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Una enfermera da la mano a un anciano hospitalizado en una clínica de Álava.
El 25% de los ingresados necesita rehabilitación hospitalaria

El 25% de los ingresados necesita rehabilitación hospitalaria

En España, 4 millones de personas sufren algún tipo de discapacidad y las terapias buscan mejorar su calidad de vida y la funcionalidad e independencia del paciente

redacción

Lunes, 10 de abril 2017, 12:09

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La cuarta parte de los pacientes ingresados en un hospital requiere de rehabilitación y medicina física, debido a las secuelas producidas por la enfermedad tratada en el centro médico, según el doctor Juan Carlos Miangolarra, portavoz de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF): «El 25% de los pacientes ingresados en un hospital precisa de rehabilitación y medicina física. La mitad por procesos musculoesqueléticos y articulares de ayuda contra el dolor. Otros para rehabilitar zonas afectadas por traumatismos y cirugías, problemas neurológicos, como ictus, o por rehabilitación cardiaca, respiratoria o de suelo pélvico».

En España hay más de 4 millones de personas con discapacidad, lo que supone que aproximadamente el 10% de la población residente precisa de algún tipo de terapia de rehabilitación, según una encuesta de Discapacidad, Autonomía personal y Situaciones de Dependencia. «La rehabilitación está presente en prácticamente todos los procesos relacionados que requieren de asistencia sanitaria, sea cual sea la causa, origen o desarrollo», afirma el doctor Miangolarra. «Entre el 3% y el 5% de la población precisa rehabilitación una vez al año, y 1,5 por cada mil personas necesita diariamente un programa de rehabilitación. También es importante resaltar que entre el 5% y 10% de las camas de un hospital se emplean en tratamientos de rehabilitación y medicina física».

Los tratamientos de rehabilitación buscan recuperar o mejorar la función motora en pacientes con discapacidad por problemas neurológicas u ortopédicos, ya no sólo para completar la curación sino también para alcanzar mejor calidad de vida. «Antes se consideraba que una persona estaba enferma cuando padecía algo grave que le hacía estar en la cama o en el hospital», asegura el doctor Miangolarra. «Ahora estar enfermo o no se mide por la capacidad de autonomía para tomar decisiones y de poder llevarlas a cabo. Por ejemplo, el hecho de tener dificultades funcionales de cualquier tipo, como no poder andar correctamente, es interpretado como no estar sano. Si yo puedo hacer cosas y no me siento limitado estoy sano, de lo contrario interpreto que estoy enfermo».

Así, la rehabilitación está orientada a combatir la limitación funcional que conlleva a la discapacidad, y mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familias, facilitar la mayor participación en la vida social y ayudar a las personas con discapacidad para alcanzar una vida satisfactoria y con la máxima independencia.

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