Querido Papa Noel. Te escribo primero a ti porque dentro de un par de semanas serás el primero en repartir la ilusión de la Navidad. ... Como estos últimos días estarán siendo agotadores para tus elfos, construyendo juguetes, preparando regalos y revisando las cartas que os seguirán llegando, mi petición es muy sencilla y no requiere de ninguna labor especial. Lo que te pido es, simplemente, que dejes a la UD Almería tal y como esta. Sin más.
Quiero pensar que tu atuendo rojo y blanco, más allá de las leyendas urbanas que lo asocian a una marca de refrescos, tiene que ver con tu pasión futbolística mediterránea. Por eso comprenderás muy bien que el mejor regalo para esta Navidad, y para los próximos meses, sea seguir viendo lo mismo que estamos disfrutando en la actualidad.
Me gustaría seguir saltando de la silla con la magia de Ramazani, quiero asombrarme con el fútbol que desborda Portillo, con la casta de Pozo, con la seguridad de César, y con la sabiduría de Rubi. De hecho, hasta quiero seguir exprimiendo a Sadiq en estado puro. Sus genialidades y sus excentricidades. Sus celebraciones grises y su sonrisa más luminosa. Me gustaría que no cambiara nada. La borrasca de los empates hasta tuvo su punto interesante porque luego llego el anticiclón del Zaragoza.
Me gusta incluso el Estadio lleno, aunque los números digan que no se alcanza la cifra de los 10.000 espectadores. Las 'palmillas' en las gradas como banda sonora eterna para varias generaciones de aficionados, que escuchan las historias de fútbol lúgubre como ecos de un pasado infinitamente lejano. Está siendo un escenario tan ideal que, por primera vez en la historia, el Almería se ha proclamado campeón de invierno y con tres semanas de antelación. Por si fuera poco, la diferencia con los perseguidores es tal que la renta ahora se puede medir por jornadas restadas al calendario. Con 3 partidos de ventaja, la meta no llegaría en la jornada 42, sino en la 39. Una verdadera locura.
Y en esa espiral de éxito que está rodeando al club rojiblanco, el pasado sábado tuvimos la foto que siempre esperábamos ver. Fernando Martínez, el portero del equipo líder de Segunda División, recogía el premio al mejor jugador del mes de noviembre, un galardón habitualmente diseñado para los artistas del gol. En esta ocasión, el guardameta murciano, profesional, humilde, trabajador, compañero y capitán, vive teñido de oropel después de haber cimentado una carrera desde la honestidad y la discreción. Su esposa, Marta, y su hija, Claudia, ponían su mejor sonrisa, llenas de orgullo por un reconocimiento más que merecido.
Es por todo esto, querido Papa Noel, que no necesito nada más. Déjame seguir disfrutando de una temporada que es, y va a seguir siendo, histórica.
PD. Adjunto copia a los Reyes Magos para que también tengan en cuenta mi petición.
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