Orientarse hasta la cima

A Paula, que le gusta el esquí y también patinar, lo que de verdad de apasiona es el mundo de la orientación. Coger un mapa, su brújula y descifrar balizas mientras el corazón le late a mil por hora. Que sus zapatillas o las ruedas de su bicicleta devoren kilómetros ardiendo intensas, mientras su cabeza fría y a millas de distancia echa números, mientras sus ojos miran al norte y su ambición persigue sueños. Porque Paula Martín Varo, que nació en las faldas de Cumbres Verdes, ya sabe lo que es representar a España en un Mundial como el de Austria. Allí, en el corazón de Los Alpes, se descubrió como la gran deportista que es.

Comenzó como cualquier chiquilla, primero corriendo sin saber muy bien dónde. Y se perfeccionó sobre el manillar de una bicicleta. Hoy, las grandes marcas están apostando por ella y alguna intenta seducirla para que pruebe la bici de carretera porque saben de su potencial que no sólo es físico, también es mental y de una madurez precoz a sus quince primaveras. Como curiosidad, ya se defiende en inglés y en alemán.

Guarda una foto. Ella, con nueve años junto a Jitka Cerna participando en el Raid de Doña Mencía. Nueve años y plata por equipos. Estaba escribiendo el prólogo de su autobiografía deportiva, pero ella aún no lo sabía. Quizá hoy tampoco lo sepa. En 2015 ganó el Campeonato de Andalucía de relevos y la media de orientación a pie de Pedroche, en la categoría alevín 'D'. Crecía el nivel, también la exigencia y seguían cayendo las medallas. En 2016, Paula Martín volvía a ganar un oro, pero esta vez en el Campeonato de España a lomos de su bicicleta de montaña. En Valencia conquistó las categorías de larga y media distancia y también al sprint. En casa, hizo lo propio adjudicándose el Campeonato de Andalucía de duatlón en orientación, y también el de relevos a pie. Había eclosionado.

Ganar el campeonato de España de orientación en bici de montaña en Molina de Segura le abrió las puertas para el Europeo. De Murcia a Francia. Allí, se vistió por primera vez en agosto de 2017 con el jersey rojo y amarillo siendo la componente más joven de la historia de la selección española de esta disciplina.

La pequeña Paula, que ya no lo era tanto, continuó revalidando títulos y coleccionando oros hasta hoy, ganando por el camino la Liga Nacional cadete, con pruebas en Pontevedra, en Portugal, en Murcia, en Soria, Sevilla y su Zubia, donde pudo mostrar a compañeros y rivales los porqués de su amor a este deporte. También el Campeonato de España y de Andalucía en las tres distancias.

Y así llegó el Campeonato de Europa de la juventud el pasado verano, en Waldviertel, una localidad situada en el corazón de Austria. Con 17 años, Paula se había convertido en un referente de la selección española de orientación con la bicicleta de montaña. La chiquilla que empezó con nueve años a correr con un mapa en la mano, hoy es una referencia nacional en su deporte. Imparable.

«Es una pasada porque la niña está para su deporte y para sus estudios por igual», lo dice su padre, con palabras de orgullo y embelesado por sus éxitos. Manuel aprovecha y cuenta una anécdota. «El otro día me entero que van sus amigos al centro comercial, y que ella no quería ir porque tenía que competir el domingo. Le pregunté si la llevaba, pero nada, 'papá, que tengo que descansar para mañana', me decía».

Responsabilidad en una adolescente que se traduce en cariño por su hermano porque Paula, además de competir para ella, lo hace para animar a que su hermano se enganche a este deporte. «Sólo puede decirte que estoy muy contento», dice el padre, que como es lógico no encuentra otras palabras para describir el esfuerzo de su hija.

Pero para Nieves, su madre, y también para Manuel, es esa capacidad de combinar estudio y deporte. «Aprueba todo con sobresaliente. Su abuela, que en paz descanse, nos decía cuando Paula tenía tres años, que ya tenía sentido común. Vaya si lo tiene. Y su abuelo, mi padre y que en paz descanse también, nos decía que Paula iba a llegar lejos». Y tanto. Pero además bien acompañada.

Porque cuando Paula pasa por meta se escucha un cascabel. Eran los de su abuelo, quien siempre va en la bici junto a ella. «Es de carácter tímido, pero guerrillera. Entrena y estudia y a veces no quiere ni descansar. Para mí es una batalla diaria el que se salte algún entrenamiento», bromea el progenitor.

Ya tiene marcas, entrenadores y 'scouters' tras su pista. Paula será una gran atleta o lo que ella quiera. A través de las redes sociales sigue a sus ídolos y sueña ser como ellas. «Hay gente que avala su proyecto, que la ve día a día. Marcas como Bull Bikes o Spiker están dándole su cariño, también muchas otras», asevera Martín. Y retos internacionales en la agenda, de la mano de su entrenadora Silvia Mendía. Es su nuevo faro, la guía y la aconseja. De hecho le recomendó entrenar en el Desafío Vale, el pasado mes de junio.

Calor, mucha pendiente y adversarios de primer nivel en una prueba inclusiva, organizada por personas con discapacidad intelectual y sus tutores. Sin saberlo, aquella chica que empezó a ser atleta con nueve años, hoy es un referente para quienes siguen sus huellas.