El laboratorio donde se detecta 'el bicho'
Unidad de microbiología del PTS ·
Este servicio, que da cobertura a la zona sur de la provincia, trabaja las veinticuatro horas haciendo pruebas del coronavirusSiento miedo. Siento miedo por los efectos que puede tener que me contagie, pero también porque no pueda seguir trabajando, que es donde soy útil en estos momentos». Lo dice José Antonio Sánchez, uno de esos héroes anónimos de bata blanca que están en la primera línea de la lucha contra el coronavirus. Tan en primera línea que por sus manos, y por la de sus compañeros del laboratorio de microbiología del hospital del PTS, pasan las muestras de los pacientes sospechosos de estar infectados. Son, por decirlo de una manera coloquial, el colador. El filtro que determina 'éste sí', y que pone en marcha todo el protocolo sanitario para los enfermos de la Covid-19, o 'éste no', y 'usted se puede ir tranquilamente a casa para continuar con el confinamiento'. Como ya habrán intuido, el volumen de trabajo de esta unidad hospitalaria es absolutamente desbordante desde que se encendieron todas las alarmas hace más de un mes. La maquinaria nunca se apaga. Hay turnos de mañana, hay turnos de tarde y hay turnos de noche. Las veinticuatro horas del día al ciento por ciento. No hay tregua contra 'el bicho'.
Periodismo y compromiso
José Antonio habla con la serenidad que transmite un profesional, pero también con la inquietud que experimenta cualquier ser humano que está expuesto al riesgo. El profesional habla de los métodos de extracción y de los PCR, las siglas en inglés de 'polymerase chain reaction'. Es decir, la técnica de biología molecular que determina si hay virus o no hay virus. Y el ser humano habla de que, «aunque llevamos mucho tiempo juntos, el ambiente es más tenso porque la carga de trabajo y el estrés es superior». El que asegura que está viviendo una realidad parecida a la ficción. «Realmente no descansas hasta que no te duchas y te quedas con esa sensación de 'limpieza'; piensas que todo ha ido bien y que al día siguiente podemos seguir todos en el tajo», dice José Antonio, quien reconoce que le cuesta relajarse.
Su rutina empieza todos los días con la limpieza de las campanas de bioseguridad, una de las principales medidas de protección junto con el uso de las mascarillas, gafas y batas desechables, y de todo el material que emplearán a lo largo de la jornada. Posteriormente se clasifican las muestras en función de la urgencia, aunque realmente este proceso es continuo durante todo el día –por la noche se siguen haciendo las determinaciones urgentes–. Después trabajo, trabajo y más trabajo.
La llave del proceso
Al frente de este servicio tan esencial se encuentra Federico García. «El diagnóstico microbiológico es la llave que abre la puerta a todo el procedimiento de un enfermo con Covid-19». «Trabajamos –asegura– para que todos los pacientes que llegan hasta nuestras urgencias tengan el resultado en el menor tiempo posible, y los profesionales en los tiempos de respuesta que se ajusten a sus necesidades». «Desde el día cero entendimos que si no funcionábamos a tope, podíamos bloquearlo todo», afirma el responsable del laboratorio de microbiología del PTS, cuya área de cobertura es toda la mitad sur de la capital y de la provincia –incluye, por tanto, la poblada franja costera granadina–. También realizan los estudios para los sanitarios y le hacen las PCR a clínicas privadas como la Inmaculada o Vithas.
Los recursos se han tenido que adaptar al incremento exponencial de la demanda. Entre las ocho de la mañana y las tres de la tarde, por ejemplo, están al pie del cañón cuatro técnicos –que cuentan con el apoyo de efectivos de la red de investigación en sida–, tres facultativos y tres residentes, un dispositivo que continúa con algunos ajustes entre las tres de la tarde y las diez de la noche. En horario nocturno, se mantiene una dotación de dos personas que garantiza las atenciones según los tempos requeridos. En el hipotético caso de que fuera preciso meter una marcha más, un escenario nada desdeñable en la medida que entramos en otras fases de abordaje de la enfermedad en que se hace imprescindible saber los porcentajes de población afectada, Federico García dice que, atendiendo a la organización que hay del trabajo que ya se ha establecido y disponiendo de todos los reactivos que hacen falta, «podemos casi duplicar la cifra de análisis de PCR actual».
