Las zapatillas tipo barefoot ganan terreno. Freepik

Las 'barefoot' pisan fuerte: ¿una moda o una cuestión de salud?

Desde el punto de vista de los expertos en este tipo de calzado, la liberación de cualquier tipo de tensión en nuestros pies y músculos puede favorecer la circulación sanguínea y nos proteger de sobrecargas

María Dolores Martínez

Jueves, 4 de septiembre 2025, 11:14

Son el último grito en calzado por su comodidad y diseño minimalista, hasta tal punto que su alcance llega ya a cualquier edad. Los calzados ... barefoot (pies descalzos) pisan fuerte en el mercado, pero también en el día a día de muchos profesionales expertos en Salud. Basta fijarse en algunos de nuestros sanitarios para encontrar algún que otro ejemplo cercano. En su caso se han convertido en un imprescindible mientras operan, pasan consulta, visitan a sus enfermos o afrontan largas horas de guardias. Partiendo de la base de que los barefoot han convencido y cautivado a quienes mejor nos cuidan (galenos, fisios, enfermeras, podólogos y cirujanos) cabe preguntarse ¿cuáles son sus características y qué beneficios tienen por encima de modas y tendencias?.

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Lo primero que llama la atención de los barefoot cuando los tenemos en la mano es su poco peso, con una suela plana, delgada y flexible. A esto contribuye también su elaboración con materiales flexibles y transpirables. No poseen amortiguación, costuras internas ni refuerzos rígidos que impidan el movimiento natural mientras caminamos. A esto contribuye también el hecho de poseer una horma respetuosa con la forma del pie y una puntera ancha y talón colocados a la misma altura.

Una vez abordados estos datos técnicos, pasemos a centrarnos en los cambios y beneficios que experimentará nuestra pisada cuando probemos este calzado por primera vez, de acuerdo con los expertos en este tipo de calzado. Como punto de partida, notaremos una mayor sujeción al suelo y estabilidad, lo que favorecerá una mayor amplitud de zancada y retroalimentación. La ausencia de amortiguación e impacto repercutirá también positivamente en el equilibrio y en la postura de nuestro cuerpo, evitando el riesgo de sufrir algunas lesiones. Nuestros pies se fortalecerán y lo harán también nuestros tobillos, piernas y core mientras caminamos.

La liberación de cualquier tipo de tensión en nuestros pies y músculos favorecerá la circulación sanguínea y nos protegerá de sobrecargas. De esta forma evitaremos problemas tan frecuentes como los dolores de rodilla, los esguinces, la fascitis plantar, los dedos en garra o los juanetes, originados por malas posturas.

Antes de empezar a utilizar este calzado son imprescindibles una serie de consideraciones previas. Como primer paso, hay que hacer una adaptación gradual a los barefoot por el cambio que suponen en nuestra forma habitual de andar. Por otra parte, no debemos utilizarlos sin prescripción médica en caso de lesiones previas, problemas específicos del pie o enfermedades como la diabetes. Hay que descartar también su uso en terrenos especialmente duros o en condiciones climáticas adversas por la mayor sensibilidad de nuestros pies.

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