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La irresponsabilidad de los mayores de 65 años inquieta a la DGT

El año pasado perdieron la vida 496 personas de esta franja de edad en carreteras y ciudades, un 27% del total de fallecidos

ALAIN MATEOS

Madrid

Lunes, 15 de julio 2019, 11:32

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«Nos hemos pasado años denunciando la irresponsabilidad de los jóvenes, pero ahora son los mayores los irresponsables». Pere Navarro, máxima autoridad de la Dirección General de Tráfico (DGT), denunció este lunes la alta tasa de siniestralidad en el colectivo de más de 65 años. El año pasado perdieron la vida 496 personas mayores de esa edad en las carreteras y las ciudades. Son 31 más que en 2017 y ya representan el 27% de los finados, que fueron 1.806 en 2018, 24 menos que en el ejercicio anterior. Un leve descenso, son muy pocos», exclamó un insatisfecho Navarro.

En cuanto a los mayores, el director de la DGT no escondió su preocupación. Seis de cada diez fallecidos de esta franja de edad perdieron la vida en vías interurbanas y el resto en ciudades. Más de la mitad de los mayores de 65 años fallecidos eran conductores, mientras que en ciudad representan el 82% de los muertos. Es decir, de los 489 fallecidos, 415 habían superado los 65 años de edad. Con estos datos provisionales -el informe general se publicará tras el verano-, Navarro planteó la celebración de unas jornadas de reflexión para concienciar a los mayores del incremento progresivo de la mortalidad en su franja de edad. La siguiente franja con más mortalidad es la de 35-44 años, con un 17%, seguida de la de 45-64 (16%), y la de 25-34 (14%).

En cuanto a las causas, las distracciones se mantienen y son el principal motivo en tres de cada diez accidentes mortales en España. Además, la velocidad y el alcohol descienden considerablemente -del 29% al 22% y del 26% al 21%- como factores desencadenates en estos siniestros. No obstante, el director de la DGT indicó que el año pasado se impusieron más de «56.000 condenas penales» por superar el límite de alcohol más del doble de lo permitido.

Por el tipo de vías, son las convencionales -un carril en cada sentido- las que registran más siniestros mortales. En 2018 fueron 994, un dato que «por primera vez» baja de los mil muertos. Este ligero descenso contrasta con el escaso aumento de fallecidos en autopistas y autovías, que registraron 323 muertos. Navarro achacó estas cifras a la «mayor velocidad» que se produce en estos trazados frente a las vías urbanas. En ambos casos, el colectivo vulnerable -ciclistas, motoristas y peatones- son los más castigados.

Grandes ciudades

Los atropellos mortales a peatones se dan sobre todo en las grandes urbes, aunque «sorprendentemente» en 2018 se produjo un aumento del 45% de arrollamientos con posterior fallecimiento en las vías interurbanas. Según los datos de la DGT, 386 viandantes perdieron la vida, de los cuales 149 fallecieron en carretera y 237 en ciudad. También murieron 421 motoristas y 58 ciclistas.

La cifra de heridos graves -considerados así los que pasan más de 24 horas en el hospital tras un accidente de tráfico- desciende de los 9.000, aunque, como afirmó Navarro, «una parte de ellos queda con lesiones y secuelas permanentes».

Las ciudades y las carreteras interurbanas se reparten el número de hospitalizaciones casi a partes iguales: 4.451 las primeras y 4.484 los segundos. En el avance del informe, la DGT constató que, pese a que las ciudades de menos de 500.000 habitantes han reducido su índice de siniestralidad, Madrid y Barcelona lo han aumentado. Por ello, Navarro recordó a las autoridades que «está bien cuidar el medio ambiente, pero no puede quedar relegada la seguridad vial».

En términos europeos, España cuenta con uno de los índices de mortalidad más bajos de la Unión Europea, con 39 fallecidos por millón de habitantes, y se sitúa claramente por debajo de la media europea, que cuenta con diez víctimas mortales más por cada millón de personas. Reino Unido, con 28, y Dinamarca e Irlanda con una treintena, se encuentran por debajo de España, a lo que el máximo representante del organismo del Ministerio del Interior achaca «al turismo, al alquiler de vehículos y al masivo uso de motos» como principales «escollos» para situarse al nivel de estos países.

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