Los malos hábitos se enquistan en la UD Almería

El caso es que en Bilbao quedó demostrado que no por mucho acumular gente atrás se va a sufrir menos, del mismo modo que acumular jugadores arriba no facilita la llegada del gol. Lo cierto es que era mal momento para visitar San Mamés, pero el 'descenso' experimentado y expuesto en la Catedral por el rendimiento de la plantilla no es solo cuestión de un mal día. Lo mismo habría que echar un vistazo a lo que Rubi tiene 'entre manos' para afrontar un partido, en Bilbao o en Valladolid o en Elche, de lo que el técnico de Vilassar de Mar no es el principal ni el único responsable.

Esta UDA está todavía 'incorporándose' a una autovía sin límite de velocidad y puede que lo esté haciendo con un vehículo 'enratonado' por haber circulado por carreteras convencionales, en las que también hubo que cambiar la marcha en diversas fases del camino para no ser víctimas de un susto que pudo llegar. Se debe recordar que el ascenso a la máxima categoría se consiguió, pero que también es cierto que hubo que esperar hasta el último minuto, sin entrar en detalles de méritos o deméritos de los demás porque lo conseguido es solo el resultado de tu trabajo, por si alguien se acuerda de que el Eibar pinchó y no 'debió' hacerlo, porque también la UDA lo hizo en partidos que, en condiciones normales, tampoco debió perderlos. Y a ese ritmo que hay en Primera, la UDA todavía no se ha adaptado. También porque se necesitan otras cosas como una defensa que, si bien no sacó mucho los pies del tiesto en jornadas anteriores –solo el Real Madrid le había hecho dos goles–, también es verdad que se vio apoyada por las actuaciones de un Fernando que estaba entre los porteros que más paraban de la categoría –para eso juega– y que esa defensa de cinco no tuvo un día acertado en el recinto bilbaíno.

De todas formas, el Almería que se presentó en San Mamés expuso muchas dudas en su juego, por posicionamiento, por comportamiento, por las variantes que surgieron o no a tenor de cómo fue variando el resultado y, lo peor, aventar las dudas con el viento en contra en el momento donde aparecen –puede que de puertas para adentro no–, algunas dudas lógicas en quienes quieren ver ganar al equipo porque, sin jugarse dinero, sí que se juegan los sentimientos. Y Bilbao, lo sucedido en la noche del viernes en San Mamés, debe sentar 'cátedra', ser una especie de toque de atención porque vienen curvas y la duda sobre una estabilidad para quien puede que menos culpa tenga porque, sinceramente, las cuentas habría que hacérselas pagar a quien o quienes han movido fichas en el tablero para confeccionar una plantilla en la que se ha pensado demasiado en quienes se iban, pero no en quienes deberían venir.

Y, sin pasar página para no olvidarla, pero tratando de coger otro libro –decía Einstein que hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferente es una locura– porque llega un Rayo Vallecano que pudo darle un susto al mismo Athletic que el viernes le pintó la cara a la UDA y que empató en la primera jornada del campeonato en el Nou Camp. Y, pese a todo eso, es de los que seguramente estará en la pelea por el objetivo que también persigue la UDA y que es el primero, otra vez, de una larga lista de equipos con los que se jugará mucho más que tres puntos hasta antes del parón para la cita en Qatar, ya que en el Power Horse Stadium se darán cita equipos como el citado Rayo y, de seguido, recibirá al Girona, el jueves 20 de octubre desde las siete; el RC Celta de Vigo, en torno al 30 de octubre –día arriba y día abajo, lo mismo será el lunes, 31–, para acabar esta parte del calendario en casa recibiendo al Getafe en torno al 9 de noviembre.