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Una oveja con la cámara en su lomo se toma su tiempo en una de las sinuosas carreteras que discurren por el litoral de las Islas Feroe.
Google oveja View

Google oveja View

Las remotas islas danesas colocan cámaras a sus ovejas para mostrar al mundo sus bellos paisajes

antonio corbillón

Viernes, 14 de octubre 2016, 00:20

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Hasta hace unas semanas cualquiera podía recorrer el Palacio de Versalles, el Museo del Prado, la Gran Barrera de Coral de Australia o las calles de su barrio sin levantarse del sofá gracias a las imágenes pie a tierra de Google Street View. Pero no los paisajes de las Islas Feroe, que presume de tener pocas pero algunas de las carreteras más bonitas del mundo. Estas 18 islas volcánicas situadas en el Mar del Norte (un reino autónomo dentro de Dinamarca) son un continuo vértigo de sinuosos valles, alfombrados pero sin árboles, que se precipitan al mar en acantilados cortados de una sola cuchillada.

Como Google no encontraba motivos para responder a las llamadas de la incipiente demanda turística del archipiélago, Durita Dahl Andreassen, una artista y gestora local que trabaja para la oficina de promoción turística, decidió pedir ayuda al principal habitante de estas islas: las ovejas. Tienen el doble de rumiantes que de humanos. De estos últimos apenas hay 49.291 según el último censo.

Archipiélago

  • 18 islas del norte

  • Carreteras, calzadas, puentes, acantilados... las ovejas han contribuido a trazar un mapa del agreste territorio.

  • 49.000 personas habitan las islas, la mitad del número de ovejas que pastan por sus campos.

¿Qué mejor manera de llevar al resto del mundo las maravillas de estos lugares que a lomos de quien más y mejor los recorre? pensó Andreassen. Así que se le ocurrió convertir el Street View en el Sheep (oveja en inglés) View. Con la ayuda de Lief, un pastor, y su perro, un border collie entrenado para reunir al ganado, Durita colocó cámaras con visión de 360 grados alimentadas por paneles solares en el lomo de cinco ovejas. Los animales retozaron libremente por las laderas y enviaron una imagen por minuto. Las fotografías, con coordenadas GPS, llegaban al móvil de Durita que las subía al enlace de Google Street View. «Google es tan grande y nosotros tan pequeños que tuvimos que hacer las cosas a nuestra manera».

El resultado que se prolongó durante este pasado verano, superó todas sus expectativas. De repente, todo el mundo empezó a buscar en el mapa el punto exacto entre Noruega, Escocia e Islandia donde se esconden las Feroe. Cadenas de televisión europeas, asiáticas y hasta la catarí Al Jazeera se hicieron eco de algo en apariencia tan modesto. Las imágenes a cámara lenta de estos ovinos recuerdan a esa slow tv, la televisión lenta, que está triunfando en Europa y que ahora empieza a llegar a España. Un documental a ras de suelo y al ritmo real de la vida, sin simulacros o aceleraciones impactantes para capturar al espectador.

De suelo y de agua. Porque, con miles de kilómetros de perímetro marítimo, no hay un solo lugar en las islas desde el que no se vea el mar casi a simple vista. «Por desgracia, las ovejas no son conocidas por sus grandes habilidades en la natación», bromeó la creadora de SheepView, que decidió dar otro paso y crear Ship (barco en inglés) View. Adaptó una de sus cámaras en la parte superior de un barco y lo puso a navegar alrededor de las islas. La globalización digital, por tierra y mar, al servicio de uno de los territorios más aislados de Europa.

En realidad, la idea de las ovejas camarógrafas no es de esta joven gestora de proyectos. Durita se inspiró en el trabajo del fotógrafo Ding Ren y del músico Mike Karabinos, dos artistas de Ámsterdam que decidieron conmemorar que 2015 fue el año de las ovejas creando una web con imágenes de animales de todo el mundo. Ellos estaban enamorados de esos rebaños de ovejas de la raza zwartbles que se ven desde los trenes que cruzan Holanda.

La campaña de promoción de Durita Dhal contó incluso con un hastag (#wewantgoogleestreetview) que la hizo aún más viral. Lo bastante para conmover a los gestores del gran ojo digital que todo lo ve. «¡Ocurrió. Google ya está aquí!», gritó ella en su blog el último día del pasado agosto, cuando saludó al enviado de Google, que llegó al aeropuerto de la capital, Tórshavn, cargado con una mochila con 15 cámaras.

Ahora los habitantes y los viajeros pueden pedir las imágenes prestadas en la oficina turística y llevarlas durante sus periplos por las islas. «Si hasta las ovejas pueden contribuir, cuánto más los humanos», se puede leer en el blog de Google Maps. En lugar de reemplazar a las ovejas, la nueva flota de tomavistas ha ocupado la vida de las Feroe. Ahora se puede echar un vistazo desde la carretilla de un ganadero, la bicicleta de una vecina, la mochila de una turista e incluso desde el kayak de un deportista local. En las oficinas insisten en que se está registrando una creciente demanda turística que quiere convertirse en camarógrafo de su hasta ahora desconocida naturaleza. Pero todo al ritmo local, que no es otro que el pasito a pasito de las ovejas.

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