El Cartagena es un mal viajero

El buque insignia del Cartagena es, después de que lo hayan conseguido retener una temporada más, el veterano goleador Rubén Castro que, pese a las complicaciones colectivas, estuvo peleando por el premio individual de mejor goleador de la categoría en la anterior Liga y en esta sigue el mismo camino. Su presencia es indiscutible en un once albinegro, no ya solo por su instinto goleador, sino por la personalidad y carácter que su sola presencia transmite al resto del equipo.

Lo que más destaca del juego que despliega el conjunto cartagenero es la forma coral de entender tanto el ataque como la defensa. El hecho de tener hombres de marcado carácter ofensivo como el propio Rubén Casto u Ortuño no impide que haya una implicación máxima en la participación de todos en todas las facetas del juego. Especialmente, como queda dicho, eso sucede en su propio estadio. Lejos de él las prestaciones ofensivas caen estrepitosamente, a pesar de la nómina de delanteros goleadores con los que cuenta. Y es que el juego coral ahí sí se resiente hasta el punto de estar el Cartagena en el tercer peldaño, por la cola, de peores equipos en sus desplazamientos. Solo ha sumado ocho puntos en once partidos, con nueve goles marcados y la friolera de veinte encajados.

Aún así, en el entorno del 'Efesé' se respira optimismo. A solo un punto de la sexta plaza, sabe que una mínima mejoría fuera de casa le supondría entrar de lleno en la pelea por el ascenso. Y, si los albinegros son capaces de ofrecer un altísimo nivel en Cartagonova, parece evidente que más pronto que tarde tienen que mostrarlo en estadios ajenos. Y es que, curiosamente, los albinegros vienen mostrando los mismos síntomas, tanto positivos como negativos, desde la pretemporada allá por los meses de julio y agosto. El potencial ofensivo es indiscutible pero los desajustes defensivos son constantes. Así las cosas, el Cartagena no ha ocultado su intención de reforzar la zaga en el mercado de invierno, estando muy interesados en el central argentino Marcos Mauro, actualmente en el Cádiz.

El 'Efesé' es un equipo que obliga al máximo a las defensa rivales, pero que ofrece muchas opciones a las delanteras adversarias. Carrión sigue ajustando detalles para llegar al tramo decisivo del campeonato, dentro de un par de meses, con opciones de acceder a los playoffs y con los problemas referidos ya resueltos. Lo que nadie discute a estas alturas es que el FC Cartagena es un rival duro y complicado, bien trabajado, con un bloque que va creciendo en confianza jornada a jornada y con unas individualidades en ataque de lo mejor de la categoría. Pese a estar muy jerarquizada la plantilla, el ambiente que transmite es muy positivo y el objetivo soñado parece que, este año sí, puede ser una realidad.

Uno de los hombres más experimentados del grupo albinegro, Alberto de la Bella, líder del vestuario, ahondó días pasados en lo ya dicho, «el equipo está en una dinámica fuerte, sentimos que podemos ganar a cualquier rival y para 2022 pediría ese pasito adelante cuando vamos a domicilio. En el Cartagonova nos sentimos poderosos con nuestra gente, pero fuera de casa, si somos capaces de sacar más puntos, podríamos estar en una zona privilegiada de la tabla».

Y de cara al partido de hoy domingo, en un principio de año convulso por los estragos de la covid-19 que puede alterar el orden de las cosas en la competición, De la Bella admitió que al Almería «es bueno cogerlo ahora tras una semana de vacaciones, pese a que vaya a ser un partido difícil. Es un rival que está haciendo una temporada buenísima y no regala puntos, así que tendremos que hacer muchas cosas bien para conseguir sumar. Yo veo al equipo preparado, las sensaciones son buenas».