicia en el aparcamiento de collado situado más allá de la venta del Macareno, conocida como Fuente del Hervidero. Desde el parking, habilitado por la Consejería de Medio Ambiente, parte el sendero señalizado que cuenta con dos tipos de calzada, una de tierra que sigue el tradicional camino y otra en la que se ha situado una plataforma útil para el desplazamiento de sillas de ruedas y personas con movilidad reducida.
Caminar hacia el oeste es contemplar la enorme silueta en forma de pirámide de la Boca de la Pescá, una de los cerros más emblemáticos de la cara suroeste de Sierra Nevada, con su inconfundible doble cima que asemeja la boca de la especie marina que conocemos como pescada: a la izquierda, el profundo valle del río Dílar y la escarpada silueta de Los Alayos, los 'pequeños Alpes granadinos'. Un camino que se dirige, en pocos metros, entre antiguas y deterioradas construcciones de estilo alpino y termina en el mirador del río Dílar, situado sobre un alto en el terreno, desde el que se puede observar como el río, allá abajo, discurre hacia la Vega de Granada, entre los cortados cerros de Dílar y las estribaciones norte de la sierra del Manar, coronda por la Silleta de Padul.
A la vuelta, por el mismo lugar, la vista se dirige hacia el noreste, con la impresionante imagen de Sierra Nevada, a la derecha, convertida en una enorme almohada blanca donde descansan las nubes. Se divisa la 'cuerda de los tresmiles', desde el Caballo hasta el Veleta, y frente al caminante, los cerros dolomíticos se alzan hasta la cumbre del Trevenque.
Desde el mirador del río Dílar el camino continúa, ya no catalogado como sendero universal, pero fácil y accesible para todos. Se dirige hacia los arenales considerados como un verdadero paraíso botánico y hacia el cerro de las Pipas, situado a la derecha del camino que llega a convertirse en vereda. Hay múltiples sendas que permiten ascender a puntos desde los que contemplar la vega de Granada, los campos que bajan desde la sierra hacia las localidades de la Zubia, Ogíjares y Dílar. Un territorio de rocas calcáreas y arenas formadas por dolomías en las que crecen diversos endemismos nevadenses.
Un paseo familiar para empezar el año con los buenos propósitos de conocer mejor la naturaleza que rodea a la ciudad, sus espacios y paisajes.
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