El cambio de los bancos que afecta a los mayores de 65 años
Un reciente estudio de la OCU advierte sobre las constantes trabas para operaciones bancarias en oficinas físicas.
DANIELA LONDOÑO
Domingo, 22 de enero 2023, 11:02
La digitalización bancaria total, parece estar a la vuelta de la esquina. Ya son muchas las entidades bancarias que han llevado a sus clientes hacia ... un proceso de digitalización total de los procesos bancarios, lo que afecta sobre todo a los mayores de 65 años, quienes más dificultades tienen para los procesos digitales. De acuerdo con un reciente estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), al menos 4 de los 18 bancos con red de oficinas físicas, han dejado de emitir definitivamente libretas de ahorro.
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Las cuatro entidades en cuestión son Abanca, Bankiter, BBVA y Caja Rural de Jaén. Aunque todavía son pocas las que han eliminado esta modalidad por completo, se estima que el resto de bancos estén imponiendo comisiones por su emisión. Por ejemplo, Kutxabank, cobra 3 euros de comisión por la entrega de su libreta de ahorro a todos sus clientes. Sabadell por su parte, cobra 10 euros por el mismo concepto a los menores de 65 años. Mientras tanto, BBVA genera la misma tasa por el mantenimiento de cuentas con libreta activa, excepto si tienen domiciliada una pensión contributiva de al menos 300 euros.
Además de las trabas para la emisión de libretas de ahorro, que obligan a la digitalización. Algunos bancos también están dificultando ciertas operaciones bancarias en oficinas físicas. La OCU denuncia que, en ciertas entidades se presentan dificultades para disponer de efectivo en ventanilla, pues también se están cobrando comisiones relacionadas con la operación.
Bancos como BBVA reclaman una comisión de 2 euros por retirar menos de 2.000 euros. Otros, como Santander, no permiten retirar dinero bajo esta modalidad si son cifras inferiores a los 600 euros. Tampoco están exentas del cobro de comisiones las operaciones físicas relacionadas con el pago en efectivo de recibos domiciliados o transferencias desde oficina.
Este tipo de medidas, afectan en gran medida a la población de edad más avanzada, quienes presentan más dificultades para adaptarse a las nuevas tecnologías. En estos casos, la falta de habilidades digitales, el miedo al fraude o a cometer errores, lleva a las personas mayores de 55 años a requerir los servicios en oficinas físicas. Lo cual, a la larga, como lo denuncia la OCU, es una muestra de exclusión financiera para los colectivos más vulnerables. De ahí que se haga un llamado al Gobierno, solicitando que el servicio bancario físico sea considerado un «servicio básico universal».
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