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Michael McLoughlin
Domingo, 15 de febrero 2015, 07:43
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Fue una de las cosas más comentadas en el pasado CES de Las Vegas. Junto a varias pantallas OLED y esa excéntrica lavadora de doble tambor (la que, por el momento, no llegará a Europa), LG aprovechó el primer gran cónclave tecnológico del año para presentar la segunda edición de su teléfono curvo. El G Flex 2, que amplía sus colores con un rojo con una tonalidad bautizada como flamenca, ha reducido el tamaño de su pantalla hasta las 5,5 pulgadas, un cambio que se agradece al coger el teléfono en la mano.
El display, hecho de P-OLED, era una de las grandes tareas pendientes de la primera generación. Ahora cuenta con resolución Full HD con una densidad de 403 píxeles por pulgadas. Será el primer móvil del mercado que corra el potente Qualcomm Snapdragon 810, un procesador de ocho núcleos a 1,5 Ghz con arquitectura de 64 bits. Un chip que estará jalonado con 2 GB de memoria RAM. La cámara tendrá las virtudes del G3 con 13 megapíxeles y autoenfoque láser. La batería de 3.000 mAh, es su otro gran atractivo.
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