Edición

Borrar
Sergio García-Dils, en una de las simas encharcadas del Cáucaso.
Este español es 'el Viajero del Año'

Este español es 'el Viajero del Año'

Sergio García-Dils recibe hoy el premio. Ha batido cinco veces el récord de espeleología vertical. «Es como subir una montaña de 16.000 metros»

antonio corbillón

Sábado, 8 de abril 2017, 02:23

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El aislamiento extremo de las expediciones espaciales y el trabajo no menos extremo de un escalador de ochomiles. Con ambas se ha comparado a los espeleólogos que descienden por paredes verticales. Hollan cumbres pero en negativo. Y Sergio García-Dils ha descendido hasta los 2.197 metros en el complejo kárstico Krúbera-Voronya, en la república de Abjasia (Cáucaso). Es la quinta vez que su equipo, todos rusos menos este sevillano, bate su propio récord mundial. A principios de los años ochenta, cuando García-Dils (1971) era un crío y se estaba iniciando por las simas, superar los mil metros hacía el interior de la Tierra era el gran reto. «Decían que era como hacer un ochomil. En los noventa, soñar con un 2.000... «eran dos Everest, escalar 16.000 metros en una pared».

Así que ese es el equivalente de su registro actual. Tan enorme como discreto en esta especialidad marcada por las sombras, el silencio y la claustrofobia del que no es un iniciado. Una trayectoria que hoy le reconoce la Sociedad Geográfica Española con la entrega del premio Viajero del Año.

Hace poco más de siglo y medio, Julio Verne abrió el camino hacia las tripas del globo terráqueo con su Viaje al centro de la Tierra (1864). Treinta años después nacía en España la espeleología. Como buen arqueólogo de profesión, García-Dils se ha empapado de todas estas fuentes históricas para ser avanzadilla mundial del siglo XXI. Lo vive como la última combinación entre viaje y aventura. «Hoy en día se ha llegado a cualquier rincón del planeta, sea tierra o agua. La sima más profunda del Atlántico se conoce, aunque no se haya buceado en ella», reflexiona.

Con las cicatrices hacia el interior ocurre lo contrario. Le pasa como al teatro frente al cine. «Para saber lo que hay allí hay que llegar en persona a la fuerza». Por eso, más importante que hacer cumbre hacia abajo es esa sensación similar a la del astronauta. «Ser el primer humano que pone la huella en lugares así». No es de extrañar entonces que tanto la NASA como la Agencia Espacial Rusa enviaran a sus expedicionarios al fondo de la Tierra antes de lanzarlos al espacio para prever su comportamiento en largas estancias solitarias y en condiciones nada atmosféricas.

Bajo tierra

  • 2.197 metros es la profundidad que ha alcanzado Sergio García-Dils con su equipo ruso Cavex Team. Esperan superar los 2.350 metros en próximas expediciones en las simas del Cáucaso.

  • Campo base a 1.600 metros y un mes sin ver la luz

  • Con más de 5.000 kilos de equipaje y trajes completos de alta montaña, buceo y espeleología, cordadas de hasta 20 personas pasan un mes entero lanzando miles de tramos de cuerda en paredes verticales. Instalan campos base completamente a oscuras a 1.600 metros bajo tierra. Sus ojos son potentes focos.Vida extrema en la oscuridad

  • Junto a la cartografía del interior de la Tierra, uno de sus grandes logros es el descubrimiento de doce nuevas familias de artrópodos (invertebrados). Una fauna de esoexqueletos que ha sido capaz de filtrar la luz y los nutrientes del agua a más de 2.000 metros de profundidad. Ni el fondo abisal de estas cuevas es el callejón sin salida de la vida.

Volvemos a la metáfora de la montaña. Sus cumbres siguen allí, siempre miden lo mismo, centímetro arriba o abajo. Pero las cuevas crecen cada año, como bien se encarga de demostrar cada poco el Cavex Team, el equipo ruso al que se unió después de vivir una beca de doctorado en la Universidad Estatal de Moscú hace dos décadas.

Huir cuesta arriba

Las similitudes tal vez sigan, pero las comparaciones se acaban. Este equipo monta sus campamentos base y sus cordadas. Vive su aclimatación y han llegado a pasar hasta un mes sin ver el cielo. «En la montaña siempre está la luz. Y en caso de problemas, la huida es cuesta abajo. Aquí, ni te da el sol. Y, si tienes un apuro, se sale cuesta arriba».

¿Qué se siente al ver el sol después de un mes como un topo?

Pasas de la visión artificial y los tonos grises al estallido de luz. Lo ves todo saturado. La intensidad es increíble. Pero te recuperas antes de lo que mucha gente piensa.

Situaciones que ponen a prueba su temple. Como cuando el aventurero televisivo Jesús Calleja (Desafío Extremo, Cuatro) se acercó al Cáucaso en 2013 a grabar un programa con ellos. Una gota fría con 50 litros por metro cuadrado inundó los pasos y les tuvo nueve días aislados a 1.637 metros de profundidad. Empapados y a 2º centígrados. «Para nosotros es rutina tener un problema de este tipo. Es como ser marinero y atravesar una tormenta en alta mar», insiste. Vuelta al espíritu montañero. La regla de oro del espeleólogo de paredes verticales es que «luchas contra algo invencible. Eres tú el que se tiene que adaptar a la cueva. Intentar lo contrario es tentar a la suerte... y a la muerte».

Con el Cavex Team alcanzó su primer ochomil en 1994 al superar los mil metros de profundidad en el macizo de Kanín (Eslovenia). Sin embargo, los logros del equipo se centraron después en los recovecos subterráneos de la hasta hoy cueva más grande que se conoce. Igual que los éxitos en sus excavaciones en la ciudad romana de Écija, villa de la que es el arqueólogo municipal, sus hallazgos en las profundidades son una combinación de campaña tras campaña marcadas por la pasión y la paciencia. «Como para casi todo, el mecanismo es siempre el mismo: que la curiosidad te pille trabajando».

Bajo esta ley sueña con volver en un futuro cercano a esa galería Svetlánkina de Krúbera-Voronya. Esperan alcanzar los 2.350 metros. Ahora cada metro de avance «cuesta una barbaridad». Pero el Viajero del Año 2016 tiene claro que la espeleología que él practica «solo tiene interés la primera vez. Después es turismo».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios