Este sábado en la isla-prisión de Nusakambangan, en Java, un pelotón de fusilamiento ha ejecutado a los tres islamistas condenados a muerte por los atentados de Bali en 2002, que acabaron con la vida de 202 personas; entre ellas 88 australianos y 38 indonesios, y fueron un duro golpe para la industria del turismo de la isla. Amigos y familiares recorren hoy los pueblos de los tres islamistas ejecutados, a la espera de que a lo largo del día los cuerpos sean trasladados para iniciar los rituales fúnebres. Además, cientos de radicales islámicos se han concentrado en las localidades de los fusilados...