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COVID-19, la oportunidad dorada de la tecnología sanitaria

COVID-19, la oportunidad dorada de la tecnología sanitaria

El big data se presenta como una herramienta para ayudar a los médicos y pacientes para superar enfermedades o pandemias

José Antonio González

Madrid

Miércoles, 25 de marzo 2020, 07:27

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La crisis desatada por el nuevo coronavirus está poniendo a prueba los sistemas de salud estatales, las economías mundiales y la resistencia moral de la población con confinamientos estrictos para vencer a la expansión del virus. La disciplina asiática y su convencimiento por lo digital han llevado al big data a ser el arma ideal para vencer al COVID-19.

«Sospecha que en Asia las epidemias no la combaten solo los epidemiólogos, sino sobre todo también los informáticos y los especialistas en macrodatos», reflexionaba la pasada semana el filósofo surcoreano residente en Berlín Byung-Chul Han en 'El País'. «Yo no tengo ningún miedo al big data, es más, el big data salva vidas. No usarlo ahora para luchar contra la pandemia sería una grave irresponsabilidad», apunta a este periódico Borja Adsuara, profesor, abogado y consultor.

¿Se puede prevenir una enfermedad antes de que se diagnostique? BlueDot, una startup canadiense, alertó a sus clientes el 31 de diciembre de la expansión del COVID-19, el coronavirus chino. Pero, ¿se puede frenar una pandemia como la actual con tecnología?

China ha puesto todo su arsenal tecnológico al servicio de la salud. Con más de 1.300 millones de habitantes, la penetración de los smartphones entre su población es alta. La forma más sencilla de controlar a los ciudadanos es a través de una aplicación.

En ella, los ciudadanos deben rellenar algunos datos personales, explicar si tienen algún síntoma o si han estado en algún lugar afectado por la epidemia durante los últimos catorce días.

El sistema genera un código QR según el nivel de riesgo que tenga de contraer la infección. Además, también registra la ubicación de los usuarios, por lo que las autoridades pueden saber en todo momento si alguien infectado está moviéndose a sus anchas por la ciudad.

Una medida, esta última de movilidad, seguida en Corea del Sur, en Singapur y que también gana fuerza en España. «En China, al final, el Gobierno tiene unas potestades que podríamos llamar exorbitantes. Pueden hacer lo que quieran», puntualiza Sergio Carrasco Mayans, abogado especializado en nuevas tecnologías de Faseconsulting. «La misma tecnología que utiliza China, en España y en Europa se usaría de otra forma. El problema no es la tecnología, es China porque la usa para controlar sus ciudadanos», apostilla Adsuara.

Solución española

Las comunidades autónomas se han puesto a trabajar para generar aplicaciones para ayudar en el autodiagnóstico de los síntomas de la Covid-19. «Estas apps son de mentira, simplemente son para evitar el colapso de los sistemas de información», apunta Adsuara.

En Corea, el ejemplo más repetido en las últimas semanas, «primero hay un test para determinar el positivo», recuerda Adsuara. El siguiente paso trata de «aprovechar la trazabilidad de tu móvil o de tus pagos de tarjetas de crédito y saber dónde has estado para ver a quién has podido contagiar. ¿Esto es invasivo?», pregunta.

Esta semana, la ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, anunció el lanzamiento de un proyecto para recabar datos anónimos y agregados de los móviles de la población.

Los relojes y pulseras inteligentes son los nuevos aliados de los departamentos de investigación. Ahora, los operadores se han puesto manos a la obra también para ayudar a frenar la expansión del nuevo coronavirus. Ellas son las encargadas de procesar los datos captados por las antenas de telefonía. «El objetivo es entender los desplazamientos de las personas y anticipar posibles cuellos de botella, aglomeraciones o situaciones de tensión», explicó Calviño a principios de semana.

«No vamos a saber quien está incumpliendo cuarentena o quien está fuera de su zona de trabajo, pero sí que podemos detectar movimientos anómalos sobre los cuales a lo mejor podemos tomar decisiones para realizar inspecciones o asignar recursos», destaca Carrasco.

Ambos expertos señalan que «ni España ni Europa es China». «Es una situación muy distinta a la que tenemos en Europa y por eso el seguimiento que se está planteando enn casi todos los países no es tanto seguimiento individualizado, sino mapas de calor y datos agregados», explica Sergio Carrasco.

Sin embargo, el propio Carrasco recuerda que «este tipo de situaciones al final se utilizan muchas veces para cambiar la ley. Ya pasó con el 11-S y al final esto es una situación de crisis que puede servir como justificación para flexibilizar, digamos, las garantías que hay que impiden este seguimiento».

Esas garantías son el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD). Tanto Adsuara como Carrasco recuerdan que los datos recogidos son anonimizados y lo que hace falta es una labor pedagógica. «¿Tú te sientes violado en tu intimidad por contarle al médico lo que te pasa? El big data no es más que eso que hacemos uno a uno y juntarlo para ver donde hay patrones para detectar posibles focos de contagio», narra Adsuara.

Inteligencia artificial, un nuevo examen

China ha ido más allá en la aplicación de la tecnología sanitaria. La rama de I+D de Alibaba ha puesto en marcha un sistema de IA capaz de detectar casos positivos de Covid-19 través de tomografías escaneadas a través de ordenador.

Logra identificar las diferencias entre pacientes con coronavirus y con una neumonía ordinaria con una exactitud del 96%. «El big data y la inteligencia artificial, por ejemplo, están curando cáncer», señala Adsuara. «Tenemos que perderle el miedo. Yo no tengo ningún miedo a la tecnología, tengo miedo a la naturaleza humana y a la maldad humana. Eso es a lo que le tengo miedo», sentencia.

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