La variante para encajar las piezas

Con Portillo siendo habitualmente un 'falso' extremo por la izquierda, el malagueño estuvo ante la Ponfe en una demarcación mucho más centrada de inicio. Casi actuando como mediapunta y teniendo, como siempre, libertad para decidir por el lugar que debía moverse y, de paso, por el que debía ir el juego del equipo. Siempre, con su presencia en la zona del campo que eligiera, generando superioridad y siendo el elemento determinante.

Una circunstancia que se produjo porque Rubi dio entrada a Arnau Puigmal, como gran novedad en el equipo titular, en la banda derecha y dejó que Arvin Appiah se 'encargara' de la defensa de París Adot y, además, le estuviera 'amenazando durante todo el choque en ataque. Una pequeña modificación en la pizarra y que llevo a que el lateral derecho de Bolo casi que no tuviera ninguna incidencia favorable a su equipo en labores ofensivas. Logrado este objetivo, gran parte del trabajo ya estaba definido.

Aunque quedaba por ver la evolución de la tripleta que salió por detrás de Sadiq Umar en ataque. Con Arnau, en otros partidos, siendo el que tenía más libertad al ser el tercer centrocampista y con llegada. Más o menos lo que se busca (logrado en Huesca) con Lucas Robertone. El catalán, ante la Ponfe, recordó al del amistoso que jugaron esta campaña en el Anexo del Estadio de los Juegos Mediterráneos. Minutos que tuvo con Portillo. Ahí ya se vio que la conexión entre los dos podría ser importante en este curso. Ambos pudiendo partir de una posición, aunque acabando en la del otro. Arnau, en el encuentro que consiguió su cuarto gol de la temporada, hizo frente a la Ponferradina de Ramazani (extremo), también de Robertone (llegando desde atrás) y siendo, a su vez, el mejor 'socio' de Sadiq. Aunque para esta apreciación hubo varios que también supieron conectar con el nigeriano en una cita en la que, como reconoció Rubi en la rueda de prensa posterior, «todos sumaron».

Una suma que llega para recuperar la segunda plaza y antes de medirse a un Real Valladolid que es, en las últimas jornadas, el rival más directo por esa posición de ascenso directo a la Liga Santander. Los dos parecen instalados en un particular ascensor, uno arriba o el otro una jornada después. Ahora siendo el Almería el que está por encima.

Los dos dependen de sí mismos, al igual que el Eibar, para lograr el ascenso directo. Una afirmación que puede cambiar este próximo fin de semana. Todo dependerá de si el Eibar gana o no a la UD Las Palmas. Si los armeros consiguen el triunfo, el que caiga de la cita entre pucelanos y almerienses ya no dependerá de lo que haga y sí de lo que suceda en otros partidos, especialmente del Eibar-Real Valladolid de la jornada 39.

Eso sí, de no vencer el cuadro de Garitano a los insulares, el que salga por debajo en la clasificación el sábado todavía tendrá el ascenso en su mano para lograrlo las seis jornadas que resten hasta el final de la temporada regular. Porque si es el Almería el que no suma en esta próxima jornada, deberá esperar un triunfo bien del Valladolid o bien del Eibar, nunca en empate, para superar al que pierda. Si son los pucelanos los que caen ante la UDA, solamente le valdría ganar en Ipurúa. Todo pensando en un pleno restante, que cada vez parece más un imposible.