El Gobierno estudia ahora cómo acelerar la desescalada en zonas rurales

La idea del Ejecutivo, según revelaron a este periódico responsables gubernamentales, es poder avanzar en el desconfinamiento en esas comarcas, con independencia de la provincia o autonomía en la que se ubiquen, lo que supondría una nueva reforma del plan presentado por Pedro Sánchez, que ya ha sufrido modificaciones de calado, como el hecho de que la provincia o la isla en muchos casos ya no son la unidad de desescalada; la decisión de adelantar medidas de una fase a otra como las visitas a segundas residencias; o la circunstancia de que alguna autonomía, como el País Vasco, está implementando ya, con el beneplácito de Moncloa, programas de desescalada totalmente independientes del resto del país.

El propio titular de Sanidad, Salvador Illa, avanzó este domingo que el Ejecutivo tiene sobre la mesa la idea de aprobar «medidas específicas adaptadas a la España rural», además de estudiar permitir la caza y la pesca, una práctica que estaba reservada exclusivamente para la fase 2, que no comenzará hasta el 25 de mayo en las comunidades más 'aplicadas'. Illa discutirá el alcance de estas medidas de desescalada en el medio rural en el Consejo Interterritorial del Servicio Nacional de Salud de España de este lunes con los respectivos consejeros.

Responsables de Moncloa explicaron que las demandas de permitir un mayor alivio en los núcleos no urbanos fue uno de los temas centrales de la reunión que Sánchez mantuvo con los presidentes autonómicos este domingo. No obstante, dos comunidades en particular han abanderado desde hace semanas la reclamación de que se trate de manera independiente a las comarcas menos azotadas por el coronavirus. Se trata de Asturias y Aragón, que tienen zonas en las que directamente no ha habido casos o hace más de un mes que se dio por resuelta la última infección.

El Gobierno hasta ahora había rechazado de plano estudiar acelerar la desescalada en zonas tan pequeñas con el argumento principal, repetido hasta la saciedad por el propio Illa, de que no había forma de garantizar la «estanqueidad» de estos municipios o comarcas para que no entraran personas foráneas con infecciones, atraídas, principalmente, por los beneficios que lleva el desconfinamiento. El único guiño a la 'España vaciada' hasta ahora había sido no imponer franjas horarias de salida a los diferentes grupos de población para los residentes en municipios de menos de 5.000 habitantes.

Los responsables del Ejecutivo no acertaron a explicar este domingo qué ha cambiado en los últimos días para que ahora Sanidad se abra a estudiar un cambio de criterio tan profundo, ya que la capacidad asistencial en esas zonas sigue siendo la misma que a principios de este mes de mayo.

Sea como fuere, en esencia, la idea de los expertos del departamento que dirige Salvador Illa es permitir que esos núcleos rurales puedan acceder de forma automática a beneficios de la fase 2, aunque debaten si progresarles antes de tiempo o autorizar una mayor capacidad de movimientos aunque permaneciendo formalmente en la fase 1.

Responsables del Ejecutivo explicaron que, entre otras medidas, se estudia la posibilidad de que permitir encuentros sociales por encima de la decena de personas; flexibilizar el número de asistentes a bodas, velatorios o funerales; autorizar más afluencia a mercados ambulantes (venta no sedentaria); la posible apertura de restaurantes con distancia social o la apertura de zonas comunes en alojamientos rurales.

No obstante, todas estas actividades siempre sin la presencia de foráneos. Y es ahí donde los técnicos ven el punto más conflictivo de estas posibles medidas de desescalada rural. En la fase 1, en la que a partir de este lunes se encuentra el 51% de la población, la ciudadanía puede moverse libremente por la provincia, lo que incluiría a estas posibles 'islas rurales de desescalada', que, sin duda, serían objetivos preferentes del ocio de los confinados.