¿Cómo debe ser un buen plato de ducha?

Los hay que prefieren la bañera pero también los que optan más por ahorrar espacio y se decantan por los platos de ducha. La realidad es que sí es cierto que al menos en espacio se ahorra, aunque hay tamaños muy variopintos. Como la reforma del baño suele estar protagonizada por este cambio es muy importante que tengamos en cuenta también que otras cosas vamos a querer modificar de la zona. Una vez hemos establecido un planning de lo que será nuestra reforma toca el momento de elegir el tipo de plato ducha, que se diferenciarán esencialmente por el material con el que está hecho. Sin embargo, hay tantos modelos y materiales que la elección se torna difícil, así que ¿cómo elegir? Tener en cuenta otros aspectos como los que te vamos a comentar a continuación es vital para que además de comprar con precios baratos también compres de forma eficiente en cuanto a calidad se refiere.

1. Piedras naturales

Sin duda es el modelo más natural y son muy resistentes a los impactos y al rayado, además de muy higiénicas.. Lo ideal es que las piedras sean de canto rodado, antideslizantes y que no se rayen como mármol o granito. Las formas y el diseño pueden ser miles, una pieza, varias, mosaicos...El principal inconveniente es que tienden a ponerse oscuras, y que son difíciles de limipiar, además de que el tacto bajo nuestros pies serán muy frío por lo que en meses de invierno nos puede costar meternos a bañar. Son los más económicos.

2. Acero esmaltado

Basicamente consiste en una chapa de acero esmaltada con un baño de porcelada. No son tan resistentes como los de piedra y la porcelana se puede romper fácilmente, aunque frente al rayado si ofrece beneficios. También es un incentivo para comprar este plato de ducha su fácil higiene debido al material no absorbente de poro cerrado que le hace inmune a las bacterias y a los hongos. Uno de los principales inconvenientes que aparece es el ruido, puesto que al caer el agua sobre la placa de cerámica provoca un sonido nada agradable. Otro punto débil es que se oxidan fácilmente. No son muy recomendables si eres muy despistado ya que la porcelana es extremadamente fina y si le cae algo de jabón es muy fácil resbalar.

3. Cerámico

Suelen estar hechos a partir de una mezcla de arcilla, feldespato y arenas silíceas. Ofrecen un brillante perfecto ya que no se manchan con facilidad y además son muy resistentes a los productos químicos más agresivos. De forma similar a como ocurre con la porcelana de los esmaltados son muy frágiles por lo que pueden romperse con facilidad. Lo ideal es que escojas uno con una altura de 10 cm como mínimo.

4. Acrílico

Son de los más utilizados ya que se pueden conseguir en una gran variedad de colores y texturas por lo que para los amantes de la decoración son los más ricos en cuanto a diversidad y originalidad. Se basan esencialmente en una placa acrílica moldeada al vacío, que ha sido reforzada con fibra de vidrio y poliéster. Son muy resistentes a los impactos, a los rayados y se pueden restaurar en caso de experimentar alguna imperfección. Son casi inmunes a las bacterias y hongos y además al pisarlo notaremos una sensación cálida y antideslizante, por lo que es mucho mejor que los anteriores. Aunque están hechos de plástico, son planos y desaguan con mucha rapidez, y junto al resto de las otras ventajas, los hacen los modelos más caros pero también más eficaces del mercado.