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España pincha en sus pruebas PISA más polémicas

Los alumnos de ESO se alejan de la nota media de los países de la OCDE y sacan la peor calificación de la historia en el examen de ciencias

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Martes, 3 de diciembre 2019, 09:03

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España ha vuelto a pinchar en PISA, la evaluación educativa más prestigiosa del mundo. Los resultados de hace tres años, cuando los adolescentes españoles lograron por primera vez alcanzar en comprensión lectora, matemáticas y ciencias la nota media de los 36 estados que componen la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y hacerse un hueco entre los sistemas educativos más avanzados, fueron solo un espejismo.

Los 36.000 estudiantes españoles de 15 años de todas las autonomías que entre abril y mayo del año pasado realizaron el test de conocimientos elaborado por la OCDE han devuelto al sistema español a la posición de mediocridad que arrastra, con mínimas variaciones, desde que comenzaron a realizarse estas pruebas trienales en 2000.

Los resultados de PISA 2018, que se han dado a conocer hoy, señalan que el conjunto de los alumnos españoles, la mayoría de cuarto de la ESO, tiene en todas las materias testadas un nivel de conocimientos inferior a la media de la OCDE. La brecha entre España y la media de los sistemas educativos más avanzados, que el año pasado quedó reducida a un solo punto (tras sumar la nota de todas pruebas), este año vuelve a ampliarse 14, pese a que el nivel de calificaciones del resto de países también sufrió un retroceso, pero menor.

Los adolescentes de Japón les sacan una ventaja de conocimientos de más de un curso académico y los de China llegan a más de dos cursos y medio

 

El pinchazo se produce justo en la edición de PISA más polémica, porque la organización solo ha dado a conocer los resultados españoles de los exámenes de matemáticas y ciencias, pues considera que en el de lectura un número importante de alumnos -al menos un 5%- dio respuestas «anómalas» -precipitadas y al tuntún- en la sección de «fluidez lectora», lo que invalidó la nota real del conjunto y, además, hizo imposible comparar la evaluación española con la de los otros 78 países participantes. De hecho, la Consejería de Educación de Madrid puso el viernes todas las pruebas PISA españolas en la picota tras pedir a la OCDE que tampoco publicase los resultados de los otros dos exámenes por considerar que están «contaminados» por los de lectura.

Los alumnos españoles, en el primer test PISA que los evalúa con la Lomce implantada en su integridad, obtuvieron de media 483 puntos en el examen de ciencias, diez menos que en 2015, con lo que lograron su peor nota en la materia en toda la historia de las pruebas y pasaron a estar seis puntos por debajo de la media de la OCDE. En el examen de matemáticas sacaron en conjunto 481 puntos, lo que supone cinco menos que hace tres años, uno de los peores resultados de la serie, y alejarse ocho puntos de la media de la OCDE después de que en 2015 lograron igualarla por vez primera.

La brecha entre los adolescentes españoles y los de los sistemas educativos más exitosos es enorme. Japón y Estonia, las dos mejores notas de la OCDE en matemáticas y ciencias, les sacan entre 46 y 47 puntos, lo que equivale a una ventaja de más de un curso académico. Si se toma la referencia mundial, el mejor país de PISA 2018 fue China que, con 590 puntos tanto en ciencias como en matemáticas, saca a los alumnos españoles el equivalente a más de dos cursos y medio. Con estos resultados España se coloca entre el puesto 25 y 28 de los 36 de la OCDE -cae entre uno y tres, según la materia- y entre el 30 y el 34 de los 79 del mundo. En tres años ha pasado de codearse con Dinamarca o Suecia a hacerlo con Hungría o Lituania.

Más rezagados

Parte de este retroceso, lo explican dos datos. España ha aumentado de manera notable el porcentaje de alumnos rezagados, los que no logran acreditar los conocimientos mínimos al final de la educación obligatoria, y sigue con una cifra baja de estudiantes excelentes. Con un 25% de rezagados en la prueba de matemáticas y un 21% en la ciencias, empeora tres y cinco puntos, respectivamente, los datos de 2015. Los resultados excelentes fueron el 7% en matemáticas y el 4% en ciencias, cuatro y tres puntos menos que la media de la OCDE.

