Gitanas a Escena, las granadinas que rompen con los estereotipos
Un proyecto social dirigido por la actriz Coco Reyes acerca la dramaturgia a un grupo de mujeres de Almanjáyar
Son poco más de las cuatro de la tarde cuando la voz de la actriz y dramaturga gitana Coco Reyes resuena en el salón de actos del Colegio Amor de Dios, situado en el barrio de Almanjáyar. Esel lugar en el que dos días a la semana, ella y una docena de mujeres dan vida al proyecto Gitanas a Escena, una iniciativa que cuenta con el apoyo de Fundación 'la Caixa' y que busca ofrecerles una puerta a nuevas experiencias, lejos del estereotipo del cante y el baile que tanto se ha asociado a esta etnia. «El proyecto nació de un sueño personal», comenta Reyes. «Tengo la necesidad, como mujer, como artista y como gitana de ofrecer a la sociedad otra perspectiva, muy necesaria, a propósito de este colectivo, muy silenciado en el mundo de la cultura».
Intentos como el de las gitanas de El Vacie dieron a Coco Reyes la idea, precisamente, para ofrecer otro punto de vista, tanto desde lo conceptual como desde lo dramático. «La versión de 'La casa de Bernarda Alba' que hicieron incidía demasiado, a mi entender, en la vertiente marginal del colectivo. Creo que la mujer gitana puede estar encima de un escenario y compartir sus valores culturales sin tener que llevar una falda rota», dice muy gráficamente. «Me hirió esa imagen», enfatiza.
Gitanas a Escena busca llevar a un grupo de mujeres a un marco donde nunca habían estado juntas. Y aunque, como recuerda su directora, no son actrices todavía, están en trance de serlo. «Reciben clases de voz, de expresión corporal, hacemos ejercicios para que dejen atrás los miedos, la vergüenza y los prejuicios. Además de la formación actoral, este proyecto tiene una particularidad muy hermosa, cual es la inmersión artística que impregna nuestra actuación diaria», asegura Reyes. Esta inmersión se produce yendo más allá, mimetizándose con el entorno. Para conseguirlo, las integrantes del programa acuden a ver museos, exposiciones, conciertos y obras de teatro, y visitan los recintos monumentales granadinos. «Tratamos de que vean los espacios con otros ojos, que eduquen la mirada», destaca.
El proyecto que Coco Reyes, asesorada por Ricardo Cañadas, su pareja, presentó a la Fundación 'la Caixa' para su aprobación incluye como objetivo a medio plazo la conversión de Gitanas a Escena en una compañía estable, semiprofesional o profesional, y que incluso en el futuro pueda incluir a hombres entre sus integrantes.
El origen
En el teatro del Colegio Amor de Dios se unen cada día doce realidades muy diversas. Diferentes edades –desde los 22 años de Sofía Fernández, una socióloga recién licenciada, hasta los 'taytantos' de Manuela Heredia, una artista de la familia de los Farruco– crean un mestizaje generacional que enriquece mucho el resultado final, como afirma Coco Reyes. «Colores distintos, perspectivas distintas, nos hacen abrir la mente hacia una realidad que no es blanca o negra, donde caben muchos tonos y matices».
Una de las características que según la directora de la compañía se convierte en una gran ventaja es el hecho de que todas llegan 'in albis', como páginas en blanco listas para ser escritas. Aunque más allá de lo escrito, está el propio papel, el material humano. «Tienen algo muy bueno para el actor, que es el motor emocional. De ahí parte la verdad a la hora de expresar sentimientos e ideas. Son muy puras en sus planteamientos; no están 'maleadas' por la experiencia», subraya.
Con todo, a Reyes le sigue maravillando el hecho de que aparecen sin que ella sepa aún muy bien por qué. «Descubro sus motivos en cómo enfrentan sus miedos, cómo abrazan de forma imaginaria a quienes quieren, cómo protegen su esencia, superando su 'lache' –pudor, en lengua gitana–. Esto va más allá de la técnica teatral; es la técnica de la existencia que te desnuda y te pone frente a ti misma». Así, sus actrices le cuentan su vida sin contársela. «Creo que están consiguiendo subir su autoestima, y encuentran más sentido a su día a día, a esas tareas que forman parte de su rutina y que ahora, en lugar de convertirse en repeticiones sin sentido, pueden llegar a ser fuentes de luz».
Más allá del rendimiento –económico, organizativo– que manda en ocasiones en la ejecutoria de sus familias, ninguna de las doce participantes tiene otro objetivo que el hacer visible su propia vida, su imagen, y romper los estererotipos: machismo, marginalidad... que decoran el cuadro que muchas personas tienen sobre lo que las mujeres gitanas son. El proyecto, enmarcado en la iniciativa 'Art for Change' echó a andar en noviembre, aunque empezó a gestarse en mayo del año pasado. Es uno de los tres que han pasado el filtro en Andalucía, y está previsto que dure hasta el otoño en su primera fase. El presupuesto de la iniciativa está en torno a 30.000 euros.
Viendo a las mujeres evolucionar sobre el escenario, queda la impresión de que el esfuerzo merece la pena. Melody Rubio Santiago inventa películas en su casa, y sobre el escenario de Amor de Dios puede, por fin, hacerlas realidad. Manuela Heredia, por su parte, ha encontrado en estas clases la oportunidad de crecer como artista, más allá del baile. Su sonrisa lo dice todo: para ellas, Gitanas a Escena es una oportunidad para disfrutar con lo que hacen.
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