La Real ya ha activado el modo crucero en Liga y Champions

Los vascos están desarrollando, con Alguacil en el banquillo, un fútbol muy visual y atractivo, además de efectivo. Tocan el balón con precisión y buen gusto, eliminando líneas de presión del rival con suma facilidad y generando muchas ocasiones de gol en cada partido gracias al talento que tienen en todas las zonas de creación y de terminación. Sin ir más lejos, en punta ya asoma la figura de Sadiq, cuya marcha tanto daño hizo al Almería y que ahora busca, después de una larguísima lesión, volver a ser el delantero que deslumbró a España hace bien poco.

Imanol Alguacil, sabedor del alto nivel de su plantilla, además de la continuidad de un proyecto que le permite aumentar las prestaciones año tras año gracias a que las fases de adaptación están superadas desde hace mucho tiempo, utiliza siempre un sistema agresivo con el que somete a sus rivales. El dibujo 1-4-3-3 no es sólo una declaración de intenciones. Es la apuesta decidida por el fútbol ofensivo, de posesión, de apertura del campo con costados muy veloces, hábiles y agresivos, con delanteros rematadores unos, creadores y muy habilidosos otros, todos con olfato de gol y con entradas al área desde todos los ángulos posibles. Llama la atención la evolución táctica de la Real que, el pasado año, apostaba más por un 1-4-4-2 así como por el 1-4-2-3-1. Pero el 'plantillón' de esta campaña y la seguridad que sienten técnico y jugadores les está llevando a arriesgar en su puesta en escena cada vez más.

A la estrategia ofensiva se une el abrumador estado anímico del colectivo txuri-urdin, absolutamente opuesto al que se van a encontrar en el Mediterráneo. El poder de la psicología colectiva hace de este equipo un rival con innumerables recursos tácticos, físicos, técnicos y también emocionales. La Real Sociedad es, para sus rivales, un martillo que golpea desde el primer minuto hasta el pitido final. Y la UD Almería, a estas alturas, no está para soportar semejante castigo. Y Alguacil lo sabe. La Real ya huele sangre en el Power Horse y en su hoja de ruta no cabe, ni de lejos, nada que no sea ganar con solvencia a un rival acostumbrado a ser goleado. La Real tiene poderosos argumentos ofensivos para hacer un roto a la UDA y volverse a San Sebastián con tres puntos más.

Los donostiarras llegan al estadio de los Juegos Mediterráneos con el billete para octavos de final de la Champions recién conseguido después de un partidazo lleno de goles y buen juego frente al Benfica. Su próximo e inmediato objetivo pasa por ganar a la UD Almería y alcanzar puestos europeos en la clasificación de la liga donde, actualmente, ocupan la séptima posición a un solo punto del Betis, ya con plaza para Europa.

Sólo un pequeño resquicio para la esperanza rojiblanca deja esta Real de Alguacil. Fuera de su estadio no están alcanzando el nivel de excelencia que sí ofrecen en casa, al menos en cuanto a resultados. Así, de los cinco viajes que han realizado en Liga hasta la fecha, sólo han sumado una victoria, con dos empates y dos derrotas y un balance negativo de goles, cinco anotados y seis recibidos. Pero esos números son sólo un dato al que agarrarse los almerienses porque la realidad dicta que la Real Sociedad ya ha activado el modo crucero tanto en LaLiga como en la Champions.