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Una jueza toma parte en pleno juicio contra el acusado: «Es un monstruo y se va a marchitar»

Una jueza toma parte en pleno juicio contra el acusado: «Es un monstruo y se va a marchitar»

Rosemarie Aquilina condena a entre 40 y 175 años de cárcel por abusos sexuales al médico de la Federación de Gimnasia de EE UU. Durante la vista, apoyó así a las víctimas: «El monstruo que se aprovechó de ti se va a marchitar». En España hubiera sido recusada al instante, pero allí aplauden su 'terapia'

ISABEL IBÁÑEZ

Viernes, 26 de enero 2018, 00:23

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Por extraño que suene, ayer acabó de alguna manera el calvario para Larry Nassar, el médico del equipo olímpico de gimnasia estadounidense que ha sido condenado por segunda vez por los horribles crímenes que cometió durante dos décadas. En realidad no ha variado mucho su situación; está cumpliendo 60 años de cárcel por tenencia de pornografía infantil, y con la sentencia dictada ayer se le sumarán entre 40 y 175 años más por abusar sexualmente de 156 menores. El resultado es simple, no volverá a pisar la calle en lo que le queda de vida.

Sin embargo, estos días han supuesto para él una revisión a fondo de sus propios demonios, un descenso descarnado al infierno que él fabricó por una simple cuestión de mala suerte, porque de entre todas las personas que podían haber juzgado sus miserias, la 'elegida' fue Rosemarie Aquilina, «una maldita reina, una heroína para las mujeres», dicen en Twitter. «Un tesoro nacional», escriben de ella en 'Hello Giggles', revista digital con enfoque feminista. O el columnista Dan Wetzel: «Esta Aquilina es una gran jueza». Redes sociales y periódicos han respaldado en mayor o menor medida su curiosa forma de llevar el caso, apoyando a las víctimas como una terapeuta y acechando al acusado con la ceja levantada.

En pleno jucio, de su boca han salido cosas como: «El monstruo que se aprovechó de ti se va a marchitar, al igual que la escena de 'El Mago de Oz' donde el agua se vierte sobre la bruja y la bruja se marchita. Eso es lo que le va a pasar, porque a medida que te vuelves más fuerte, a medida que lo superas, porque lo harás, él se debilitará y se desvanecerá. La prisión no es lugar para que viva un ser humano». Ha habido muchas más frases épicas, ya que el juicio se ha ido extendiendo conforme más y más jóvenes, animadas por ella -al final superaron el centenar-, decidían declarar entre lágrimas y mirando a la cara a Nassar, muchas acompañadas de sus padres; sentado en el estrado por decisión de la jueza, el médico ha ido escuchando una a una -a veces sollozando- las atrocidades que llevó a cabo con niñas hasta de 6 años, incluso delante de sus progenitores.

El acusado llegó a calificar las sesiones como «un circo mediático» que intentó evitar con una carta en la que alegaba «razones mentales», sin saber, parece, con quién se la estaba jugando. «Esto puede ser duro -le contestó Aquilina-, pero nada es tan duro como lo que soportaron sus víctimas durante miles de horas». «Morirá en prisión, su próximo juez será Dios», adelantaba durante el juicio. Ayer, antes de leer la condena, asestó: «Acabo de firmar tu sentencia de muerte. No has hecho nada para que merezcas andar libre nunca más». Nassar, que escuchó estas frases encorvado y con los ojos entornados mientras las víctimas lloraban, llegó a esbozar un intento de redención: «Las palabras que he escuchado estos días han tenido un efecto significativo en mí, me han conmovido. Las llevaré conmigo el resto de mis días».

Las víctimas, contando con el apoyo de la magistrada, han encontrado fuerzas durante la vista para ponerle en su sitio. Alexis Alvarado: «Esto no es un circo, es tu infierno y espero que te quemes en él». La estrella del equipo, Aly Raisman, campeona olímpica en Londres'2012 y Río'2016: «Este grupo de niñas, hoy mujeres, es ahora una fuerza. Y tú no eres nada. Tenemos voz y no vamos a ninguna parte. Es el turno de que me escuches». Porque hasta ahora nadie les había hecho caso. Por el camino se han quedado tres directivos de la Federación de Gimnasia que dimitían hace dos días, y lo que es peor, el padre de Kyle Stephens, que se suicidó al descubrir que en vez de creer a su hija prefirió asumir las mentiras de Nassar; al saber la verdad, cómo el médico aprovechaba las visitas de las crías para introducir los dedos en sus vaginas y rozarlas con su pene fuera cual fuera su dolencia, no pudo con ella.

