El Girona también se hace fuerte en su casa

Los catalanes se muestran muy fuertes en su estadio, Montilivi, donde suman 18 de los 24 puntos con los que cuentan en la actualidad. Dos más que su próximo rival, la UD Almería. Cierto es que los de Míchel marcan y encajan goles ante su público con la misma facilidad (17-15) lo que no deja de ser una noticia esperanzadora para una UDA que no ha ganado aún fuera de casa. La facilidad goleadora de los de Rubi puede encontrar un momento óptimo ante un rival que pasa apuros atrás.

Después de un intenso verano los de Montilivi han conjuntado una plantilla de muy buen nivel para buscar la permanencia en Primera. De hecho, apenas han hecho movimientos importantes en el mercado invernal, con la llegada de sólo dos futbolistas, Tsygankov (Dinamo de Kiev) y Callens (NY City). Sí ha sido llamativa la marcha de Samu Saiz, un futbolista que mantenía una relación amor-odio con el club gerundense pero que siempre fue un peligro para sus rivales. Especialmente para la UD Almería que lo sufrió en varias ocasiones.

El dibujo que utiliza Míchel, técnico madrileño del cuadro catalán, se ajusta a su filosofía de lo que es un equipo sufridor de Primera. Tiene claro que un club que lucha por alejarse de los puestos de abajo tiene que cerrar bien su portería. Por ello suele utilizar una defensa de cinco, aunque el dibujo habitual se parezca más a un 1-4-2-3-1 con cambios más acusados al 1-5-3-2. A pesar de esa idea que no esconde como punto de partida, lo cierto es que la forma de jugar de los catalanes tiene marcado acento ofensivo. De hecho, cuenta delanteros de muy alto nivel para destacar en la Liga, gracias a buenas cesiones de jóvenes valores que cuentan con el apoyo de los más veteranos del vestuario. Más allá de eso, sus hombres de retaguardia también tienen proyección atacante. Así, los carrileros Miguel Gutiérrez y Arnau son de muy largo recorrido y con grandes dotes para aportar arriba. Dos valores en alza, con experiencia sobrada pese a su edad, que van a aportar mucho valor añadido al cuadro catalán. En la zona ancha del campo las características son similares a la idiosincrasia de todo el bloque. A saber, mucha capacidad de trabajo lo que no indica, por cierto, ausencia de calidad. Todo lo contrario, la sala de máquinas del Girona responde tanto al juego sin balón como al buen trato del mismo cuando toca tener la posesión. Mucha asociación entre los centrocampistas bien apoyados por los carrileros que, con el balón en los pies, se convierten en dos hombres más de la medular. Ya en su visita al Power Horse Stadium realizaron un partido notable en todas sus líneas y casi sobre la campana estuvieron a punto de puntuar.

Míchel trabaja mucho las transiciones rápidas. Quiere pocos toques para presentarse en área rival. Hombres como Rainier, Riquelme o Taty Castellanos, con permiso de Stuani, son ejemplos del alto nivel ofensivo de los catalanes. Mezclan juventud y veteranía. Y, de momento, les funciona.

El Girona juega un fútbol vistoso. Más aún ante su gente. Y al Almería, en los últimos años, después de aquel playoff que supuso el ascenso de la UDA de Javi Gracia, le tiene tomada la medida. El duelo Girona-Almería es ya un clásico menor de nuestro fútbol. Pese a los cambios continuos en las plantillas, se conocen bien y se tienen ganas porque saben que son, sí o sí, rivales directos por el mismo objetivo. A los dos les gusta hacer un fútbol bonito y de ataque. Está por ver si, lejos de anularse, vuelven a mostrar un buen espectáculo, como en tantas ocasiones antes.