El otro gran lastre español respecto a la media de la OCDE es el alto porcentaje de alumnos repetidores. El 28,7% de los que hicieron las pruebas habían repetido al menos un curso, lo que multiplica por dos y medio el porcentaje de los países más avanzados (11,4%). Pero es que, además, los repetidores españoles lastran más la nota media del país que sus homólogos del resto de la OCDE. Estos estudiantes sacaron entre 94 y 102 puntos menos de media en las pruebas que los que no han repetido, mientras esta brecha, que equivale a una desventaja de dos cursos y medio, en la OCDE oscila entre 89 y 91 puntos.

Un tercer dato que también jugó a la contra fue el alto absentismo escolar español. Un 30% de estudiantes faltaron al menos a una clase en las semanas previas a las pruebas, un porcentaje que es del 21% en la OCDE. Más absentismo siempre va ligado a peores notas.

En el lado positivo, la prueba volvió confirmar que España tiene un sistema educativo muy equitativo, capaz de remover los obstáculos socioculturales y económicos de los alumnos para que les influyan lo menos posible en su aprendizaje. El trabajo de las escuelas ha logrado que el estatus social de los alumnos solo les reste un 12% del resultado en matemáticas y un 10% en ciencias, entre dos y tres puntos menos que la OCDE pese a que España acumula más alumnos desfavorecidos. El lado negativo, es que los directores de los institutos españoles denunciaron que la falta de personal perjudica su nivel de enseñanza entre 13 y 15 puntos más que el resto de países desarrollados.

Menos brecha de género

Otra buena noticia es que la brecha de género en las notas se reduce en España. Las chicas ya han logrado igualar los resultados de los alumnos en ciencias -tras recortar una diferencia de seis puntos- y la han dejado en seis puntos en matemáticas, tras reducirla diez con respecto a 2015. En materia de vocaciones profesionales, el avance es bastante menor. El 33% de los buenos alumnos quieren ser ingenieros o científicos, por el 20% de sus homólogas, y el 10% de estos estudiantes piensa en dedicarse a las nuevas tecnologías de la comunicación por solo el 1% de las alumnas.

Otro elemento positivo es que hay menos 'bullying'. El 17% de los estudiantes españoles dijeron sufrir algún tipo de acoso escolar habitual, por un 23% de media en la OCDE, mientras que el 92% de los estudiantes españoles abogó por ayudar a los compañeros que no pueden defenderse, por el 88% de otros países.

La brecha entre autonomías es alta, pero se reduce

La brecha que las notas medias de las pruebas PISA abre entre las distintas autonomías españoles es también amplia en este séptima edición del test, pero se reduce con respecto a la detectada en 2015.

Las dos autonomías en las que los alumnos de 15 años tuvieron más éxito en los exámenes fueron Galicia y Navarra, con Castilla y León, la gran triunfadora de la edición pasada, pisándoles los talones a ambas en el segundo lugar. Los gallegos obtuvieron 510 puntos en ciencias y los navarros 503 puntos en matemáticas. Eso supone una ventaja de entre 40 y 43 puntos sobre el resultado medio de Canarias, que sacó las peores notas en ambos exámenes.

La diferencia supone una ventaja equivalente de un curso de los alumnos norteños sobre los del archipiélago -y muy similar sobre los andaluces-, aunque es una distancia algo menor a la del PISA 2015, cuando llegó ser de un curso y medio por un mejor resultado aún de Navarra en matemáticas. Navarros y gallegos se colocan en la parte media alta de la clasificación internacional, parejos a Gran Bretaña, Nueva Zelanda, Suecia o Polonia.

Estas son las diferencias más destacadas, pero hasta siete autonomías -Navarra, Galicia, Castilla y León, Cantabria, Aragón, Asturias y Cataluña- tuvieron unos buenos resultados en PISA 2018, que de hecho les colocaron por encima de la media de países de la OCDE. Todas mejoraron el papel medio en los exámenes de los escolares españoles, nivel que también superaron el País Vasco, La Rioja y Madrid, aunque las dos primeras no llegaron al listón de la OCDE en ciencias (sí en matemáticas) y Madrid no lo alcanzó en ninguna de las dos calificaciones.

La otra cara de la moneda la presentan Castilla-La Mancha, Baleares, Murcia, Comunidad Valenciana, Extremadura, Andalucía, todas ellas por debajo de la media española, y Melilla que, en su primera participación, cierra las dos listas, con 432 puntos en matemáticas y 439 en ciencias.

Los técnicos de la OCDE consideran que buena parte de esta brecha se debe al mayor porcentaje de repetidores y de alumnos de familias más desfavorecidas cultural y socioeconómicamente que existen en los colegios de las autonomías con peores calificaciones medias.

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