Final | El Almería pone en peligro sus opciones de ascenso

Disputado el de hoy, quedan tres partidos por resolverse y lo mejor, de cara a la estabilidad de la mente, es sumar la victoria en ese número de citas para dar alimento a esta nueva etapa que comenzó, curiosamente, hace tres partidos en los que el Almería, bajo el 'manto' de Joan Francesc Ferrer 'Rubi', no ha sido capaz de mantener una regularidad en sus formas, que sí es cierto que le dieron para ganar los tres partidos, pero que en la clasificación y calendario sólo habla de una victoria a domicilio y dos partidos en los que una mala dinámica en la segunda parte echó por tierra los buenos modales exhibidos en la primera.

El Cartagena se cruza en el camino de la UDA casi como en la primera vuelta. Entonces, el equipo dirigido por José Gomes llegaba al partido después de tres derrotas consecutivas de las que sólo en una, la encajada en casa frente al Sporting, mereció mejor resultado. Los otros dos duelos, celebrados en Las Gaunas y el Estadio de Gran Canaria, ofrecieron la imagen de un equipo pobre en juego y que no expuso en el campo las intenciones de ascenso. Ante el equipo albinegro, el cuadro rojiblanco no ganó, pero sí que dejó puestas las bases para aspirar a más, añadiendo 19 partidos de forma consecutiva en los que sólo aparecen las dos derrotas ante Mallorca y Espanyol y tres empates. Lo demás, hasta 14 partidos, deparó la conquista de 42 puntos que contrasta con la racha actual que habla de sólo dos victorias en once compromisos, pero también de sólo tres derrotas y, por tanto, seis empates que pudieron caer de cualquier lado, pero en condiciones normales hay encuentros en los que no sólo mereció ganar sino que debieron acabar con triunfo –los dos últimos jugados en casa o los de Leganés y Zaragoza, sin ir más lejos, estos sujetos a decisiones arbitrales–.

Como cuando a un niño le haces cualquier cuestión y responde con un contundente «porque sí», al Almería no le valen otros motivos para condicionar la victoria de hoy en Cartagonova, donde el fútbol almeriense celebró el domingo un ascenso histórico –el del Pulpileño a Segunda RFEF–. En ese escenario, los indálicos están obligados a comportarse, a hacer un partido redondo, de principio a fin, y ganar, ganar y ganar, como decía el añorado Luis Aragonés. Debe hacerlo porque, sin la opción del ascenso directo –su 'debate' ya ha concluido–, llegar al playoff con la actual dinámica de irregular comportamiento no hace que ese camino esté rodeado de una aureola llena de positividad y sí sujeta a la no consecución del objetivo. Con tres semanas de trabajo de Rubi al frente de la plantilla, quizás sea el momento de exhibir lo aprendido o desenterrar la dinámica que se manifestó justo después de empatar, en la primera vuelta, con el cuadro cartagenero.

Puede volver, quién asegura lo contrario, aunque la dinámica no es buena, sujeta a acciones individuales, para lo bueno y para lo malo, pese a que la 'colectividad' es el camino. Lo demostró en Tenerife y también frente a Oviedo y Albacete. En los días de empate, cuajó una gran primera parte que de haber ofrecido un resultado 'escandaloso' no estaría sujeto a extrañezas. Pero la desconexión puso en entredicho incluso el empate. El gol del Albacete, sin ir más lejos, llegó entre el acoso, con buen fútbol, por un descuido que desactivó a los de Rubi, pero que ejercieron un buen rendimiento antes del gol manchego y poco después de él para haber ganado con contundencia.

Pero, pese al buen inicio de la segunda parte con un par de llegadas, el equipo fue en bajada, una sensación que deberá 'reconsiderar' esta tarde porque es obligado adquirir un nuevo motivo para cambiar la dinámica, sobre todo mental, por la que deambula el equipo. Hoy, sin Sergio Akieme y sin Juan Villar, la convocatoria está hecha, aunque no tanto el once, porque podrían realizarse algunos cambios, con la defensa como el primer 'sitio', ya que entra en la lista Ivanildo Fernandes, que podría ser pareja de Maras, que no jugó ante el Alba y que puede abrir el abanico de posibilidades a balón parado, 'descuidado' el sábado. Está claro que Centelles ocupará la banda izquierda, con Balliu en la derecha.

Con Morlanes fijo –sería un lujo no tenerle en el campo–, su acompañante podría ser Samú Costa, recuperado ya de modo definitivo de sus problemas físicos. De todas formas, hay tanto para elegir, aunque no todos den lo mismo, que podría haber alguna otra novedad. Pudiera ser Robertone, con caras nuevas en la segunda línea. De todas formas, tanto Aketxe como Lazo o Carvalho ofrecieron buenas señas jugando entre líneas, en la primera parte. Tampoco estuvo mal la aportación de Villalba. Teniendo en cuenta el poco plazo de recuperación, el valenciano podría ser de la partida, con Sadiq Umar, el único delantero, en punta, o hacerlo con un falso nueve como Ramazani.

Habrá que exponerlo ante un Cartagena en dinámica positiva. Ha ganado tres de los últimos cuatro partidos, válidos para despegarse de la zona de descenso. Y es que el equipo de Luis Carrión sólo ha perdido uno de los últimos nueve compromisos. En gran medida, tiene mucho que ver su solidez defensiva –de la que no gana la UDA–, con cinco puertas a cero en los últimos ocho compromisos de modo que la permanencia la tiene cada vez más próxima. Por eso, ganar hoy sería el golpe definitivo.

Propondrá problemas para la UDA, por los automatismos adquiridos con los últimos duelo. Además, ha cuajado partidos en el aspecto ofensivo, así como en defensa, haciéndoselo pasar a los rivales de arriba. De todas formas, a la UDA le toca resucitar.