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Julio y Ángeles Orantes-Zurita López, como director comercial y directora general, están al frente de la empresa familiar Pepe Marín
Sagas empresariales en Granada

La familia granadina que pasó de una tienda de comestibles a una empresa con 400 trabajadores

Los Orantes-Zurita López representan el poder del liderazgo femenino y Granada por bandera para desarrollar La Cueva de 1900

Andrea G. Parra

Granada

Lunes, 2 de septiembre 2024, 00:01

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De la venta de comestibles en una tienda de barrio a restaurantes con sello de calidad en varias provincias. El negocio de la familia Orantes-Zurita López crece en el sector de la alimentación y restauración. La segunda generación está al frente de la gestión desde hace años con buena mano y resultados. No cesa la apertura de nuevos establecimientos. Y, además tienen presencia y voz en el tejido empresarial granadino. El origen de la empresa se remonta a 1970 cuando Antonio Orantes Zurita, junto con su esposa Ángeles López Palomo, comenzaron en un oficio que desconocían hasta aquel momento. Dieron el paso al mundo de los embutidos y la carne.

En la década de los sesenta, Antonio Orantes desarrollaba su profesión de panadero y su esposa tenía una pequeña tienda de comestibles en un local junto a su residencia habitual. En 1970, un primo de Antonio, propietario de una tienda de comestibles situada en el centro de Granada decide traspasarla y Antonio y Ángeles se hacen cargo de dicho local en la calle San Jerónimo, 15.

Antonio Orantes Zurita, que falleció en enero de 2024, con sus cuatro hijos. Ideal

Fue la primera piedra. La modesta tienda de comestibles se ha transformado en una empresa cárnica líder que opera en el mercado de la charcutería selecta (jamones y embutidos). Cárnicas Zurita ha experimentado un crecimiento importante y una diversificación de su negocio en los mercados nacional e internacional.

Con el paso de los años los fundadores consiguieron formar un equipo de gestión profesionalizado e implicar a sus hijos. Actualmente el equipo directivo de la empresa está formado por dos de sus cuatro hijos: Ángeles Orantes-Zurita, directora general, y Julio Orantes-Zurita, director comercial. Ángeles ingresó en la dirección de la compañía familiar, en la que había trabajado desde niña, en veranos y fines de semana, a finales de 1993, a su vuelta de Barcelona, una vez terminados sus estudios. Lo hizo con el propósito de continuar y desarrollar el proyecto empresarial que sus padres habían iniciado en 1970 y en el que sus tres hermanos ya participaban.

Los primeros tiempos fueron de aprendizaje. Convivió unos años con su padre en la gestión. Este hecho fue «muy importante» para ella puesto que aprendió de primera mano un modelo de trabajo «honesto y ético». Fue de la mano de «un maestro impagable», como destaca.

El salto nacional

Su guía todos estos años se sustenta en que «la seriedad y el respeto a los compromisos es una carrera de fondo». El desarrollo en la década de los 90 y 2000 fue importante, transformándose de una empresa meramente local a una de ámbito nacional, muy presente en la gran distribución.

En 2003 la familia se adentra en un nuevo negocio en la hostelería. En dos décadas han expandido la cadena, manteniendo el sello de La Cueva de 1900 que cuenta con 16 establecimientos en Granada, Málaga, Marbella, Córdoba y Jaén, ubicados en los centros de las ciudades y con un modelo de gestión que gira en torno a la carne, embutidos y una cocina con base tradicional, pero evolucionada, con un importante modelo de crecimiento. Son embajadores de Granada allá donde abren un establecimiento. Esto lo llevan a gala.

La Cueva de 1900 Ideal

Explican desde la firma que a pesar de que era una actividad diferente a la que la empresa Zurita había venido realizando desde 1970, se decidió abordar este nuevo proyecto dada la gran relación que guardaba con el negocio matriz de Zurita: comercializar a través de un establecimiento de hostelería las chacinas y jamones que se fabricaban de forma tradicional.

