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El hombre que pinta a la Casa Real

El hombre que pinta a la Casa Real

Paco Sáez encerró en viñetas a los Borbones para ilustrar la sección infantil de la web de la Casa Real. El retrato de Letizia fue el que más se le resistió.«Tiene las facciones angulosas y las cejas muy marcadas»

:ANTONIO PANIAGUA

Viernes, 10 de agosto 2018, 01:23

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Se recuerda dibujando desde que tenía dos años. Como en su pueblo, San Miguel de Salinas (Alicante), no había ningún tipo de escuela para aprender el noble oficio de pintamonas, a Paco Sáez no le quedó otra que apuntarse a un curso por correspondencia de CCC. Aprendió de este modo los fundamentos técnicos y se le abrió un maravilloso horizonte al descubrir a los clásicos del género. El mundo no se reducía a Mortadelo, Filemón y los superhéroes de Marvel; también estaban Alan Moore, Milton Caniff, Alex Raymond y otros grandes maestros. Terminó los estudios de fotografía en la Escuela de Orihuela, donde, sin saberlo, aprendió algo primordial en su actividad: el encuadre. Su conocimiento del dibujo y de los secretos de un buen encuadre le llevó a desempeñar la actividad perfecta, la que combinaba ambas facetas: autor de 'storyboards', las ilustraciones que, exhibidas en secuencia, sirven de guía para entender una película. Además, Paco Sáez es el único dibujante oficial de la Familia Real. De sus miembros se han hecho infinidad de caricaturas, pero sólo él colgó sus viñetas en la página web de la Casa Real.

Hace ahora 18 años se plantó en Madrid con la esperanza de entrar a trabajar como dibujante de películas de animación. Sin oficio ni beneficio, sin conocer a nadie, sin recomendaciones, viajó a la capital. Llamaba al teléfono de información de entonces, el 1003, y preguntaba por las sucursales en España de los gigantes del sector. Entregaba el currículum y esperaba. Al principio hacía trabajos sin cobrar, hasta que se fue haciendo un nombre.

Ahora puede esgrimir una hoja de servicios envidiable. Como guionista gráfico, ha facturado para los más grandes del celuloide, desde Disney a Warner Bros, pasando por Cartoon Network y BRB Internacional. Sáez es el autor de los 'storyboards' de tres películas ganadoras del Goya: 'Atrapa la bandera', 'Planet 51' y 'Tadeo Jones 2'. Además, se ha encargado de los dibujos de cintas hechas con personajes de carne y hueso, como 'Spanish Movie', 'Que se mueran los feos' y 'Perdiendo el Norte', entre otras. Y es igualmente el autor de las viñetas que alojó el área infantil de la web de la Casa Real entre febrero y octubre de 2013. Compitió con otros dos dibujantes, pero fue él quien se llevó el gato al agua después de un concienzudo trabajo. «Me llamaron y me dijeron que me iba a llegar un contrato de confidencialidad. Estuve una semana dibujando al Rey -en aquel momento Juan Carlos I- con diferentes estilos: uno hiperrealista, otro enfocado a la ilustración, un tercero con líneas más acabadas... Llegué a probar catorce diferentes, y al final me eligieron a mí».

Espacios desangelados

No tuvo necesidad de entrevistarse con los ahora reyes eméritos. Tampoco hubiera podido porque, cuando visitó la Zarzuela, doña Sofía estaba en África y don Juan Carlos convalecía de una operación de cadera. En las dependencias del palacio no vio salas suntuosas ni barrocas, sino salones un tanto fríos y desangelados. «He visto casas de mis amigos mucho más bonitas. Lo que sí me impresionó es una sala en la que hay diversos trofeos y recuerdos, como una raqueta de Rafa Nadal o una moto de Jorge Lorenzo. Enfrente hay una gran pared de unos cien metros cuadrados donde están colgados los originales de todas las caricaturas que se han publicado de Juan Carlos en la prensa, desde 1975 hasta nuestros días, incluidas las de 'El Jueves', Vizcarra y Gallego y Rey. Son cientos y cientos, aquello me dejó sin palabras», recuerda.

Sin lugar a dudas, el personaje que más le costó recrear fue Letizia, todavía princesa. «Sus facciones son muy angulosas, con las cejas muy marcadas, de modo que no me salían los rasgos dulces que yo le quería dar y sí en cambio aparecía un malvado de Disney», detalla. Por el contrario, los más fáciles de ejecutar fueron los rostros de Felipe y sus hijas, las entonces infantas Leonor y Sofía. En el caso del hoy monarca, «su pose y facciones son tan reconocibles que es sencillo plasmarlas con papel y lápiz». Más dificultad entrañó recrear con trazos sucintos el palacio y la Guardia Real, por la gran cantidad de detalles acumulados.

