Un Sporting venido a menos

Los asturianos han marcado una acusada línea descendente a lo largo de la temporada que les ha llevado a tener que pelear aún por la salvación

Javier Gómez Granados

Domingo, 24 de abril 2022, 23:28

El Sporting de Gijón, al igual que ocurriera el pasado año, comenzó muy arriba, soñando con el ascenso a Primera, apoyado en una buena plantilla ... en la que sobresale el goleador Djuka, para precipitarse de forma llamativa antes de concluir la primera vuelta. Durante toda la segunda parte del campeonato los asturianos han estado en busca de su propia identidad, tratando de recuperar el tono de los primeros meses, sin éxito. A falta de seis jornadas para el final, ni siquiera tienen sellada la permanencia. Solo la clara desventaja de los cuatro últimos les supone un cierto alivio que en ningún caso maquilla una temporada que, para ellos, ha sido decepcionante.

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La forma de jugar del Sporting es muy similar a la del pasado ejercicio, a pesar de las numerosas novedades en el mercado de verano. Una de las llegadas más llamativas fue la de Fran Villalba, ex de la UD Almería, que entró con muy buen pie en el club gijonés cosechando grandes actuaciones en los primeros meses. Sin embargo, al igual que todo el colectivo, el exUDA ha caído en picado en sus prestaciones.

El que ha sostenido la caída sportinguista ha sido, sin duda, el serbio Djurdjevic. Pese a que el juego asturiano tiene muchos matices, en ocasiones directo buscando al balcánico, otras veces más combinativo, lo cierto es que algo ha fallado en el funcionamiento global de la maquinaria. Esa circunstancia provocó que, antes de acabar el mes de febrero, el técnico David Gallego fuera destituido y sustituido por José Luis Martí.

Sistema de juego

El dibujo que más utilizaba Gallego, antes de su marcha, era el clásico 1-4-2-3-1. Con la llegada de José Luis Martí cambiaron algunas cosas, pero no el dibujo táctico que siguió siendo, preferentemente, el mismo 1-4-2-3-1. Con él han ido tirando a lo largo de la temporada, más allá de los resultados, básicamente porque es el que mejor se adapta a la plantilla sportinguista, con buenos jugadores en la zona de creación.

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Pero es que, además, el técnico balear no se obsesiona con el esquema táctico. Él mira otras variables para plantear los partidos. De hecho, en su primera rueda de prensa como entrenador del Sporting dejó claro que «el sistema como tal no es tan relevante. Lo importante es tener claro dónde tenemos que movernos y de qué manera lo debemos de hacer, siempre con un objetivo en mente, como es el equilibrio».

Esa idea de equilibrio sí que le obsesiona. Por ese motivo, dominar el centro del campo es un punto de partida innegociable. El doble pivote, dentro del dibujo referido, es el principal punto de apoyo aunque es cierto que se llegó a plantear y ejecutar en algún partido, la presencia de hasta tres hombres en la zona ancha, moviendo a sus futbolistas más creativos, entre los que se encuentra Fran Villalba.

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Además de lo anterior, Martí siempre pretende un juego «intenso y agresivo en todas las facetas al igual que atrevido y vertical en ataque». Sin embargo, y a pesar de que el potencial de la plantilla es alto y el guion más que interesante, las cosas no le han salido como pretendía y la salvación es el único y real objetivo.

Una temporada más, el Sporting acaba pidiendo la hora pero, pese a todo, nunca se presenta en los campos como un rival abatido sino como un duro adversario que vende cara cualquier derrota.

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