La familia decidió mantener La Cueva de 1900 como marca de embutidos y jamones de gran notoriedad en la provincia y abordó la compra de la marca. Fundaron la sociedad Ángeles López Palomo, S.L.N.E. Este nombre corresponde a la madre y cofundadora de la empresa Cárnicas Zurita, S.A. y la denominan así en homenaje a ella. Tanto en el origen como en la cocina actual de La Cueva de 1900 están muy presentes las recetas de Ángeles madre.

En La Cueva de 1900 cuentan con el producto, las chacinas caseras, fabricadas por una compañía con más de cincuenta años en el sector; el negocio, una cervecería y bar de tapas con el jamón y el producto del cerdo como referentes muy bien acogidos por el público. A lo que se suma la experiencia, a partir de los establecimientos propios con varios años de funcionamiento. Además como base del crecimiento se ha creado un gran equipo de profesionales de la gestión, indispensable para acometer el crecimiento. Uno de los factores clave del éxito de La Cueva es su maravillosa cocina central, liderada desde hace años por Marifé Cuevas, una excelente cocinera que con su equipo cocinan cada día con mucho mimo los productos estrella de La Cueva de 1900.

La sala de Bambola Capriccio Ideal

A principios de 2023 el equipo de Cárnicas Zurita aborda un nuevo proyecto que combina las dos actividades principales del grupo: la venta especializada de productos cárnicos y la restauración, nace así el proyecto La Zurita, que cuenta con un local en el centro comercial Nevada Shopping. La empresa siguió creciendo con nuevas líneas. En diciembre de 2023 abrieron su primer restaurante italiano: Bambola Capriccio. Para ello, contaron con Luigi Di Domenico, un maestro pizzero que elaboró la masa de pizza «perfecta» para ellos con masa madre. Un proyecto «ambicioso» con el que la empresa se arriesgó saliendo de su zona de confort y que les ha hecho cosechar un rotundo éxito. Tanto, que medio año después de su apertura, han decidió abrir un segundo restaurante en el centro de Granada.

Bambola la definen como un ristorante capriccio donde ofrecen producto 100% italiano (desde el agua hasta los embutidos) en platos clásicos y muy contemporáneos. Es un restaurante italiano moderno. Su decoración no deja indiferente a nadie.

La empresa fundada en los setenta no ha parado de crecer, impulsada por la segunda generación y, a día de hoy, cuenta con una plantilla que alcanza los 400 trabajadores entre las tres líneas de negocio.

Liderazgo femenino

Para Ángeles Orantes-Zurita sus padres siguen siendo un modelo a seguir. Se siente, según confiesa, muy acompañada por sus hermanos y su marido en todo este camino. «Si tuviera que buscar una palabra que me definiera tal vez sería fuerza e ilusión. La aprendí de las mujeres de mi familia, mi madre y mi abuela. Ellas ya fueron empresarias en su tiempo. Fueron un ejemplo para mí. Pero creo que todo se aprende en la vida, solo es necesario creerlo, tener una mente abierta y una voluntad fuerte», comenta.

La historia de este negocio familiar la escriben y definen como la de «una continua reinvención, la inquietud y el dinamismo permanente, el crecimiento no tanto en volumen como en hacer cada vez las cosas mejor, y en consolidar su nombre, este que Antonio y Ángeles iniciaron y que se convirtió en su bandera, la implicación absoluta en todo lo que han emprendido y la humildad como actitud». Siguen en ese camino sin olvidar el «compromiso y la responsabilidad» como herramientas.

El camino de estos 54 años no ha sido fácil, Ángeles Orantes-Zurita recuerda algo que comentaba su padre siempre: cuando compró su primera fábrica en 1975 estuvo toda la noche firmando letras de cambio de 5.000 pesetas cada una. En todos estos años la familia ha construido su propia historia de esfuerzo y determinación.

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