«Si los hábitos de sedentarismo de la pandemia se mantienen, pueden ocasionar secuelas permanentes»

«Hemos tenido todo tipo de pacientes por la falta de actividad. No hablo de personas que hayan pasado la covid, sino, simplemente, afectadas por la cuarentena, por haber estado metidos en las casas, por no haber hecho deporte», matiza Alías, quien afirma que ve a «gente joven, con 17, 18 o 20 años, de mediana edad o mayor que se ha visto afectada». No obstante, sostiene que esta causa ha propiciado especialmente la aparición de patologías en personas de entre los 15 y los 50 años. «Es cierto que he atendido a mucha gente mayor, pero postcovid, que es otro sector. Estas son las franjas en las que más personas que he visto», apostilla.

No se alejan de esta experiencia las observaciones de Celia Sánchez, que en esta sección poblacional detectó que «hubo mucha gente que dejó de hacer ejercicio y, cuando volvió a practicarlo, quiso hacerlo como antes del parón». Estas personas han sufrido «muchos problemas de roturas musculares, tendinopatías y fasciopatías plantares», sostiene. «Hay pacientes mayores que han visto verdaderamente mermadas sus capacidades, hasta el punto de que hemos tenido a gente en clínica que casi no se acordaba de andar», agrega. «También puede afectar a nivel más sistémico: se ven disminuidas las capacidades respiratoria, cardiovasculares… A lo mejor, estos efectos no se manifiestan tanto como una entidad patológica, pero sí se evidencia una falta de fuerza, mayor posibilidad de tener dolor, aunque este es multifactorial, mayor cansancio y peor capacidad para dormir», expone.

La propietaria de Mi Fisio, por su parte, señala que las patologías derivadas del sedentarismo que más ha apreciado son «sobre todo, lumbalgia con ciática, cervicalgia y dolor de espalda generalizado, en ese orden». «La explicación concreta son posturas sedentarias mantenidas durante mucho tiempo. Es un intervalo demasiado largo el que pasamos sentados en el sofá, básicamente. Ya no es no hacer deporte, sino no hacer nada. Es no salir a comprar, por ejemplo», argumenta Encarni Alías. «Si hablamos de sedentarismo y vuelta a la actividad como al principio, los problemas se deben fundamentalmente a la mala gestión de las cargas, entendiendo como carga el volumen, la frecuencia, la intensidad y la duración de las actividades», añade Sánchez.

Ambas consideran que los hábitos asumidos desde el inicio de la pandemia pueden desencadenar problemas arraigados. «No solo por dolor, que se debe a muchas causas que no tienen por qué ser solo estructurales, pero sí a nivel cardiovascular y respiratorio», apunta la fisioterapeuta de Aqua Kinetic y JL. «Si todo el mundo vuelve a su vida normal, lo que ha pasado hasta ahora, evidentemente, se puede remediar, porque no dejan de ser malos hábitos de posturas muy mantenidas. En el momento en el que esas personas, con rehabilitación, retomen su actividad, ya sea deportiva o diaria, eso va a mitigar, va a desaparecer. Cuanto más tiempo se prolongue esta situación en el tiempo, más se van a ver afectados. Si las posturas mantenidas y esos malos hábitos de sedentarismo se mantienen, en el futuro, claro que pueden ser secuelas permanentes que no puedan tener una solución», desarrolla Alías.

«Luego, hay otra franja -distingue la propietaria de Mi Fisio-, que es la gente que ha pasado la covid. Esta la dividiría en dos tipos de pacientes postcovid: las personas que han pasado mucho tiempo encamadas, tanto en UCI como en planta e, incluso, en casa, que mucha es gente mayor, y las que presentan secuelas persistentes, que tienen, sobre todo, cansancio, fatiga y dolores de cabeza. Ahí hablo de gente más joven, más de mediana edad, de 30 años a algo más de 50», aclara. Las primeras presentaron serios problemas físicos. «Son tres meses sin moverse, sin que les movilicen, porque ellos no tenían fuerzas y no ha habido una persona que les mueva. Eso ha creado unas secuelas físicas de debilidad muscular, cansancio, contracturas en todo el cuerpo. Son, sobre todo, personas mayores que han pasado por el hospital o que, después de pasar covid en su casa, no podían ni andar», describe.

En cuanto al segundo subgrupo diferenciado, Alías sostiene que es lo que más trabaja en este momento. «Son personas que padecen dolores de cabeza, cansancio, mucha pérdida de capacidad pulmonar… Ahí sí que es gente más joven», asevera. Celia Sánchez también advirtió esta segmentación entre sus pacientes. «Hay gente a la que le han quedado secuelas y, después de descartar posibles causas y tratar con otro tipo de tratamientos, se han tratado con fisioterapia», destaca. «Hay muchos dolores de espalda, articulares y musculares, de haber permanecido durante mucho tiempo en inactividad y porque la covid ocasionaba estos síntomas, sobre todo la primera variante que hubo», profundiza. En cuanto a quienes pasaron por el hospital, detectó, incluso, «casos de neuropatías del miembro superior». «Algunos sí se han revertido, pero otros han permanecido y han generado un dolor más persistente», acentúa.