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Suele jugar al fútbol con los lugareños en Lago Ranco, donde tiene una de sus mansiones. Arriba, de paseo matinal a caballo. ZUMAPRESS
La vida del presidente hiperactivo con una fortuna de 2.700 millones de dólares

La vida del presidente hiperactivo con una fortuna de 2.700 millones de dólares

El multimillonario presidente de Chile distribuye su descanso entre tres de sus lujosas residencias. Y no para: múltiples actividades deportivas, amigos... y trabajo

MARCELA VALENTE

Viernes, 27 de julio 2018, 02:18

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El multimillonario presidente de Chile, Sebastián Piñera, no tiene una, sino tres casas de vacaciones para él y su familia en el país, además de un parque público de 118.000 hectáreas abierto a la comunidad. No obstante, por su temperamento, se podría decir que Piñera no conoce el descanso. Había sido electo presidente una vez (2010-2014) y este año fue colocado de nuevo en el palacio de La Moneda. Pero desde mucho antes amasó una fortuna que, según 'Forbes', supera los 2.700 millones de dólares. Él declara menos, pero ya es público que oculta dinero -a nombre suyo y de sus cuatro hijos- en un paraíso fiscal de Islas Vírgenes.

Piñera es hiperactivo. A los 69 años, su descanso consiste en organizar actividades con los suyos, practicar todo tipo de deportes y, últimamente, también trabajar. De hecho, su Gabinete lo armó en enero de 2018 junto a sus asesores en su confortable casa de Lago Ranco, en la Región de los Ríos. «Al presidente le cuesta desconectar», dice a este periódico Bernardita Del Solar, coautora del libro 'Piñera: Biografía no autorizada', junto a Loreto Daza.

En Lago Ranco, el mandatario suele hacer reuniones con amigos, recorridos a caballo o jugar al fútbol con los lugareños. También va a misa a la iglesia del pueblo o a hacer compras al supermercado como cualquier mortal, cuenta la escritora. Piñera tiene además una residencia en la zona central de Chile, en el exclusivo balneario de Cachagua, el sitio preferido para las escapadas de fin de semana. Junto a sus amigos, organiza allí torneos de tenis, el menos arriesgado de los deportes que practica. Pero, sin duda, una de las casas preferidas de la familia es la que se erige junto al Lago Caburgua, en la Región de Araucanía, al sur del país. «Invita allí a los incondicionales y a la 'gran familia Piñera'», integrada por hijos, nietos, hermanos y sobrinos», agrega Del Solar.

Caballos, fútbol, tenis, saltos en paracaídas, buceo... Piñera exprime la agenda vacacional

«Es un hombre muy gregario. Le encanta aglutinar grandes grupos y organizar actividades», asegura su biógrafa. En Caburgua, además de la casa principal, hay tres cabañas para huéspedes. Su esposa, Cecilia Morel, se inquieta cuando él convida a medio mundo. «Empieza a invitar a gente y yo me empiezo a poner nerviosa porque veo que no vamos a caber», admite la mujer que lo acompaña desde hace 45 años. Él no se hace problema. «Todos caben», suele responderle. Y se sumerge en la planificación de cómo sacar jugo al tiempo libre.

Jugar con los nietos

Recorridos en lancha o helicóptero, deportes acuáticos, salto en paracaídas, asados, guitarreos... «La agenda no puede estar en blanco», resumen quienes le conocen. Últimamente también disfruta de la lectura. Sobre todo, obras de Historia. Y, desde que es abuelo, organiza además salidas con sus nietos. Le encanta jugar con ellos y se nota que los niños tienen con él una relación de apego y confianza. Algunas veces comparte fotos en la red social Instagram, por ejemplo buceando.

También frecuenta los paseos por su Parque Tantauco, en Chiloé. Antes de ser presidente, adquirió 118.000 hectáreas de bosque en esa isla del sur del país e hizo un parque abierto a la comunidad nativa, que reclama las tierras como propias. El sitio le viene bien para convocar a sus colaboradores y combinar el trabajo con el relax. Allí se reunieron, por ejemplo, los autores de su primer programa de gobierno.

Con tantas opciones, Piñera va poco a la residencia oficial de descanso de los mandatarios, el llamado Palacio Presidencial de Cerro Castilla, en Viña del Mar. La majestuosa casa junto al Pacífico se inauguró en 1929 y es el lugar elegido para la velada previa a asumir la presidencia. Sus jardines son también el fondo de la fotografía oficial del jefe de Estado con sus flamantes ministros. Pero, a pesar de ser un servicio innecesario para un presidente rico en propiedades en lugares soñados, el Palacio de Cerro Castillo fue escenario de un pequeño escándalo este año cuando se supo que se había adquirido un televisor de 84 pulgadas por unos 12.000 euros. «Es la casa en la que yo me reúno con ministros y donde se reúnen los parlamentarios», se defendió Piñera, y adujo que los aparatos existentes no tenían conexión para el ordenador. «La tele será para hacer presentaciones», justificó.

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