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Villanueva sigue el himno de Estados Unidos el domingo junto al túnel de vestuarios. AFP
El 'motrileño' que se ha convertido en el único en escuchar el himno americano previo al partido

El 'motrileño' que se ha convertido en el único en escuchar el himno americano previo al partido

Alejandro Villanueva, el único español de la NFL, se desmarca de la ausencia de su equipo durante el himno. Ese gesto eleva a los primeros puestos la venta de su camiseta

JOSEBA VÁZQUEZ

Miércoles, 27 de septiembre 2017, 00:50

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Dijo hace unas semanas Michael Bennett, estrella defensiva de los Seattle Seahawks, que «si un blanco se sumara a las protestas aportaría un punto de inflexión». Se refería al efecto dominó generado hace un año por el 'quarterback' Colin Kaepernick, ahora sin equipo, que pasó toda la temporada anterior negando el saludo al himno de Estados Unidos en los prolegómenos de cada partido de la NFL, como señal de denuncia contra «la discriminación racial» en su país.

Pues bien, el blanco que reclamaba Bennett no va a ser Alejandro Villanueva. Al contrario, el único jugador de nacionalidad española (hijo de madre motrileña y padre bilbaíno) con ficha en la liga estadounidense de fútbol americano optó el domingo por romper la unanimidad de su equipo, los Pittsburg Steelers, que habían decidido permanecer en el vestuario mientras sonaran los acordes del 'barras y estrellas' antes de su encuentro con los Chicago Bears. Era la forma de sumarse a la protesta generalizada del campeonato contra el presidente Donald Trump, que exhortó a los dueños de las franquicias a despedir a aquellos jugadores que se arrodillaran o se sentaran al escuchar el himno del país. Mike Tomlin, entrenador de los Steelers, explicó que sus jugadores permanecerían en el vestuario, una decisión algo salomónica, sí, pero que, en su opinión, permitía «respetar todas las opiniones sin obligar a nadie a una determinación pública». Así lo hicieron todos los miembros de la plantilla... menos uno. Alejandro Villanueva Martín, un tanque de 2,06 metros y 145 kilos de peso, veterano de los Rangers de Estados Unidos con graduación de capitán, salió, plantó de pie su gigantesca figura a unos metros del campo de juego y, mano en pecho, cantó la balada nacional. Todo esto en solitario, en una muestra de determinación personal que resaltó más su acción.

Otros jugadores blancos sí se sumaron al reproche a Trump. Aaron Rodgers, mariscal de campo de los Green Bay Packers y una de las figuras de la liga, se arrodilló durante el himno y colgó esa foto en su cuenta de Twitter acompañada del texto «unidad, hermandad, amor, dedicación».

En ese hervidero en que el propio presidente del país ha convertido un campeonato que mueve cerca de 12.000 millones de dólares por temporada (unos 10.200 millones de euros), el gesto de Villanueva no ha pasado desapercibido. Y en un territorio en el que el amor a los símbolos nacionales se inculca en las escuelas desde la más tierna infancia, la demostración de fervor patriótico de Alejandro cotiza al alza entre quienes comulgan con sus principios. Millones de almas. Consecuencia inmediata: la camiseta con el número 78 de los Steelers se vendió ya masivamente la tarde del domingo en Estados Unidos y fue, de largo, la más reclamada de todas las de la franquicia de Pittsburgh, por delante de las de Antonio Brown o Ben Roethlisberger, sus primeras estrellas. Solo cuatro jugadores de la NFL vendieron ayer lunes más elásticas. El hispano-estadounidense ha protagonizado una nueva versión de la máxima que dice que la excepción confirma la regla: el acto significado de un solo hombre ha ratificado el ardor nacionalista dominante en Estados Unidos.

Del Ejército al 'Call of Duty'

Alejandro, hijo de Ignacio Villanueva, bilbaíno, y Matilde Martín, una granadina de Motril, nació hace 29 años (los cumplió el pasado sábado) en una base militar de Meridian, Misisipi. Lo hizo allí de forma accidental, porque su padre, oficial de la Armada española empleado para la OTAN, se encontraba allí destinado. La familia regresó a España cuando el niño tenía cuatro años, pasando por Canarias, Aragón y Cádiz. A los 15, Ignacio Villanueva pasó a prestar servicio en Bélgica, donde Alejandro conoció el rugby. Pero su vocación entonces era fundamentalmente militar. A los 12 años se graduó en la academia estadounidense de West Point. Son conocidos sus cinco años en el Ejército, la mitad en la dura guerra de Afganistán, de donde se trajo varias condecoraciones y la amargura de ver morir a algunos compañeros.

Es probable que la formación castrense explique su acción del domingo y, seguramente, también que haya sido elegido para poner cara y cuerpo a uno de los personajes de 'Call of Duty: WWII', un videojuego que llegará al mercado el 3 de noviembre. También aparece su compañero Le'Veon Bell.

Hace tres años fichó por los Pittsburg Steelers, el equipo con más Super Bowls, seis, la última ganada en 2009. Acaba de renovar por cuatro temporadas y 24 millones de dólares (20,3 millones euros), con una prima por firma de 6,5 millones de dólares. Alejandro jugó la pasada temporada como titular la mitad de los partidos de la liga regular más el 'play off'. En su plantel desarrolla una misión ofensiva fundamental como 'tackle' izquierdo, uno de los hombres-muralla que evitan que los osos rivales descuarticen a su 'quarterback'.

¡Ah!, los Steelers de Villanueva perdieron el partido del domingo con los Bears (17-23). Fue su primera derrota después de dos triunfos en el inicio de la liga, pero seguramente se trata de una desafortunada coincidencia.

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