La UD Almería vuelve a Lorca; en el mismo lugar, otra lección de calma
El escenario repite su nombre; el guion, esta vez, quiere otro desenlace en la vuelta del Almería a Lorca, sin promesas, sólo con la certeza del trabajo
Tamaraceite, Arenteiro, Barbastro… nombres que aún resuenan en la memoria reciente de la UD Almería, lugares donde la Copa del Rey se volvió un baile ... inesperado. El torneo que iguala, que despoja de jerarquías, ha recordado en más de una ocasión a los equipos grandes –y también a los que aspiran a serlo– que el escudo no gana partidos. No hace tanto, Real Madrid, Barça, Atlético o Athletic también sufrieron el hechizo de una noche copera mal escrita. Hoy, en la primera eliminatoria de la 2025/26, la advertencia vuelve a brillar con fuerza. Nadie está a salvo y La UDA lo sabe.
El equipo de Rubi se enfrenta a un rival dos categorías por debajo, un Lorca disciplinado que se mueve con la serenidad de quien no tiene nada que perder. Sobre el papel, la distancia parece abismal; sobre el césped, el fútbol vuelve a ser ese territorio imprevisible donde once contra once es más que una fórmula. La ansiedad puede atenazar al favorito, la osadía puede liberar al humilde. En la Copa, los relatos se escriben con emociones, no con presupuestos, y cada balón dividido pesa tanto como un recuerdo.
El árbitro por JOSÉ GABRIEL GUTIÉRREZ
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Fuentes Molina. El arbitraje corre a cargo del colegiado valenciano Andrés Fuentes Molina, natural de Valencia, que el pasado mes de agosto cumplió 35 años de edad. Tras militar durante una temporada en la otrora categoría de Segunda División B, en la 2021/22 debutó en la nueva Primera RFEF, en la que el último encuentro que dirigió fue el correspondiente al playoff de ascenso, disputado entre Deportivo de La Coruña y Albacete Balompié (1-2).
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Cuarta en LFP: Debutó en Segunda División en el campeonato de Liga 2022/23, arbitrando en la primera jornada el encuentro entre Real Oviedo y FC Andorra, con victoria andorrana (0-1). Desde entonces, ha pitado 69 partidos, con el balance de 25 victorias locales, 22 visitantes y 22 empates, resaltando que en la pasada temporada, en el aspecto disciplinario, mostró la media de 4,67 amarillas, sacó siete rojas y señaló cinco penaltis.
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Liga y Copa a la UDA: El de hoy es el cuarto partido que le arbitra al equipo almeriense, curiosamente, siendo el segundo en la Copa del Rey, tras hacerlo la pasada temporada en el disputado por la UD Almería en campo de la Cultural Leonesa, finalizado con victoria rojiblanca (1-2). En la Liga lo hizo en casa contra el Burgos CF (2-0) y esta temporada igualmente jugando como local, en el partido disputado con el Racing de Santander (2-3).
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Partido sin VAR: Fuentes Molina no tendrá hoy asistentes en el VAR, al ser un partido de Copa. Tendrá de cuarto árbitro al igualmente valenciano Sergio Escriche Guzmán y, en las bandas, a Acero Pradera, del colegio riojano, y a Hernández Ramos, del catalán. En la Liga, Fuentes Molina lleva pitados seis partidos, con una victoria local y cinco visitantes, señalando dos penaltis, mostrado la media de cinco tarjetas amarillas y sacado dos rojas.
Para esta cita se esperan cambios en el once almeriense. Rubi dispone de una plantilla amplia, casi doblada en cada posición, pero también con bajas sensibles. Chumi y André Orta siguen fuera por lesión; el central durante varias semanas más, y el portugués apenas tiene opciones de reaparecer. Iddrisu Baba, ausente ante el Castellón por fatiga, apunta a reservarse para el compromiso frente al Eibar. La Copa despierta ilusión, sí, pero la Liga marca el pulso del proyecto. En ese equilibrio entre el deseo y la prudencia, el Almería afronta su regreso al Artés Carrasco, escenario de una vieja lección que aún late. Los festejos sólo llegan cuando se merecen y nunca antes. El Almería es consciente de ello, porque, volviendo la vista a 2008, en aquella visita al conjunto lorquino al que Unai Emery puso en el mapa, todo estaba previsto para que, ganando, empezara la fiesta. No se hizo y hubo que aplazarla seis días más. Ahora, sí que es cierto que no celebrar, supone decir adiós a una competición en la que el pasado curso se brilló, derrotando con solvencia al Sevilla, y perdiendo por la mínima frente a un Leganés, que era entonces de Primera. Entonces, el Almería no era en Lorca, pero sí peleó de tu a tu. Hoy los rojiblancos no quieren que su rival se vista de matagigantes, matiz, que se le puede otorgar, si se miran las categorías a las que pertenecen ambos contendientes.
