Los incendios forestales no se desbocan en España pese a vivir uno de los veranos más calurosos

Los accidentes, las negligencias o la acción criminal del hombre, que es la mano que está detrás de nueve de cada diez incendios forestales en este país, han causado desde el 1 de enero 10.499 siniestros en los montes, de los que el 70% se quedaron en conato -menos de una hectárea quemada-, pero 3.480 merecieron la denominación de incendio.

Las 80.000 hectáreas quemadas son unas 4.500 menos que la media de la década, pero al tiempo se trata de la cuarta masa forestal calcinada más alta en los primeros diez meses desde 2009, casi tres veces más de la superficie que se quemó el año pasado (23.622), aunque es difícil comparar con 2018 porque fue un año récord, en el que ardió la mitad del terreno que en el otro mejor año de la década, 2014.

Solo 14 grandes incendios son los responsables de un tercio de toda la superficie quemada. Aún así, hubo un 26% de superfuegos menos que en la media de años anteriores. El mayor de estos grandes incendios fue el sufrido entre el 10 y el 26 de agosto en la sierra de Gran Canaria, donde tres fuegos consecutivos calcinaron más de 11.000 hectáreas y obligaron a desalojar a unas 10.000 personas. Planas, antes de entrar hoy a presidir el Consejo Forestal Nacional, admitió que en esos días de agosto, con una temperaturas altísimas y los fuegos ya en la media de la década, pensó en que las cifras «iban a agravarse» y que sería un muy mal año para la masa forestal. «Pero, al final, no ha sido así», añadió.

Según la valoración que realizó en la reunión del principal órgano de participación de la sociedad y las administraciones en la política forestal, desde la mitad del verano se han podido contener los incendios gracias a que el mensaje de alerta y concienciación que se mandó a la población ha funcionado y a «un gran trabajo» de los medios de extinción, «con una respuesta muy organizada y coordinada entre Estado y comunidades autónomas». Planas aseguró que la Comisión Europea ha señalado a la estructura contraincendios española «como la más potente y eficaz de Europa». No obstante, admitió que aún hay que mejorar más en el desarrollo de planes preventivos en los municipios forestales, sobre todo con el riesgo añadido que suponen las zonas de monte urbanizadas y el cambio climático.

Pese a lo dramático de las llamas en Gran Canaria, una vez más la zona con más siniestros, el 43,5% de todos los detectados, es la zona noroeste de la península -Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, León y Zamora-, seguida de las regiones del interior (38,80%), y del Mediterráneo (16,9%). No obstante, los superincendios canarios se dejan notar con claridad cuando solo se atiende al arbolado, con 25.656 hectáreas calcinadas en España desde enero. El bosque perdido en Canarias es el 16,5% del quemado este año en todo el país.