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Momento del cuarto asalto en que el ruso somete al irlandés con un 'mataleón'. USA TODAY
Escándalo en el ring: la gran pelea inesperada

Escándalo en el ring: la gran pelea inesperada

Someter al rival no apagó su ira tras meses de recibir insultos. Nurmagomedov saltó a la grada y se lió a golpes con el equipo del 'bocas' McGregor. La UFC se embrutece

irma cuesta

Miércoles, 10 de octubre 2018, 00:33

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La pelea lo tenía todo: dos gladiadores tan admirados por sus respectivos ejércitos de seguidores como controvertidos, estilos de lucha diferentes -el irlandés, temible en el cruce de guantes; el ruso, una constrictor en las técnicas de presa- y mucha, muchísima mala leche cuidadosamente alimentada durante meses. Lo que nadie imaginaba es que la disputa por el trono del peso ligero de la Ultimate Fighting Championship (UFC) que se celebró el sábado en el T-Mobile Arena de Las Vegas terminaría en una batalla campal fuera del ring, que ha vuelto a colocar a las artes marciales mixtas (MMA) en el disparadero por su brutalidad. El retorno de Conor McGregor a la jaula tras dos años sin pisar la lona y luego de su experimental enfrentamiento con el imbatido boxeador Floyd Mayweather, al que aguantó unos cuantos asaltos en agosto de 2017 para hacer una multimillonaria caja, pasará a la historia. Y no solo porque su rival, Khabib Nurmagomedov, revalidó su corona en el cuarto round sin despeinarse demasiado, sino por la tormenta que desencadenó inmediatamente después de someter a su oponente.

Mientras McGregor intentaba recuperar el resuello tras el asfixiante 'mataleón' que puso fin a la velada, Nurmagomedov todavía mascaba la ira acumulada durante meses de afrentas e insultos del 'clan irlandés', acostumbrado a calentar las peleas para multiplicar los beneficios. El ruso saltó la valla del octágono como un meteoro y se fue directo a por Dilon Danis, otro luchador de MMA, admirador confeso del narcotraficante Pablo Escobar y amigo de McGregor. Lo que el público creyó en principio parte del espectáculo tardó solo unos segundos en revelarse como una trifulca seria. Muy seria. De órdago. Con la grada encendida a golpes, la gente del ruso saltó al ring y trató de arreglar cuentas con el luchador irlandés. Guantazos dentro y fuera de la jaula, hasta que los guardas de seguridad lograron hacerse valer. McGregor abandonó el recinto abucheado y el respetable despidió a Nurmagomedov con una lluvia de objetos.

Para templar ánimos, porque fuera del estadio hubo quien decidió seguir la 'fiesta', el jefe de la UFC, Dana White, se negó a entregarle el cinturón de campeón a Khabib. «Si te lo pongo, todo el mundo va a empezar a lanzar mierda al octágono», se justificó ante el ruso, que a estas horas se esfuerza en recuperar crédito. «Lo primero de todo, quiero disculparme ante la Comisión de Nevada y ante la ciudad de Las Vegas. Sé que esta no es mi mejor cara, pero soy un ser humano. Lo siento, Las Vegas, lo siento, Nevada. Yo no soy así, estaba caliente. Este deporte es respeto. Siento lo que pasó después de la pelea. Mi padre me aplastará cuando llegue a casa. Putin me felicitó tras la victoria...», ha declarado en las últimas horas, mientras la UFC se está pensando en dejarle sin título -y sin los dos millones de dólares de la bolsa-, tratando de reconducir las cosas y calmar a quienes creen que hace ya mucho tiempo que a la mayor empresa mundial de artes marciales mixtas el negocio se le ha ido de las manos.

«Esto que hemos visto no nos representa. No es MMA, es una mierda callejera. No estoy realmente enfadado, estoy decepcionado», ha confesado White. A quien no parece importarle demasiado el revuelo es a McGregor. 'The Notorius' lanzó ayer un mensaje en las redes sociales que sus fans han recibido encantados. «Buen golpe. Esperando la revancha», publicó el luchador, que el sábado no fue rival para un Khabib a quien llevaba tiempo mentando a su familia -lindezas como «tu padre es una rata cobarde», y de ahí para arriba-. Amante del lujo y envuelto en una vida de excesos, no asomaba por la UFC desde que dejó KO en el segundo asalto a Eddie Álvarez en noviembre de 2016. Después de aquello, las cosas no han hecho más que complicarse para el de Dublín, que fue despojado de sus cinturones del peso pluma y liviano porque decidió preparar a conciencia el combate con 'Money' Mayweather, que perdió por KO técnico. Vamos, que se le acumulan las revanchas.

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