A la UD Almería entre todos la mataron y ella sola se murio
Ante el Girona se confirmó la trayectoria descendente de una plantilla indálica que puede agarrarse a los árbitros, pero que debe hacer autocrítica
Es momento de sentarse y hablar, de 'coger el toro por los cuernos', como se dice en esta tierra. La UD Almería certificó el sábado ... otra temporada más en declive. Se podría decir que tampoco ha estado mal, si se tiene en cuenta de donde viene el equipo salvándose en las últimas temporadas con la 'suerte' como aliada. Empezando por la 2013/14 y la suma de diez puntos sobre doce tras haber sumado solo una victoria en los últimos once partidos y continuando con las tablas en Córdoba, en la temporada post-descenso, ganando al Reus en la última jornada de la siguiente y echando por tierra los mejores números del UCAM Murcia de Francisco al llegar a la penúltima jornada, o empatando en Lugo y mejorando lo hecho por la Cultural Leonesa en la 2017/18. El cambio de propiedad ha deparado tener un equipo que afronta los retos con más tranquilidad, pero con aspectos en contra como la 'inestabilidad' del banquillo del año pasado –cuatro técnicos y uno que no llegó a debutar– o el bajón que ha dado el equipo en los últimos meses para 'despeñar' sus opciones de ascenso directo –en la jornada 28 había ganado en Girona y era segundo– en el último tercio de la temporada –14 jornadas últimas–, en la recién concluida campaña.
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Ha habido de todo, achacable a la plantilla, al cuerpo técnico de antes, casi que también al de ahora y a la propia dirección deportiva, que trabaja en esta UD Almería con el 'beneplácito' de quienes toman decisiones al frente del club, ya sea en lo económico como en lo deportivo –que también–. Todo eso, 'removido' en una 'coctelera', ha dado pie a no conseguir el objetivo, nunca a fracasar porque, como se suele decir, fracasa quien no lo intenta y, con más o menos acierto, esta UD Almería lo ha intentado. Pero sí que es cierto que ahora mismo toca hacer autocrítica y hacer un examen de conciencia que probablemente no lo aprobaría nadie –salvo los aficionados que estoicamente han aguantado lo hecho desde casa y sin poder poner nada– para tratar de subsanar los errores, que han sido muchos, con la intención de que, aun teniendo en cuenta que el fútbol es un juego y para lograr los objetivos tienes que ser mejor que muchos de los 21 equipos que te acompañan en la categoría, no vuelvan a repetirse y no desviarse del buen camino.
Agentes externos
No es el principal obstáculo, pero influye. La UD Almería ha perdido puntos por decisiones arbitrales inexplicables, más en tiempos donde existe una herramienta como el VAR que debiera ayudar a impedir que se cometieran esos errores, seguramente sin intención de hacer daño, pero sí repetitivos. También los ha habido a favor. Lo que sí es cierto que hay que ver cuándo se toman las decisiones en contra y cuándo las que beneficiaron. No es lo mismo errar cuando estás ante un rival directo como Leganés, Mallorca, o con opciones de que los puntos te sirvan para seguir pegado a plaza de objetivo –el empate ante el Sabadell o la derrota en Zaragoza– que hacerlo cuando ya es una quimera lograr la meta –el día del duelo ante el Mirandés o el Albacete–.
A la UDA le impidieron seguir en la pomada algunas decisiones arbitrales, como queda dicho, pero ciertamente la madurez de quien sufre esa 'condena' se ve en la reacción posterior y eso es un agente interno que una respuesta contraria tiene mucho que con la bisoñez de quien la sufre. En este caso, una plantilla como la rojiblanca, la de menor media de edad de la categoría y también la de menos experiencia, ha supuesto un hándicap insalvable, a tenor de los resultados.
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Otro aspecto ha sido el rendimiento, a veces supeditado a la exigencia. Competir en la Liga española, ya sea en Segunda o en Primera División, no es comparable con hacerlo en otras ligas europeas o suramericanas. Tal vez se haya pecado de una composición de plantilla no tan equilibrada en edad y 'fichas del tablero de ajedrez' –cortos en algunas posiciones y de sobra en otras, como puede la de mediapunta– para aceptar el 'jaque' de una forma casi constante, pero capaz de hacer los movimientos necesarios para impedir el 'mate'.
En la reserva
Los arbitrajes y la inexperiencias forman parte de la fórmula que se completa con una caída en las prestaciones del equipo en el último tercio de la competición. Durante los primeros catorce partidos, la UD Almería sumó 26 puntos, en el segundo tercio se fue a los 29 y en el tercer tercio solamente llegó a sumar 18, casi tres victorias menos que en la primera parte del campeonato y casi cuatro triunfos menos cosechados que en la segunda, que ha resultado el tramo mejor, se podría decir que ahí fue donde se alcanzó el mejor momento de la temporada. ¿Ha fallado el aspecto físico? Probablemente, pero no ha sido lo único. El ritmo de competición lo han adquirido 24 de los 25 jugadores que utilizó José Gomes, primero, y ahora Rubi. Solamente tres jugadores están lejos de los mil minutos jugados: Juan Villar, Brian Rodríguez y Guilherme Schettine y, también es cierto, que Sadiq Umar ha estado por muy por encima de quienes debieran haberle 'hecho sombra' y su exceso de individualismo, su intención de querer hacer las cosas en solitario, ha podido influir en el rendimiento final y muchas veces con decisiones adoptadas como consecuencia del cansancio. Y sólo es un ejemplo.
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Sí que es cierto que el trabajo acumulado no ha dado nada más que para llegar bien a marzo con un equipo que tuvo una rémora parecida a la que tendrá la 'nueva' UD Almería, aunque menos la próxima temporada. La conclusa el pasado sábado ha dejado entrever que apenas si tuvo tiempo para comenzar a preparar la campaña. Se quedó lejos del ascenso, como este año en la primera eliminatoria, el día 16 de agosto, y disfrutó solamente de 12 días de vacaciones para comenzar a preparar una temporada cuya primera cita, sin el equipo al completo, se llevó a cabo en Lugo, a finales de septiembre, con aún una semana más para completar la plantilla. En el último 'segundo' llegaron Sadiq Umar y Jordi Escobar, este derivado al filial.
Con tiempo
Sin embargo, hubo tiempo para adquirir el 'combustible' necesario para no llegar en reserva al plazo final de la competición, en la que, amén de esa insuficiencia, también ha influido el aspecto anímico de una plantilla débil e indecisa y con 'fracturas' como lo demuestran los conatos de incendios vividos durante la temporada por quién tira un penalti o una falta y que, seguramente, sean sólo la punta del iceberg de lo que se ha debido cocerse dentro del vestuario.
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Ahí puede estar otra clave. Los éxitos se consiguen en bloque, yendo todos a una. Donde hay que usar constantemente 'tiritas' para curar, aunque solamente se un rasguño, al final denota la imposición de egos, pecados de juventud en una plantilla donde tal vez ha sobrado juventud y se ha echado en falta una 'pizca' de veteranía.
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