Siempre será el balón el culpable
El Remate ·
El latiguillo del fútbol actual se agarra al 'toca balón' para convertir en virtud hasta larotura de un tobilloHace ya algunos años los guiñoles de Canal + solían caricaturizar a 'to quisqui'. Había un personaje –Jesulín de Ubrique– que todo lo que exponía lo ... comparaba con un toro. Aquello era un latiguillo que el mundo del fútbol también lo utiliza constantemente. Últimamente, la frase-escudo no es otra que 'es que toca balón'. Da igual si después de tocar balón se lleva una tibia por delante.
El pasado domingo en Santander lo sufrió el Almería con una vara de medir que, dependiendo del color, se utilizaba de una manera o de otra. Moreno Aragón, el árbitro del partido, pitó 'premeditadamente' un penalti de esos en los que influye el cargo de conciencia porque minutos antes concedió otro a favor del Racing que, por mucho que lo veo, no encuentro motivo. Si es por la carga, el que sufrió el supuesto empujón sufre paludismo. Ese, en la calle de Almería donde más viento hace –el tramo entre Jesús Durbán y la esquina de la Cafetería Colombia–, tendría que llenarse los bolsillos de piedra o arrastrarse para llegar a la esquina.
Si es por un toque en el tobillo –se echó la mano a él para 'vender' el 'zapatazo' de Kaiky, tiene un tobillo, como se dice en Almería, con menos 'chicha' que el tobillo de un canario–.
Siendo la apreciación clave porque el Almería era dueño del partido antes y después, la más grave de las apreciaciones fue la de la jugada de Hernando y Luis Suárez al borde del área. Hubo precipitación para pitar el penalti, que si el 'trencilla' hubiese estado en su sitio no hubiese tenido dudas, pero el VAR, ese que no iba a pitar 'penaltitos' esta temporada como el de Kaiky a Arana, hace una actuación como la del Bernabéu en el robo del siglo.
Lo grave es la revisión del VAR en la acción de Luis Suárez. «Esa bota blanca es del Racing, ¿verdad?», se escuchaba en el audio, pronunciada por el árbitro al 'ojo de águila' de la sala VOR, que afirmaba que sí que lo es.
Sinceramente, o en la sala hay imágenes que puedan asegurarlo o tendré que ir al oculista porque la bota que toca el balón es blanca y la de Hernando, con ribetes rojos, parece de todos los colores menos blanca. Pero la acción tiene dos partes, aunque en la primera tocara balón. Levantar la puntera para entorpecer la acción de Suárez es sancionable, pero esa decisión se quedó en el limbo como la revisión en el VAR del penalti contra la UDA. La culpa será siempre del balón. «Es que toca balón», una afirmación que ya es como aquella de Jesulín de que la vida es como un toro.
He llegado a pensar que es de esas costumbres que con el tiempo se hacen leyes de tal modo que hasta los atracadores robarán bancos que estén en lugares donde haya niños jugando al fútbol y en su huida darán unas patadas al balón, que servirán como atenuante. Terminará escuchándose en un campo a un jugador decir, tras apuñalar a un rival, que antes tocó balón. 'Pa habernos matao'.
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