El arte de ser payaso en Granada

Se llaman Paola, Samara, Verónica, Saúl, Marianna, Guillem, Anna, Lulu, Oceane, Toni, Marina, Edurne, Daniel... y todos tienen en común tres cosas: todos viven en Granada, todos han tomado la decisión de ganarse la vida subidos a un escenario para hacer felices a los demás y todos han aprendido de uno de los mejores maestros de payasos del mundo. Nació en San Giovanni –un pequeño pueblecito situado entre Roma y Nápoles–, reside en la capital granadina desde hace una década y se llama Piero Partigianoni. Aquí, en Granada, ha formado a más de cuatrocientos alumnos venidos de países como Argentina, Chile, Francia, Austria, Italia o Polonia y aquí, en Granada, está a punto de convertir en realidad su gran sueño. En otoño abrirá 'El Semillero, la Escuela Internacional de Clown de Granada' donde no sólo enseñará todo lo que sabe, sino que también será un espacio donde iniciados y profesionales podrán mejorar técnicas, estilo y actitud cuando se pongan la icónica nariz roja.

«Ahora estoy trabajando a tope en la búsqueda de un local o una nave, que no esté alejada del casco urbano, donde se pueda desarrollar la labor docente y de perfeccionamiento con todas las garantías», comenta el bueno de Piero, que no disimula la emoción que supone para él emprender este proyecto personal después de muchos años dando clases en la Escuela Pública de Formación Cultural de Andalucía (Rey Chico) y en el Liceo Berta Wihelmi (Realejo). «Granada –asegura Partigianoni– es un punto de encuentro, un imán para el arte y para la belleza». «La gente que acude a mis cursos lo hace atraída por esta ciudad que tanto me ha dado y por un método de enseñanza, que yo denomino 'clown vivo', donde nunca se repiten ejercicios ni dinámicas». El sistema se basa en una pedagogía que no toca solo la comicidad, sino que también está orientado a contar historias humanas a los espectadores que, a su vez, invitan a pensar sobre nuestra manera de ser.

En este sentido,Piero insiste en que el punto de partida de quienes optan por dedicarse a este oficio es la conciencia de las debilidades propias con el fin de reírse de uno mismo como paso previo a hacer reír a los demás. «Un proceso que debe de llevar a la reflexión y a la expresión artística como alimento del alma», afirma. «Si no se cumple esta misión, nos habremos quedado en el mero entretenimiento», aclara. «Este trabajo es una elección valiente, que requiere mucho amor, mucha pasión y sobre todo mucha entrega».

¿Cuál es el perfil de quienes confían en Piero para convertirse en clown? La primera y principal es que todas son personas curiosas. Ése es el punto de partida. Buena parte de ellos son extranjeros que, en muchos casos, deciden instalarse durante tres o cuatro años en Granada. La oferta de la futura Escuela Internacional de Clown de Granada se compondrá básicamente de dos tipos de cursos. Unos más largos, de cuatro meses, sobre descubrimiento de ese caricato que todos llevamos dentro. Y otro más corto, de dos meses, centrado exclusivamente en la creación.

De esta forma, se abordarán asignaturas como Energía y Movimiento impartida por Natalia Calles, Juego Musicales por Víctor Romero, Mimo por José Piris, Ayudante de Creac ión por Cristian Pale y Apoyo Técnico y Gráfico por Katia Moretti. «Disciplinas que ayudan a canalizar que todo el mundo interior del payaso fluya de una forma natural hacia el exterior», resume Piero Partigianoni.

Además de estos programas, destinados fundamentalmente a quienes quieren iniciarse y quienes quieren completar su capacitación básica, una de las grandes bazas de 'El Semillero' será la especialización, la excelencia y la investigación. Un salto cualitativo que, a buen seguro, convertirá esta escuela en un centro de referencia para los artistas no sólo de Andalucía, sino de toda España. A todo ello habrá que sumar la proyección hacia Granada. Y es que los propios granadinos podrán disfrutar como público tanto de las muestras finales que realicen los matriculados como culmen a su estancia en la Escuela como de espectáculos mensuales basados en la improvisación –nadie sabrá lo que va a pasar–. Acciones que no solo servirán para que los parroquianos pasen un buen rato, sino para que los futuros clown se enfrenten a esa prueba de fuego de mostrarse delante de un auditorio, siempre exigente.

Piero Partigianoni se formó en la prestigiosa Academia Internacional de Teatro de Roma y se especializó en clown de la mano de grandes gurús como Emmanuel Lavallé, William Olschansky y Eric de Bont. De ellos aprendió la didáctica y sobre todo la forma de entender esta disciplina que, según defiende el propio Piero a capa y espada, no es un subgénero del teatro o del circo, sino un género con identidad propia.

Fue en 2011 cuando aterrizó en Granada para impartir un curso en lo que hoy es el CAU y hacer un cabaret. Y no tardó en darse cuenta de que su sitio estaba aquí, bajo la sombra de la Alhambra. «Después de cuatro años trabajando como asistente para De Bont, tomé la decisión de buscar un nuevo horizonte y lo encontré en Granada», explica Piero. «A la gente le gustó mi estilo y me instalé aquí». Entonces fue cuando se encargó del Aula de Clown de la Escuela de Artes Escénicas, dependiente de la Junta, donde ha ejercido como profesor hasta 2020.

Más allá de su labor docente, en espectáculos como 'Aires', estrenado esta navidad en el teatro Isabel la Católica, Piero realiza un auténtico desnudo emocional. «Muestro lo más escondido de mí, lo que no enseño ni a mi pareja», bromea. «Eso que haces en tu casa cuando estás completamente solo, cuando nadie te observa». Un concepto que Piero expresa «a través de la comicidad, el gesto, las imágenes, la sonrisa, los sentimientos y la magia». El público conecta con él y, lo que es más importante, él conecta con el público. Como ocurrió con sus dos 'hijos' anteriores, 'Welcome', con el que obtuvo importantes premios en los festivales de Valladolid, Gran Canaria y Sarmede (Italia) y con el que realizó una exitosa gira por Croacia, Eslovenia, Francia y Macedonia, y con 'Piojos y manzanas', con el que hizo tournée por las Islas Baleares. «Con 'Aires' las expectativas son positivas y siguen surgiendo cosas muy interesantes», asegura.

Partigianoni considera que, además del CAU y la programación convencional que realizan las compañías, el nivel del clown en Granada es tan elevado que sería perfectamente factible un gran evento internacional sostenido por artistas locales.