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Dos mujeres pasan ante un mural alusivo al conflicto fronterizo entre China y Vietnam en Hanoi. Abajo, la polémica prenda de GAP. R. C.
La camiseta que ha tenido que ser retirada por «ofender a China»

La camiseta que ha tenido que ser retirada por «ofender a China»

Pekín exige a las empresas que se plieguen a sus reclamaciones de soberanía cuando muestren mapas del país. En Vietnam el tiro le ha salido por la culata

ZIGOR ALDAMA

Domingo, 27 de mayo 2018, 02:34

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Herir los sentimientos del pueblo chino' se ha convertido en uno de los peores delitos que empresas y gobiernos de todo el mundo pueden cometer. A cualquier inexperto le puede parecer un concepto muy poco preciso y, sobre todo, muy difícil de determinar, pero el Partido Comunista no tiene ninguna dificultad en señalar cuándo sus 1.300 millones de súbditos se han sentido ofendidos. Y ese puede ser el comienzo de una pesadilla para quien haya humillado a los patriotas chinos, aunque lo haya hecho sin la menor intención.

«Lo sabe bien la cadena japonesa Muji, la última que ha «atacado la dignidad nacional china». Ayer se supo que en abril fue condenada a pagar una multa de 200.000 yuanes (26.500 euros) por haber comercializado en Shanghái 119 paquetes de perchas en los que se identificaba Taiwán -que Pekín considera una provincia rebelde a pesar de que funciona como un «stado independiente»- como país de origen de los productos.

Mucho más caro le ha salido el error a la marca de moda GAP, que ha tenido que retirar y destruir un número indeterminado de camisetas porque en ellas había imprimido un mapa que no se ajusta al término territorial que China reclama para sí. No había incluido la isla de Taiwán, se había dejado el sur de Tíbet -donde India y China disputan por la delineación de sus fronteras-, y obvió el territorio marítimo cuya soberanía el gigante asiático se disputa con una decena de países.

Fue un usuario de la red social Weibo -el Twitter chino- quien dio la voz de alarma. Pronto, una ola de indignación patriótica recorrió el ciberespacio y GAP, temerosa de boicots y represalias políticas que dañen su negocio en la segunda potencia mundial, agachó la cabeza, pidió perdón públicamente y procedió a la retirada de las camisetas, que ni siquiera se venden en China.

Cada vez son más las empresas que sufren en carne propia las consecuencias de mostrar un mapa de China en el que no aparece todo el territorio que reclama el Gobierno. Le sucedió a la cadena Marriott cuando incluyó a Taiwán y Tíbet como países independientes en su central de reservas, y más recientemente les ha ocurrido también a varias aerolíneas estadounidenses que en sus páginas web separaban territorios como Taiwán, Hong Kong o Macao del resto de destinos en China. Algunas compañías incluso han tenido problemas por haber estipulado en documentos oficiales que sus tripulantes de cabina son taiwaneses, en vez de inscribirlos como chinos.

En todas las ocasiones, el Gobierno de Pekín ha reaccionado con dureza e incluso ha amenazado con retirar licencias o adoptar medidas administrativas. Tal es la presión que ejerce que incluso Donald Trump intervino la semana pasada y tachó la actitud china de «sinsentido orwelliano». El presidente de Estados Unidos también afirmó que estas medidas tan estrictas responden a «una estrategia para imponer la visión política de China a los ciudadanos y a los negocios americanos».

Los dirigentes comunistas no tardaron en responder: «Quienes operen en nuestro país deben respetar la soberanía y la integridad territorial, acatar la ley y respetar los sentimientos nacionales del pueblo chino», reiteró un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores. Eso incluye a turistas extranjeros, que no tienen permitido acceder a China con mapas no sancionados por el Gobierno. Esto lleva a que, por ejemplo, en ocasiones se requisen guías de viaje como la popular 'Lonely Planet' por no acatar la delimitación oficial del territorio.

«Arrogancia» de nuevo rico

Pero, a veces, a China también le sale el tiro por la culata. Vietnam se ha erigido en uno de los mayores azotes de esta recién adquirida arrogancia. Primero, el país se negó a conceder visados a los chinos que viajasen con el nuevo pasaporte, porque en él aparece un mapa en el que China se apropia de territorio que Vietnam considera suyo. Luego reculó, pero se negó a sellar esos pasaportes y pasó a expedir los visados en una hoja aparte. En 2016, un funcionario provocó un incidente diplomático al escribir 'fuck you' (que te jodan) en el mapa de un pasaporte. Y el pasado domingo, la situación cayó en el ridículo.

Un grupo de turistas chinos aterrizaron en el aeropuerto de Cam Ramh, al sur de Vietnam, ataviados con camisetas decoradas con el mapa de China. Pero el mapa que a Pekín le gusta, con la línea de nueve trazos que se apropia de territorio marítimo reclamado por el país de Ho Chi Minh. Así que los responsables del aeropuerto les obligaron a cambiarse de ropa antes de abandonar las instalaciones. Y en Internet, los usuarios vietnamitas de redes sociales fueron todavía más allá, exigiendo que sean deportados inmediatamente. «Los chinos creen que solo ellos tienen sentimientos, y, con la arrogancia que ahora les da el dinero, no tienen reparo en ir hiriendo los de ciudadanos de otros países», criticaba una joven, Dung Nguyen, en Facebook.

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