La Granada singular del fotógrafo Sergio Luque
La cuesta de Gomérez desde lo alto de la Puerta de las Granadas, la Carrera del Darro desde el embovedado... otro encuadre de la ciudad
Jorge Pastor
Granada
Lunes, 6 de enero 2020, 13:43
Jugarse el bigote y un equipo que vale miles de euros por hacer una toma distinta. Lo más probable es que al 'común de los mortales' le cueste comprenderlo. Los fotógrafos, profesionales y amateur, lo entienden. Lo entienden a la perfección. Es el caso de Sergio Luque, cuyos paisajes urbanos se comparten de forma masiva en las redes sociales porque son técnicamente impecables, pero sobre todo porque en muchos de ellos muestra unos ángulos nunca vistos. Perspectivas distintas -desde el embovedado del Darro, desde lo alto de la Puerta de las Granadas...- que atrapan al espectador y que enseñan una Granada bella y sobre todo singular.
«Buscar un encuadre diferente quizá sea la parte más complicada», asegura Sergio Luque, quien reconoce que en muchas ocasiones invierte una gran cantidad de tiempo en analizar factores como la posición del Sol o de la Luna para obtener la mejor iluminación. Esto implica muchas horas de observación previa y bastante anticipación para, llegado el momento, hacer los últimos ajustes, colocar el trípode y aguardar, si fuera preciso, las condiciones óptimas. Una corrección expositiva, lograda también con filtros de diferente graduación, que luego completa con la valoración de aspectos no menos importantes como la profundidad de campo -enfoque de todos los elementos en los diferente planos- o la composición -cómo se sitúan esos mismo elementos para facilitar la visión-.
Ensayo y error
Fallar para acertar forma parte del proceso. Como también forma parte el trabajo delante del ordenador. Una vez captado el instante, Sergio acentúa luego los matices en la fase de edición «a través de los ajustes digitales, potenciando las luces y los colores y atenuando las sombras».
Luego Granada, su belleza y su encanto, ya ponen el resto. «Es una capital pequeña, con alto valor patrimonial y cultural, abundante arquitectura medieval y que sobre todo cuenta con un monumento tan emblemático como la Alhambra», asegura el fotógrafo. «Su clima tan cambiante -agrega- y la luz típica del sur la convierten en una ciudad fotográficamente perfecta, a lo que contribuye la magia de Sierra Nevada». Respecto a las mejores horas para 'apretar el gatillo', Sergio Luque tiene especial predilección por los amaneceres en la Sierra y los atardeceres en la urbe. Respecto a las estaciones, muestra su especial predilección por el otoño y su gama de tonalidades, y por el invierno por ese punto de 'dramatismo' en los cielos y ese ambiente evocador que proporcionan la nieve, la lluvia y la niebla. Sergio Luque tampoco oculta su querencia por el Albaicín y el Realejo, aunque su debilidad son la calle San Jerónimo y la avenida de la Constitución con la Alhambra en segundo plano y las cumbres de Sierra Nevada en el fondo.
Buena parte del trabajo fotográfico de Sergio Luque se está centrando en estos momentos en Sierra Nevada. «Me he propuesto descubrirla más a fondo», dice. Aunque también persevera en la idea de «mostrar lo cotidiano con una mirada distinta». «Soy partidario de abordar la fotografía con una mirada limpia, de dejarse llevar por la intuición y los conocimientos adquiridos gracias a la experiencia y de adaptarse a las circunstancias del momento... quizá el conjunto de todos estos factores lleven a la realización de una foto única».
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