Su trabajo ya no está colgado en la web de la Casa Real. Tuvo una vida efímera, debido a los acontecimientos que se precipitaron en cascada. El 19 de junio de 2014 se produjo la abdicación de Juan Carlos y el cómic quedó viejo de repente. «Había estado dibujando ocho meses. Se iba a estrenar antes, pero, con todo el asunto de la cacería de Botsuana, se retrasó hasta que vieron que el momento oportuno de lanzarlo eran las navidades de 2013 -apunta el artista-. Fue un éxito impresionante de visualizaciones, hasta el punto de que la página se quedó bloqueada varias veces».

Como 'storyboarder', Sáez se encarga de plasmar en viñetas el guion de una película. Se trata de un primer paso para dar forma a la historia y probar encuadres, un acercamiento visual de tanteo a lo que serán luego los diferentes planos. «Siempre se ha dicho que la clásica escena de la ducha de 'Psicosis' nació de una 'storyboard' muy planificada, desde el remolino de sangre en el desagüe a las cuchilladas. En el cine español no se usa tanto este método. De hecho, algunos directores siguen llamando a lo que hacemos tebeos, con un deje despectivo».

En la factoría Disney hay personajes amables y divertidos pero que a la hora de ser pintados se revuelven como gato panza arriba. A Sáez le pasa con Mickey Mouse: «Su cabeza es grandísima, y lo mismo ocurre con sus manos y pies. Por el contrario, tiene muy poco cuerpecito para ponerlo en movimiento. Esas masas de cabezas, pies y manos es preciso sincronizarlas con lo que llamamos la silueta del personaje, porque si lo empastas todo se convierte en algo muy estático y apenas se ve nada. Por eso es obligado estirarlo y encogerlo como si no tuviera huesos».

18 millones en taquilla

No es complaciente ni dora la píldora al cine español, que, a su juicio, vive de espaldas a los gustos del espectador y adolece de un débil entramado industrial. «Le falta mucha autocrítica -apuntilla-. No digo que todas las películas que se hagan sean comerciales, pero sí debemos acordarnos del público, como hacen Amenábar o Bayona. Le hemos dado diez Goyas a una película que no ha visto nadie, como 'Handia', que está muy bien, pero que en su momento no se distribuyó. En cambio, 'Tadeo Jones' hizo 18 millones de euros en taquilla y sólo fuimos candidatos en una categoría, la de mejor película de animación».

Producir un filme de dibujos animados no es nada agradecido. Por de pronto, resulta mucho más caro que el cine convencional; su coste se multiplica por ocho. Por ejemplo, el presupuesto de 'Tadeo Jones 2' se elevó a diez millones de euros y su rodaje exigió reclutar a un equipo de 150 personas, a las que hubo que abonar sus salarios por espacio de tres años, cuando una película normal se termina en tres meses. «El tiempo de realización se demora mucho. Al Goya de animación apenas se presentan dos o tres títulos cada año. No creo que se pueda hablar de un buen momento para este tipo de cine. Hay gente muy buena, pero la mayoría se tienen que ir fuera». En el altar de sus preferencias sitúa a Pixar, que «se encuentra a años luz» de lo que hacen los demás. «Nosotros solo podemos competir con ellos haciendo películas pequeñitas. Ellos hacen obras maestras apabullantes».

Pese a algunos escarceos, Paco Sáez todavía no ha podido verse en la pantalla grande como actor. Los tres cameos que ha hecho han resultado a la postre infructuosos, de modo que sus apariciones en películas fueron suprimidas por el afán de ahorrar metraje. En 'Tres bodas de más' compartía plano con Inma Cuesta y Quim Gutiérrez y le dieron un texto que no se limitaba a parcos monosílabos. Pero la escena decayó por necesidades de edición. También ensayó con un espléndido elenco de actores -Javier Cámara y Úrsula Corberó incluidos- la escena de una boda que aparece en 'Perdiendo el Norte'. Pero esta vez, por deseo de Atresmedia, fue sustituido a última hora por Alberto Chicote.

No ha vuelto a tocar la cámara, que no quiere ver ni en pintura. «Durante cuatro años hice tantas fotos de bodas y bautizos que he acabado detestándola. Ni siquiera tengo fotos de los sitios a donde voy», confiesa el dibujante, que ahora supervisa los guiones gráficos de 'D'artacán'.

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