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¿Qué diferencia un pollo industrial de un pollo ecológico?

¿Qué diferencia un pollo industrial de un pollo ecológico?

La calidad y el sabor compensan el precio

R.I

Jueves, 10 de octubre 2019, 11:43

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La cadena de supermercados franceses Carrefour no deja de sorprendernos con sus novedades. La compañía no deja de innovar y poner en marcha acciones muy aclamadas por los consumidores.

Hoy venimos a hablaros de su primer pollo ecológico. Bajo su marca propia Carrefour BIO. El nuevo producto es origen 100% español, criado en granjas gallegas en la que los pollos se desarrollan en parques ecológicos, tienen un crecimiento lento de 90 días de crianza y su alimentación está basada en piensos ecológicos. Este pollo bio ya se comercializa en todos los formatos de la cadena: hipermercados, supermercados y comercio online.

La cadena está ofreciendo a sus clientes diez referencias, entre las que se encuentran muslos de pollo, pechugas, contramuslos, alitas… y, como novedad, ha incorporado elaborados como carne picada, hamburguesas y salchichas de pollo, todos ellos sin aditivos, sin conservantes y sin colorantes. ¿Qué te parece?

Carrefour tiene como objetivo «democratizar» el consumo de los productos ecológicos. Para ello ofrece más de 2.000 productos bio. Este lanzamiento contribuye también a completar el surtido de su marca Carrefour Bio, presente en el mercado desde hace 16 años.

Por último, queremos recordarte que puedes canjear el cupón Carrefour para obtener ventajas exclusivas en los supermercados o ahorrar un extra en todas tus compras. 

¿Por qué deberíamos elegir pollo ecológico?

Comer pollo es una buena forma de incorporar proteínas y nutrientes con un bajo contenido de grasa en nuestra dieta diaria. Pero no toda la carne de pollo es igual: no es lo mismo una pechuga de un pollo industrial, que una proceden de un animal de crianza ecológica. Al igual que ocurre con los huevos, hay una serie de requisitos que cumplir para que la carne de pollo tenga el sello y certificado de ecológica.

Los pollos ecológicos siguen una alimentación más natural que los industriales. Se les alimenta con piensos y grano de cultivo ecológico. En su dieta no se incluyen hormonas de crecimiento, lo que hace que los animales tarden más tiempo en alcanzar el peso óptimo para su consumo. Al menos tres meses necesita un pollo ecológico para alcanzar su peso ideal, frente a los 40 días que tarda un pollo criado de forma industrial.

El peligro de que los animales reciban en su alimentación hormonas y estrógenos para acelerar su engorde es que éstas pasan al organismo humano a través de la carne. El pollo ecológico tampoco recibe antibióticos. En caso de enfermedades, los animales son tratados con métodos homeopáticos. Y sólo en casos extremos, se les permite un único antibiótico en su vida.

No sólo la alimentación del animal marca la diferencia. También su estilo de vida. El pollo criado en un entorno ecológico donde no hay cabida para productos químicos ni fertilizantes, tiene una forma de vida mucho «humana». El pollo vive como mínimo 81 días de vida, descansa ocho horas al día sin luz artificial y vive al aire libre, en naves con entradas y salidas abiertas para que campe a sus anchas. Esta manera de vivir hace que los animales sea más musculosos y menos grasos, dando lugar a una carne más firme, sabrosa y saludable.

En cuanto el precio, al igual que ocurre con otros productos y carnes ecológicas, los costes de esta crianza respetuosa con el medio ambiente son mayores que los industriales, lo que hace que encontremos en el supermercado precios más altos junto al sello ecológico, sin embargo, te aseguramos que la calidad y el sabor de estos productos merece unos euros de más.

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