La Copa no se tira
El Almería no tira la Copa. No es que en el horizonte rojiblanco se contemple la posibilidad real de levantar el trofeo, pero tampoco se renuncia a soñar con avanzar lo más lejos posible. En un club donde cada paso cuenta, hacerlo significaría no solo un impulso económico, sino también –y quizás más importante– una inyección deportiva y anímica. La Copa del Rey sigue teniendo ese sabor a fútbol añejo, a esa competición imprevisible que enfrenta a gigantes y modestos bajo el mismo reglamento, donde las jerarquías se desdibujan y el romanticismo del balón recupera su esencia.
El torneo del KO conserva esa mística especial, casi artesanal, que recuerda los tiempos en los que cada partido era una aventura y cada estadio una trinchera. Es una guerra deportiva entre 'ricos' y 'pobres', entre presupuestos millonarios y plantillas con oficio y corazón, sujeta a un guion no escrito donde a veces el azar se alía con la épica. En ese escenario, cada eliminatoria se convierte en un laboratorio de pruebas, en un campo de experimentación que la Liga, con su rutina y su exigencia, no permite.
Para el Almería, la Copa representa también un refugio, un escaparate donde pueden mostrarse aquellos futbolistas que buscan minutos, ritmo y confianza. Las primeras rondas son el escenario ideal para quienes reclaman su oportunidad, para los que quieren convencer al entrenador de que su sitio no está en el banquillo sino en el once. En el fútbol moderno ya no existen alineaciones inamovibles ni titulares perpetuos, todo se mide por el rendimiento inmediato y la capacidad de responder cuando el técnico lo exige.
Examen continuo
Así, cada partido copero se convierte en un examen, en un test de carácter y ambición. Porque, más allá del resultado, lo que está en juego es algo más profundo: el orgullo de competir, la ilusión de avanzar y la posibilidad de escribir una página distinta en la historia del club. Y aunque nadie en Almería se atreva a pronunciar la palabra 'título', todos saben que el camino de la Copa puede dejar huellas imborrables y, quién sabe, quizá algún capítulo de gloria inesperada.
Dar un once es tan difícil como acertar los números del Euromillón. Posiblemente des en la diana con algunos, pero el abanico de posibles titulares completó casi imposible. La competición, si se habla en el global de la temporada, somete a Rubi y a su cuerpo técnico a repartir cargas, aunque hay comportamientos que aventuran que algunos tengan el cartel de 'titulares' para esta cita de hoy. La portería es cosa de dos, Fernando Martínez y Bruno Iribarne. El primero no ha tenido la oportunidad de jugar y lo necesita, el segundo sólo jugó 12 minutos con la sub-21, en el España-Noruega. Con el primer equipo, el año pasado fue titular frente al Sanse, en la primera eliminatoria.
¿Seguros?
Puede que haya jugadores con un alto porcentaje de probabilidades de actuar de salida en el envite de esta noche. En ese sentido, el señalado es el brasileño Thalys, que se 'estrenaría' de inicio, en un duelo 'enmascarado' como test, pero abiertamente declarado como el partido oportuno para que vaya cogiendo ritmo y hábitos del primer equipo. Llegó como '9', pero tal y como está el equipo ser el elegido es complicado.
Teniendo en cuenta las 'restricciones' de la competición y el 'nivel' del filial, serán sólo los que vienen trabajando en dinámica del primer equipo los que entren en una convocatoria que no se conocerá hasta hoy. Pedro Fidel puede ser ya de las novedades, teniendo en cuenta que sobre el campo tiene que haber siete jugadores, sí o sí, de la primera plantilla, con lo que lo más normal es que sean ocho del primer equipo los que salten de inicio. Jugadores como Aridane, Marcos Luna, Centelles, Selvi, Robertone, Guedes –sólo jugó 9 minutos–, Arnau –con media hora ante el Lorca– y Perovic tiene visos de estar en el once.
Un rival con problemas
El Lorca de Sebas López –un técnico que hizo un gran trabajo en el Pulpileño– ha mostrado un planteamiento táctico basado en el orden defensivo y la solidez colectiva, aunque con dificultades en la faceta ofensiva. Los resultados –tres empates, tres derrotas y una victoria– reflejan un equipo que prioriza la estructura y el equilibrio antes que el riesgo en ataque.
Sebas López ha apostado por un sistema base 1-4-2-3-1, aunque en fases se reagrupa en un 1-4-4-2 compacto, cerrando líneas y dificultando la progresión rival. Este planteamiento le permitió mantener la portería a cero ante Real Jaén, Yeclano y Extremadura, tres rivales de entidad. Sin embargo, el déficit de gol se hizo evidente en varios encuentros. En la salida de balón, busca un juego más directo y vertical, con apoyos en mediocampo y la participación de los extremos para estirar el campo. Cuando el equipo logra conectar sus transiciones ofensivas, muestra una cara más peligrosa, como se vio en el 13 ante el Linares, donde la presión alta y las rápidas combinaciones por banda fueron determinantes.
No anda fino en la competición liguera, con sólo una victoria en siete partidos disputados, pero en su último encuentro, en Linares, logró una importante victoria. Lo normal es que jueguen los más habituales.
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