Oficial del Ejército

Aquilina, de padre maltés y madre alemana, sirvió veinte años como oficial de la Guardia Nacional del Ejército de Michigan en la categoría de juez (JAG), siendo la primera mujer en este puesto -le llamaban 'Barracuda Aquilina'-. Pese a ser una celebridad, anteayer a las cuatro de la madrugada hora de Ingham (Michigan), a punto como estaba de dictar sentencia, se dedicaba a contestar a este periódico a través de su Facebook (tiene 3.300 amigos). Nada sobre el juicio, eso sí, -«lo tengo prohibido»-. Sorprendentemente, contaba sin prisa y afable cómo prepara ya su próxima novela (acaba de publicar 'Triple Cross Killer'), hablaba de sus cinco hijos -de 36, 35, 17 y los gemelos de 7 años- y sus nietos -de 5 y 4-: «Creo que tener hijos en la madurez ayuda a lucir un buen rostro y al color del cabello. ¡Tengo 59 años!». Desveló su afición a pintar al óleo -«me desestresa»- y a cocinar, y admitía su fama gracias a este caso: «La gente me reconoce por la calle, es verdad. Les gusta leer sobre mí y tienen mi libro». En 2013 condenó a un violador en serie a cadena perpetua y el procesado la insultó y amenazó con mandarle a alguien... «Salgo bastante en los periódicos por todo lo que hago...».

Y lo que ha hecho ahora, motivo de recusación en España, se ha aplaudido en un país con un sistema judicial muy diferente al nuestro, en primer lugar porque los jueces son elegidos en votación por los ciudadanos, según explica Inmaculada Torres, abogada de varias pacientes del conocido como 'psiquiatra de la jet sevillana', Javier Criado, al que acusan de abusos: «Me parece asombrosa la actuación de Aquilina. Aquí, cuando las víctimas de casos tan graves están declarando, los jueces les dejan ver su apoyo, pero sin hacerlo explícito, porque eso es convertirse en parte. Puedes tener empatía, pero así no. A la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela la denunciaron por negarle un vaso de agua al excomisario Villarejo. Yo estoy llevando casos de abuso sexual, pero fíjate que no entendería una actuación como la de Aquilina». Y claro que los jueces tienen su corazoncito, pero deben esconderlo; que se lo digan a Eloy Velasco, 'cazado' por un micrófono abierto en el juicio de la 'operación Lezo': «¡No me pagan por aguantar este teatro!». O, sobre una declarante: «Se hace la tonta, dice que no ha dormido... ¡Yo estoy peor que ella y no voy haciendo el payaso!».

Serlo y parecerlo

Edmundo Rodríguez, portavoz de Jueces para la Democracia, apunta un dato concluyente: «El Tribunal Constitucional nos exige no sólo ser imparciales, sino parecerlo. 'Apariencia de imparcialidad', se llama. Y yo no dudo de que esta mujer, a la hora de hacer justicia, lo sea, pero aquí la recusarían porque en sus declaraciones hay una falta de objetividad. El acusado debe sentir que lo van a juzgar de forma justa».

En EE UU este proceder tampoco es frecuente, y los magistrados, aunque consuelen a los afectados en las vistas, retrasan sus opiniones hasta la sentencia. Pero lo han visto de otro modo. La CNN aseguraba que «Aquilina es la juez que estas víctimas necesitan». Según la periodista Karen Fratti: «Es inusual que un juez sea tan 'desvergonzado' y comprensivo, pero no es ilegal y no ha hecho nada malo. Los crímenes de Nassar son especialmente atroces, por lo que es difícil imaginar que un juez no se enoje». Sin embargo, Stacy Schneider, abogada criminalista, opina que «no es momento para que un juez brinde declaraciones reconfortantes o consejo psiquiátrico». Avisa de que Nassar podría aprovecharse de ello si decide apelar.

En esta 'terapia grupal', la jueza ha ido apostillando cada declaración: «Eres fuerte», «Estás siendo escuchada», «Es muy importante lo que estás haciendo, estoy muy orgullosa de ti». Para Fratti, Aquilina no sólo ha ido «empoderando» a las víctimas, sino que ha logrado que «organizaciones que lo permitieron y víctimas de otros hombres tomen nota. También otros profesionales del Derecho». Las jóvenes la adoran: «Nos estás ayudando a todas a sanar», confesó Samantha Ursch.

Amanda Cormier, embarazada, contó que había perdido el interés en componer canciones tras sufrir los abusos con 15 años. Aquilina: «Puedes volver a escribir. Has encontrado tu voz y es fuerte, efectiva y valiente. Tienes un hijo que viene. Tal vez lo que debes hacer es comenzar y terminar una canción de cuna». Pese al 'bálsamo' de Aquilina, uno de los padres estalló contra Nassar: «¡Quiero que tengas miedo de que te violen en la cárcel!». La suerte para él está echada.

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