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Una agente de Movilidad desvía un coche en el acceso a Madrid Central en la plaza de Cibeles esquina a la calle Alcalá, donde está instaladas las cámaras de control y los carteles que delimitan la zona. Alberto Ferreras/Atlas

Madrid se baja del coche

Los 10 kilómetros cuadrados reservados en el centro de la ciudad para bajas emisiones registran una disminución del tráfico de hasta un 50%

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Viernes, 30 de noviembre 2018, 14:47

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El temor a la multa, al atasco o la concienciación por el medio ambiente. El primer día de la entrada en vigor de Madrid Central ha supuesto una disminución del tráfico entre un 20 y un 50%, en las calles que quedan dentro de los 10 kilómetros cuadrados donde la circulación está parcialmente restringida. Todo ese volumen de vehículos se ha trasladado en parte a las calles que bordean la zona, mientras que en el resto de la ciudad la circulación ha sido similar a la de cualquier viernes.

Y es que los conductores estaban avisados, tanto por los carteles que anuncia que se entra en la zona acota como por las dos rayas continuas de color rojo que delimitan este espacio donde, si se accede, sólo se puede dejar el coche en un estacionamiento subterráneo a no ser que sea un vehículos 'ecológicos' –híbridos o eléctricos con el distintivo de la Dirección General de Tráfico-, de residentes o de repartidores y profesionales autorizados.

La alcaldesa, Manuela Carmena, ha defendido Madrid Central porque «no podemos dejar de perder la oportunidad para que sea una ciudad saludable». Sin embargo, el presidente regional, Ángel Garrido, ha destacado que la puesta en marcha del dispositivo ha sido «una parodia más a la que nos tiene acostumbrados el Ayuntamiento».

Un dispositivo de Policía Municipal y agentes de Movilidad se ha dedicado a informar a los conductores que no llevaban el distintivo ambiental de que podrían ser multados. La medida ha provocado la indignación de los transportistas que fueron parados, unos profesionales que no han dudaron en adentrarse en el territorio acotado por el Ayuntamiento para proveer a bares, restaurantes o centros comerciales.

La sensación desde primeras horas en las principales calles de Madrid Central ha sido de que «hay menos coches, porque mucha gente se lo ha pensado», según ha comentado uno de los quiosqueros de la Gran Vía. Muestra de ello han sido los principales aparcamientos públicos de los alrededores de la Puerta del Sol, donde no se han producido las habituales colas de entrada. A juicio de otros vecinos, «hay los mismos coches que todos los días», ha opinado Bernardo, un taxista que con su coche de 'cero-emisiones' acababa de dejar a un cliente en la plaza de España.

No muy lejos, 50 empleados del Ayuntamiento, con petos blancos con el símbolo de Madrid Central, informaban por las calles a los ciudadanos. «No ha sido fácil. Mucha gente nos ha insultado», ha explicado uno de ellos.

Protestas por las «improvisaciones»

Donde también hubo protestas fue ante el Ayuntamiento. En plena plaza de Cibeles, la Plataforma de Afectados por Madrid Central han denunciado que la medida se ha puesto en marcha con «carencias e improvisaciones». Según explicaron, «no están operativas ni la app, ni el sistema informático» de gestión de permisos para que los vecinos, empresarios, autónomos, transportistas puedan invitar a sus clientes o amigos a pasar a la zona con sus vehículos. También han denunciado que no funcionan los paneles que deberían informar de las plazas de aparcamientos libres en la zona. «Madrid Central es una trampa como consecuencia del decreto que regula el tráfico durante las navidades», han añadido.

De momento no hay multas de por medio. Hasta el próximo sábado día 8, coincidiendo con el puente de la Constitución y la Inmaculada, los agentes de Movilidad del Ayuntamiento informarán a los conductores de que están entrando en un área de prioridad residencial y emisiones limitadas, porque en definitiva de eso se trata. De eliminar en un 40% los humos en el centro de la ciudad y aumentar el espacio para los peatones.

A partir de esa fecha entra en marcha, en fase de pruebas, las cámaras que toman las fotografías de los vehículos que acceden a la zona. Los conductores que dejen el coche en la calle recibirán en su domicilio la correspondiente multa. Sin embargo, hasta el próximo mes de marzo, la sanción estará exenta del pago de los 90 euros que fija -45 por pronto pago-.

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