La ambulancia del arte diagnostica al Cristo de la Misericordia de Granada
El Instituto Andaluz de Patrimonio estrena su laboratorio móvil realizando un chequeo al Señor del Silencio de José de Mora en la iglesia de San José
Hace 300 años que falleció José de Mora, uno de los grandes maestros de la afamada Escuela Granadina de Escultura. Su producción es un auténtico tesoro. Entre esas joyas, el impresionante Cristo de la Misericordia que realizó en su taller del Albaicín, en la Casa de los Mascarones, y que es la imagen titular de la Cofradía del Silencio –aunque la que procesiona la noche del Jueves Santo desde 1975 es una réplica–. Esta talla es noticia porque hace tres siglos de la muerte de José de Mora y porque ayer recibió la visita de la 'ambulancia del arte', la unidad móvil con la que el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), dependiente de la Junta, diagnostica sobre el terreno, en este caso en la parroquia de San José, elementos patrimoniales de tantísimo valor artístico para la comunidad autónoma como el Señor del Silencio.
Se da la circunstancia, además, que este vehículo se ha estrenado precisamente con esta visita tan especial a Granada. Todo ocurrió a las once de la mañana. Los técnicos Víctor Menguiano (biólogo) y Alejandra Arroyo (química) se embutieron en sus batas blancas y comenzaron con el diagnóstico de un 'paciente' que, a simple vista, presentaba un estado de conservación aceptable –han pasado veintinueve años de la restauración acometida por Bárbara Hasbach–. Supervisando la operación, la directora de este laboratorio portátil Marta Sameño, que explicó a los periodistas qué estaban haciendo Víctor y Alejandra.
Pruebas realizadas con tecnología punta para discernir, por ejemplo, si la morfología de la capa pictórica se encuentra en buen estado o si se detecta algún tipo de deterioro que anticipe la necesidad de nuevas actuaciones de rehabilitación. Lo primero era medir con un termohidrómetro si las condiciones ambientales de la capilla donde vive el Cristo de la Misericordia en el templo de San José son las ideales. «Un cuarenta y cinco por ciento de humedad relativa y trece grados», apuntó Sameño. «Los indicadores están perfectos; quizá un poco más de temperatura vendría mejor», comentó la experta, quien aclaró que la aparición de los micro organismos se produce con una higrometría a partir del ochenta por ciento.
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Lo siguiente fue la aplicación de un espectrómetro para analizar el color de la superficie. «Es frecuente –comentó Sameño– que se produzcan cambios de tonalidad en los barnices como consecuencia del paso del tiempo». «Lo normal –terció Menguiano– es que se tomen datos en tres puntos para lograr que los resultados sean relevantes desde el punto de vista estadístico».
Lo último fue la realización de un muestreo del propio aire para valorar la carga microbiana. Para ello se utilizó un captador de esporas de última generación. Todas las partículas quedan impregnadas en una superficie para posteriormente, en la sede del IAPH, ser examinadas cuantitativa y cualitativamente para sacar conclusiones.
Decisiones
Una vez que se redacte el informe final, será el momento de tomar decisiones más trascendentes.La que más, transportar el Cristo de la Misericordia hasta las instalaciones del IAPH en Sevilla para realizar, llegado el caso, una tomografía computerizada –lo que popularmente se conoce como un TAC–.Lo siguiente, en función de las patologías, ya sería el abordaje de una intervención en profundidad. Como la que llevó a cabo en 1995 Bárbara Hasbach.
El chequeo consistió en un análisis morfológico y de la tonalidad de la capa pictórica y medición de condiciones ambientales
El delegado de Cultura de la Junta, Fernando Egea, mostró este lunes su satisfacción por que el estreno de este nuevo servicio del IAPH se hubiera realizado en Granada y con el Cristo de la Misericordia de José de Mora. El responsable de Patrimonio de la Diócesis de Granada, Antonio Fernández Siles, subrayó que esta escultura no solo tiene una enorme relevancia desde el punto de vista patrimonial, sino también devocional.
El hermano mayor de la Cofradía del Silencio, Enrique Dabán, expresó su agradecimiento por que el IAPH haya elegido el Cristo de la Misericordia para esta revisión y anunció que, con motivo del centenario de la cofradía, se va a solicitar a la Diócesis que permita este año excepcionalmente la exposición pública de esta obra maestra de José de Mora. El director del IAPH, Juan José Primo, recalcó la importancia de la información química, biológica y medio ambiental que se obtiene con este chequeo y vaticinó que, a partir del conocimiento de esta nueva prestación del IAPH, a buen seguro que llegarán múltiples peticiones de toda Andalucía.
El Crucificado de José de Mora fue concebido en 1695 por encargo de los clérigos que ocupaban la antigua ermita del patrón de Granada, San Gregorio Bético. Según Antonio Gallego Burín, «este Cristo debe de situarse en la época central de la vida de De Mora, en su instante de plenitud, posterior a la Soledad de Santa Ana y al Ecce-Homo de la Real Capilla, que parece anunciarlo».
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