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A. O.
Jueves, 1 de enero 1970
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De las luces halógenas a las más avanzadas como el LED o el láser, los fabricantes de vehículos han ido adaptando las luces de los coches a medida que la tecnología ha ido avanzando a pasos de gigante. No obstante, aunque cada vez existen más herramientas, la normativa sigue siendo muy estricta, con el objetivo de garantizar la seguridad en la carretera.
La mayoría de los vehículos cuentan con lámparas halógenas, aunque su consumo energético es mayor e ilumina de una forma más débil que el resto de luces. Desde el pasado 1 de septiembre, además, la Unión Europea prohibió la fabricación y venta de bombillas halógenas aunque en el caso de los vehículos, se podrán seguir adquiriendo en los próximos cinco años. Un periodo que servirá para realizar una transición paulatina hacia nuevas y mejores tecnologías.
A finales de los años 90, la industria automovilística empezó a utilizar xénon en la fabricación de los faros, pero todavía no se ha logrado superar la utilización de lámparas halógenas. Como principales ventajas de las luces de xénon, encontramos una luz más blanca y un mayor haz luminoso, pero su coste es más elevado, tanto en la compra como en la reparación. Las luces de xénon, además, provocan deslumbramiento, por lo que siempre deben ir acompañadas de un sistema de control de altura.
Las luces LED son más caras que las halógenas, pero se trata de la apuesta más fuerte de los fabricantes, ya que cuenta con múltiples ventajas, como una vida útil muy superior, un menor consumo y la capacidad de adaptación a sistemas innovadores.
El LED, no obstante, no alcanza la luminosidad deseada, por lo que suelen utilizarse varios diodos que deben cambiarse al completo, aunque sólo falle uno de ellos.
Para ajustar la iluminación a la carretera, algunos fabricantes han introducido las luces matrix-LED, unos faros con obturadores electrónicos independientes que regulan de forma independiente los distintos diodos.
Según la normativa, para instalar cualquiera de estos faros es necesario que el vehículo esté diseñado para ello ya que, de lo contrario, los haces de luz no serían los adecuados e incrementarían el riesgo de deslumbrar a otros conductores.
El reglamento CEPE para la homologación de vehículos ha sido desarrollado con el objetivo de evitar distracciones al resto de conductores, por lo que es fundamental que los fabricantes se adapten a la normativa.
Philips ColoVision, por ejemplo, es una de las tecnologías que sí ha sido homologada. Se trata de un sistema que permite cambiar la luz a distintos tonos azules, verdes, amarillos o morados, sin que la luz proyectada en la carretera deje de ser blanca.
Un sistema pendiente de homologación es el Digital Light, que cuenta con más de un millón de microespejos capaces de enfocar la luz de forma muy precisa y mostrar mensajes en la carretera, para realizar advertencias gráficas sin deslumbrar.
Por otro lado, la normativa tiene en cuenta distintos aspectos en cuanto a las luces de los vehículos, como la posición de los faros. En este sentido es necesario que el conductor de otro coche, en posición inclinada entre las diez y menos cuarto del reloj, sea capaz de ver los faros.
En cuanto a los amortiguadores, la normativa establece que la luz de los faros no puede variar su inclinación más de un 1,5% por debajo y un 0,5% por alto, unos límites que pueden superarse si el coche está muy cargado.
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