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La aplicación móvil sí confirma la lectura de los archivos.
¿Chateas o trabajas?

¿Chateas o trabajas?

La joven empresa Imbox.me adapta las tecnologías de mensajería instantánea a las necesidades del mundo empresarial, con más seguridad y un mayor control en las comunicaciones

borja robert

Viernes, 8 de agosto 2014, 13:14

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La mensajería instantánea entre teléfonos móviles es, probablemente, el modo de comunicación digital más popular del mundo. Whatsapp anunció en abril su último record: había gestionado 64.000 millones de mensajes en 24 horas. Casi una decena por cada humano vivo. Además de conectar a familiares y amigos, estas herramientas tienen cada vez más éxito en el ámbito laboral. Permiten cruzar información de forma ágil, inmediata. A uno o a varios. Más rápido que una llamada, y menos engorroso que un correo electrónico. Pero las empresas se rigen por otras normas y tienen otras necesidades. Sobre todo, más seguridad y control. La start-up madrileña Imbox.me ha encontrado, en ese nicho, su mercado.

«Nosotros lanzamos la aplicación móvil SpotBros hace casi dos años», explica Fernando Calvo, cofundador de la compañía, que ofrece una alternativa a Whatsapp, y que además integra almacenamiento de ficheros en la nube. A las pocas semanas, afirma, comenzaron a recibir llamadas de empresas que querían usar su tecnología de manera interna.

Seguridad y privacidad

«Nos dimos cuenta de dos cosas muy claras: que la mensajería instantánea ha triunfado como medio de comunicación, y que la caída de Blackberry, junto a las nuevas políticas de bring your own device traiga su propio dispositivo hace que la mayoría de empleados tengan su smartphone», aclara. Fundaron Imbox.me para aplicar su tecnología al mundo empresarial.

Sí confirma la lectura del mensaje

  • características

  • Una de las diferencias más destacadas de la tecnología de Imbox.me es que su sistema sí notifica cuando un mensaje se ha leído. Mientras que en Whatsapp el primer visto significa que el mensaje se ha enviado y el segundo que el destinatario lo ha recibido, la plataforma de Imbox.me solo concede la segunda confirmación cuando el usuario ha abierto la aplicación y mirado el nuevo mensaje.

«Apenas hay soluciones de mensajería adaptadas a los requerimientos de uso profesional», asegura Calvo. Un mundo con una exigencias que no tienen las comunicaciones entre familiares y amigos. «Un tema clave es el de la seguridad. Hemos oído muchas veces que, en el sector sanitario, dos trabajadores se envían una radiografía de un paciente a través de Whatsapp, a pesar de que es una información lo suficientemente confidencial y personal como para que, si se extravía, el hospital pueda meterse en un problema», señala. «Nosotros ofrecemos una red privada y segura».

Aunque se usa igual que el resto de aplicaciones de mensajería instantánea, Imbox.me ofrece soluciones específicas para el ámbito profesional. «Cada vez a más gente le molesta que se use Whatsapp para el trabajo, así que Imbox.me permite distinguir uno de otro. Si ves el icono de notificación de Imbox.me, ya sabes que es algo profesional», apunta el cofundador. Además, han incluido la posibilidad de que el emisor sepa si el mensaje se ha leído y no solo si se ha entregado. «Así no se puede usar de excusa», afirma Calvo.

«Llevamos dos meses vendiéndolo y nos llaman muchas empresas», asegura el emprendedor. «Tenemos claro que la necesidad tecnológica está ahí. Tenemos cientos de clientes pequeños y hemos cerrado ya con tres clientes grandes». Un ejemplo donde su tecnología puede ser especialmente útil, señala, es en las empresas de logística. «Una oficina central, y un grupo amplio de trabajadores distribuidos por todo el país». Su aplicación, aclara Calvo, permite integrar en un único canal de comunicación a todos los empleados, y agilizar la asignación de tareas.

Mayor control

Imbox.me, asegura Calvo, llega para resolver una paradoja. Las empresas cuentan con un nuevo canal de comunicación sobre el que no tienen ningún control. Sus empleados trabajan apoyados por una tecnología sobre la que no pueden decidir. «En Imbox.me tienes acceso a un panel de control en el que puedes elegir a quién invitar a tu red, ver los perfiles, qué grupos se han creado, decidir si tus empleados pueden hablar entre ellos o con otros proveedores», apunta.

Y sirve tanto para pymes como para grandes empresas. «Podemos alojar nosotros la red, o instalarla en sus servidores si necesitan esa clase de control de la privacidad», explica el fundador. Incluso, asegura, se puede integrar con el resto de procesos automatizados con los que ya cuente la empresa. «Es fácil crear un usuario que envíe automáticamente avisos de incidencias, de stock, de descuentos o de las nóminas, a cada trabajador que lo necesite».

Aunque de momento están centrados en implantarse en España, su objetivo es empezar a internacionalizar sus servicios lo antes posible. «Queremos ser líderes mundiales de la mensajería instantánea corporativa en dos años», sentencia Calvo. «Un negocio de este tipo solo puede ser global».

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