¿Qué hacer ante un hijo con comportamientos conflictivos?
«Se ha vuelto muy egoísta, nos somete a sus caprichos y cree que el mundo gira a su alrededor. No podemos con él…»
Sábado, 12 de julio 2025, 23:47
Frases como estas, dichas por padres y madres preocupados y en muchos casos angustiados, denuncian un problema que trasciende el ámbito familiar, llegando al escolar ... y al social.
Al contrario de lo que puede pensarse no es un problema propio de la familia actual. Sorprende que en el 720. a. de C. Mesiodo se expresaba así:
«No tengo esperanza en el futuro porque esta juventud es desenfrenada y ociosa y no respeta a los padres.» Parece que el problema sea tan antiguo como la humanidad.
Perfil del adolescente conflictivo
Nos encontramos ante un muchacho (predominan los varones, aunque crece el nº de chicas) entre los 12 y 17 años que infringe violencia a los padres, tanto emocional (voces, chantajes, coacciones…) como física (agresiones, rotura de mobiliario…), sin capacidad de autocontrol («me da el punto», suelen decir), no preparados para asumir frustraciones y conscientes de, con sus actos y broncas, conseguir lo que se proponen.
En definitiva, tenemos a un chico que se ha hecho con el poder relacional de la familia, que no sabe manejarlo, causando daño a los padres y a él/ella mismo/a.
Un hijo no nace con comportamientos conflictivos. Los adquiere en tanto los padres van perdiendo el control y autoridad sobre él.
Repasemos situaciones concretas que evidencian la pérdida de dicha autoridad: por ejemplo, cuando los padres no cumplen lo advertido al hijo, le transmiten que él puede con ellos. Cuando aplican soluciones reiteradamente ineficaces y que no solucionan los problemas que presenta el hijo, le trasmiten que se equivocan repetidamente y que no pueden con él. Cuando dicen «no» y luego ceden y no cumplen con lo dicho, le transmiten al hijo «tienes tanto poder sobre nosotros que logras cambiarnos de opinión». Cuando están divididos ante que hacer o decir al hijo, le están transmitiendo: «lo has logrado, divide y vencerás. Tú tienes el poder».
Igualmente, cuando solo hay sermoneo sobre cómo ha de comportarse y no se le concreta en hechos, trasmiten al hijo: «nosotros solo tenemos el poder de las palabras, que el viento se las lleva. Tú, con tus hechos, sí que demuestras tu poder sobre nosotros». Al final los padres, desorientados, acaban diciéndole «puedes conmigo» o «me siento impotente», con lo que evidencian y comunican al hijo su nula autoridad, al tiempo que discuten y se descalifican mutuamente, acusándose de no poder controlarlo, quedando así (como efecto colateral) seriamente dañada la relación de pareja.
El trabajo con los padres en Terapia, es prioritario, pues se constata en nuestra experiencia profesional que su cambio va a incidir directamente en el cambio del hijo, con lo que en muchos casos este no llega a tener que acudir a la consulta. Así los objetivos de la Terapia serán:
1/ Abordar los cambios necesarios en los padres para lograr el buen funcionamiento educativo del hijo.
2/ Mediar para que los padres lleguen a acuerdos en el hacer y decir al hijo, transmitiendo a éste su determinación de cumplir dichos acuerdos.
3/ Reforzar (siempre) al hijo en lo que este sí funciona y desde ahí ampliar e ir ganando terreno a lo que aún no funciona.
4/ Reconstrucción del vínculo afectivo con el hijo, muy deteriorado por el conflicto.
5/ Incremento de la relación conyugal de la pareja, deteriorada por la conflictividad del menor, dejando de girar en torno al hijo.
El mensaje que en Terapia se transmite a los padres sería: «no tenéis un hijo con problemas (de lo que pueden sentirse culpables). Sois parte del problema que todos sufrís y que se manifiesta en el comportamiento de vuestro hijo».
En el «Centro de Terapias y Atención a la Familia», consideramos a los padres como expertos en sus hijos, formando así un «Equipo Padres-Terapeuta» logrando que los padres se sientan competentes, reforzándolos como figuras de autoridad.
La siguiente frase, expresada por unos padres refriéndose a su hijo de 13 años, tras los logros alcanzados en el trabajo terapéutico, resume lo conseguido por dichos padres con el menor. Éste les dice: «me estáis pisoteando. Os habéis puesto que no hay quien pueda con nosotros». Está claro que estos padres han recuperado el poder y la autoridad sobre el hijo. Ahora es el hijo quien, con esa frase, informa a los padres que la situación ha cambiado, habiendo puesto al hijo los límites que, por su edad, necesitaba.
Centro Especializado
El «Centro de Terapias y Atención a la Familia», es un Centro Sanitario Homologado-Acreditado por la Junta de Andalucía. Cuenta con un Equipo de Profesionales que, bajo la Dirección de Miguel Sánchez Zambrano, está especializado en el abordaje de toda la problemática que pueda darse en la familia y/o en sus miembros (relaciones de pareja, acoso escolar y laboral, fobias, ansiedad, depresión… y atención a adolescentes conflictivos). El Centro ofrece terapias de 3ª generación como Mindfulness, así como un Programa de Terapias Naturales, que coadyuvan a la intervención psicológica. Se completa la oferta con los Programas: Tratamiento especializado de las adicciones, acompañamiento en la Atención a personas dependientes, Programa de técnicas de estudio eficaz, Programa «Justicia Restaurativa» para personas abusadas por miembros de la Iglesia y Programa para superar las «Terapias de Conversión». Además, se imparten cursos de Formación especializada en Terapia Sistémica Familiar, dirigido a estudiantes y profesionales.
El Centro cuenta con tarifas especiales para estudiantes, desempleados y tercera edad. Para más información contactar con el 958171620 o en psicologiazambrano@gmail.com
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