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Las denuncias por amenazas y agresiones a profesores continúan su escalada

Las denuncias por amenazas y agresiones a profesores continúan su escalada

El sindicato ANPE, autor del estudio anual, considera que se debe a que, en muchos casos, los alumnos han normalizado la situación de falta de respeto al profesor

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Miércoles, 20 de noviembre 2019, 15:17

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Las amenazas y agresiones de alumnos de todas las edades a sus profesores continúan la escalada que iniciaron hace ya dos años, en el curso 2016-2017. Esta es la tendencia que refleja el informe anual del Defensor del Profesor, un servicio de asistencia a los docentes víctimas de situaciones de conflictividad y violencia que ofrece en todo el país el sindicato ANPE.

El curso pasado hasta 340 docentes precisaron de la ayuda del sindicato para encarar y superar los episodios de amenazas y ataques verbales y físicos que sufrieron a manos de los estudiantes. Se trata de un aumento anual de más del 10%, de 35 casos más que un curso antes, pese a que 2017 fue un ejercicio que ya registró unas tasas de amenazas y agresiones a profesores consideradas alarmantes. Los responsables del Defensor del Profesor tuvieron que dedicar a estos ataques a docentes el 16% de sus 2.174 actuaciones en el curso 2018-19, una proporción que triplica o incluso cuadruplica las denuncias de este tipo que se recibieron entre 2013 y 2015, que supusieron de media entre el 3% y el 5% de las comunicaciones a este servicio.

El mayor crecimiento el curso pasado se produjo en el apartado concreto de las amenazas, con 212 actuaciones, lo que le llevó a pasar del 8% al 10% de las denuncias recibidas. Se trata de intimidaciones como «voy a acabar con tu carrera», «eres un inútil y voy a hacer que te echen», o «te vas a enterar, porque sé dónde vives», lanzadas por los alumnos principalmente dentro del aula. Laura Sequera, coordinadora de este servicio, considera que la escalada de amenazas y ataques se debe a que «se ha normalizado la situación de falta de respeto al profesor». Entiende que se debe a que muchos padres no ponen «límites» en casa a sus hijos y que cuando el docente intenta hacerlo en clase «estos alumnos, empoderados por sus familias, no tienen interiorizado que tienen que respetar a los profesores y lo primero que les sale es la rabia».

Con ella coincidió el presidente de ANPE, Nicolás Fernández, que entiende que «los padres, con sus conductas, legitiman la actuación de sus hijos». Se refería al incremento de la violencia o al acoso a docentes por parte de los padres que este año también detecta el informe. Las agresiones físicas al profesorado de los adultos son mucho menos numerosas que las de los alumnos, unas 59 frente a 128, pero aún así suponen el 3% de las quejas de los maestros, un punto más que hace un año. El número de casos de acoso de padres a profesores, que alcanzan el 29% de las actuaciones, sigue también en aumento, al igual que las acusaciones contra docentes carentes de todo fundamento, que subieron otro punto, hasta el 26%. Los portavoces del sindicato creen que esta notable conflictividad se debe a que «un excesivo proteccionismo de algunas familias, y su afán de controlar la vida del centro en beneficio de sus hijos, les lleva a protagonizar conductas antisociales y violentas».

Se estanca el ciberacoso

Otro dato relevante del informe, aunque este de carácter más positivo, es que los casos de ciberacoso, en los que alumnos suben a internet o las redes sociales imágenes o grabaciones de sus profesores para insultarles o vejarlos, se han estabilizado en un 10% de las denuncias. Se trata de una proporción muy preocupante, 225 casos detectados solo este año, pero confirma el fuerte descenso logrado ya en el ejercicio 2017-18, cuando bajaron a la mitad, del 20% al 10%, y se corta con una escalada de cuatro años, en los que los ciberataques no dejaron de incrementarse.

El estudio también confirma otra tendencia constatada en 2017, que ya son más los conflictos y ataques de padres y alumnos denunciados por docentes de Primaria, el 44,4%, que los ocurridos en los institutos de Secundaria, con el 40,4%. «Los profesores van percibiendo progresivamente cómo los alumnos de Primaria, y de cursos cada vez más bajos, tienen conductas disruptivas, amparados por sus padres», señala el informe, que lamenta que «los niños aprenden por imitación, reproduciendo generalmente los esquemas familiares».

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