Test masivos
«Todo ello –agrega– con una buena gestión y con el aparataje del que disponemos ahora, en parte cedido por entidades como la Policía Nacional, el Centro López-Neyra y laboratorios del IBS y por otros servicios del propio Clínico San Cecilio como Anatomía Patológica, Genética y Análisis Clínico». Preguntado por la importancia de la realización de test masivos, Federico García explica que «el gran problema de esta pandemia es la facilidad con la que se transmite el coronavirus». «Para poder controlarla hay que localizar en primer lugar a los transmisores, en ocasiones asintomáticos, y sus contactos, para lo que hay que intentar testar, de una manera racional, cuanta más gente, mejor».
García aclara que la PCR detecta el virus, mientras que los denominados 'test rápidos' revelan la existencia de anticuerpos, «es decir si hemos desarrollado o no inmunidad». Bajo su punto de vista –y también bajo el criterio de otros muchos especialistas–, estos últimos son muy buenos porque cuando son positivos, «ya empezamos a saber qué es lo que hay que hacer con esta persona». Ahora bien, cuando es negativo «no podemos descartar la infección» –tanto si el susodicho tiene síntomas como si nos los tiene–. Esto nos llevaría a la conveniencia de realizarle a este individuo una PCR. Federico García subraya la importancia de este mensaje.
En paralelo a este 'frente' sanitario, también destaca que los ciudadanos estén haciendo sus deberes. «El peaje de permanecer en los domicilios está produciendo un innegable efecto sobre la contención de la epidemia, y ya estamos empezando a ver los resultados».
Un compromiso que se testimonia en esas salvas de aplausos de todos los días a las ocho de la tarde desde los balcones. «Cuando los escucho, siento felicidad, alegría, emoción y ánimo», confiesa este granadino que estudió la carrera en la UGR, que hizo su especialidad precisamente en el Clínico San Cecilio, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Un centro hospitalario que, según relata, ha puesto en marcha un «dispositivo espectacular» en todas las áreas en un corto periodo de tiempo para hacer frente al momento en que vivimos.
La unidad de microbiología del Clínico San Cecilio está dedicada al ciento por ciento a la labor de diagnóstico, básica en estos momentos. Ha paralizado sus investigaciones, centradas en VIH, hepatitis, infecciones de transmisión sexual y estudios de microbioma y metagenoma, para volcarse en la detección de la Covid-19. Colaboran en la medida de lo posible, eso sí, en algunos ensayos clínicos que se están empezando a llevar a cabo en el entorno del Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud de Granada, «y estamos intentando trabajar –comenta Federico García– en la utilidad de los test serológicos que detectan anticuerpos frente al Covid-19 y en simplificar los pasos previos a la preparación de la PCR, que es uno de los cuellos de botella que ahora mismo existen en España para aumentar la cantidad de este tipo de pruebas que se pueden realizar».
«Hemos aprendido nuevos protocolos a marchas forzadas»
Los médicos residentes desempeñan un papel clave en el laboratorio de microbiología del Clínico San Cecilio. Una de ellos es Ana Fuentes. «Estamos acostumbrados a trabajar con PCR para detectar enfermedades infecciosas desde antes del coronavirus, por lo que disponíamos de una formación específica», asegura Ana, quien reconoce que «sí hemos tenido que aprender a marchas forzadas nuevos protocolos y todo lo concerniente al Covid-19».
Según esta MIR, el trabajo «está muy organizado, pero se han vivido momentos estresantes». Nunca se había imaginado estar viviendo un momento así. Todo un reto. «Cuando me quito la bata después de la jornada laboral, me siento cansada, pero con la sensación de saber que estoy poniendo todo por mi parte».
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