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Un funcionario toma la temperatura a un conductor en la ciudad de Susong, en la provincia china de Anhui. Reuters
Las muertes por coronavirus en China superan ya el umbral de las 2.000

Las muertes por coronavirus en China superan ya el umbral de las 2.000

El número de nuevos casos detectados fuera de la provincia china de Hubei desciende, pero crece la polémica por la lenta respuesta inicial

Zigor Aldama

Shanghái

Jueves, 20 de febrero 2020, 00:26

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El coronavirus Covid-19 continúa provocando más de cien muertes al día. Este miércoles, China sumó 139 fallecidos y sobrepasó el umbral de los dos mil. Concretamente, en el gigante asiático se han registrado ya 2.004 decesos por la neumonía atípica, a los que hay que sumar dos en Hong Kong, y los casos en singular registrados en Filipinas, Taiwán, Japón, y Francia. 2.010 en total hasta ayer. Si la tendencia se mantiene, hoy serán más de 2.100.

Afortunadamente, hay razones para la esperanza. El número de quienes se han recuperado del coronavirus -14.452- multiplica por siete al de quienes han sucumbido a él, y el número de nuevos contagios fuera de la provincia de Hubei, el epicentro de la epidemia, lleva ya casi dos semanas en retroceso. Por si fuese poco, este miércoles el número de quienes recibieron el alta hospitalaria -1.824- fue, por primera vez, superior al de las nuevas infecciones -1,749-.

Por eso, ciudades como Nanjing o Hangzhou anunciaron la reapertura de algunas zonas de recreo al aire libre, incluido el Lago del Oeste de la segunda, algo que, sin duda, alegrará un poco la vida de los ciudadanos que llevan ya casi un mes sin apenas salir de sus casas. No obstante, en Pekín, las autoridades continúan exigiendo que se ponga en cuarentena durante 14 días a todo aquel que llegue a la capital del país. Es una actitud que contrasta con las críticas que el Gobierno lanza a los países que restringen de alguna forma la entrada de quienes residan o hayan visitado China en las últimas dos semanas.

El Partido Comunista acusa a estos gobiernos, entre los que desde el martes se encuentra el de Rusia, de sobreactuar y de poner en peligro la economía china. No en vano, casi todos los países con los que hace frontera la segunda potencia mundial han cerrado sus fronteras: Corea del Norte y Mongolia fueron los primeros en tomar esa decisión, y ya se han sumado Kazajistán, Nepal, India, Vietnam o Rusia. Solo Tayikistán y Bután se mantienen sin restricciones, pero no cuentan con enlaces aéreos directos.

Ira de la población

Curiosamente, que China critique las restricciones que imponen otros países contrasta con las que Pekín decretó para los mexicanos durante el brote de gripe porcina H1N1. En 2009, decidió poner a más de un centenar de personas en cuarentena a pesar de que no tenían síntomas ni habían estado en contacto con infectados, provocando un rifirrafe político con México. «En muchas ocasiones se les aísla solo porque tienen pasaporte mexicano, no porque vengan de allí», criticó el entonces embajador del país americano en China, Jorge Guajardo.

Ahora, China se ve obligada a lidiar con la ira de su propia población que denuncia la tardanza inicial en actuar. Después de haberse conocido que el propio presidente, Xi Jinping, dio órdenes de contener la epidemia el 7 de enero, dos semanas antes de que se decretase la cuarentena de Wuhan, ayer el Instituto de Virología de la capital de Hubei reveló que fue el 30 de diciembre cuando recibió la primera muestra de un nuevo tipo de neumonía.

«En 72 horas secuenciamos el genoma del coronavirus y el 9 de febrero ya se había enviado toda la información a la institución nacional de virología. Dos días después, se remitió esa información a la Organización Mundial de la Salud», explicó ayer el laboratorio en un comunicado con el que quiere poner fin a todos los rumores que circulan sobre el origen del virus. Por qué se tardó tanto en implementar las medidas que ahora están logrando contener la epidemia es algo que los políticos tendrán que explicar.

La pesadilla del 'Diamond Princess' toca a su fin

Los 3.700 pasajeros que se embarcaron en el 'Diamond Princess' para pasar unas agradables vacaciones surcando los mares de China y acabaron en cuarentena en el puerto japonés de Yokohama ya pueden comenzar a respirar tranquilos. Porque, después de que varios países decidiesen evacuar a sus nacionales, las autoridades niponas comenzaron ayer a permitir el desembarco de quienes han dado negativo en los tests del coronavirus Covid-19. Los primeros autorizados a poner pie en tierra fueron los componentes de un grupo de 500 ancianos que han completado los 14 días de cuarentena y que, según el personal sanitario, están libres de la infección.

Poco a poco irá abandonando el crucero el resto, con la excepción de quienes han estado en contacto con los 621 contagiados detectados en el interior. Esos últimos tendrán que permanecer aún más tiempo en el buque hasta que las autoridades sanitarias les den luz verde para abandonarlo. No obstante, Japón está recibiendo multitud de críticas por haber tenido a todo el pasaje en cuarentena, algo que ha podido propiciar el elevado número de infecciones a bordo. De hecho, un creciente número de expertos se está pronunciando en contra de las cuarentenas domiciliarias que facilitan el contagio entre quienes permanecen juntos.

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