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Bowie compró la obra ‘Air Power’ poco después de interpretar a Warhol en el biopic de Basquiat. Hoy vale 4 millones::
Las desorbitadas cifras que pagan por las cosas de los famosos

Las desorbitadas cifras que pagan por las cosas de los famosos

La colección de arte de David Bowie sale a subasta por 12 millones de euros. El legado de Andy Warhol, Jackie Kennedy e Yves Saint Laurent también fue vendido por lotes

guillermo elejabeitia

Viernes, 26 de agosto 2016, 01:17

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Cuarenta años de carrera musical, 26 álbumes de estudio, 136 millones de discos vendidos y una huella indeleble en la cultura pop contemporánea. Ese es, a grandes rasgos, el gran legado de David Bowie. Ese y una excelente colección de arte valorada en 12 millones de euros. El Duque Blanco se entregó a su pasión por el arte durante toda una vida, pero sus herederos no han tardado ni seis meses en sacarla a subasta. Su olfato para la vanguardia y un variopinto círculo de amistades le permitieron reunir una ecléctica miscelánea de obras de los artistas que han marcado el siglo XX, como Damien Hirst, Jeff Koons o Jean Michel Basquiat. Se han expuestos en Londres y en los próximos meses pasarán por Los Ángeles, Nueva York y Hong Kong, antes de ser vendidas en noviembre al mejor postor.

La casa Sothebys es especialista en finiquitar por lotes la memoria de las estrellas. En su día despachó los recuerdos íntimos de Jackie Kennedy o la colección de quincalla sobrevalorada de Andy Warhol. Ambas alcanzaron cifras astronómicas por auténticas bagatelas. En 1998 la prestigiosa agencia consiguió que se pagaran 30.000 dólares por un trozo de la tarta de bodas de los duques de Windsor. Ahora ha vuelto a apuntarse un tanto, aunque esta vez el material que tiene entre manos posee cierto interés desde el punto de vista artístico, al margen de quién fuera su anterior propietario. El carisma del mito seguro que alienta las pujas y contribuye a elevar la moral en un mercado de subastas algo desangelado.

Otros famosos bajo la maza

  • Miguel Bosé

  • El hijo de Luis Miguel Dominguín y Lucía Bosé ha subastado en los últimos años algunos de los tesoros familiares. Primero dos Warhol regalo del artista, después unas cerámicas de Picasso y hace unos meses un Guayasamín que había heredado de su padre. Ha ingresado alrededor de 1 millón de euros.

  • Sara Montiel

  • Sus hijos no quisieron conservar los muebles, cuadros y antigüedades que acumulaba en su piso de Núñez de Balboa. Fueron vendidas en una joyería de la capital el pasado abril, tres años después de su muerte. Entre los compradores no faltaron mitómanos de gusto kitsch como Alaska y Mario.

  • Manolo Escobar

  • Pocos sabían que el cantante atesoraba en su chalet de Benidorm una colección de más de 2.000 obras de artistas españoles contemporáneos Zuloaga, Tàpies, Barceló, Equipo Crónica, Gordillo, Saura... Su viuda y su hija las han ido subastando para sobrevivir. «No había otra herencia».

  • Madonna

  • La colección artística de la reina del pop es apabullante. Picasso, Tamara de Lempicka, Damien Hirst, Man Ray o su admirada Frida Kahlo. Se calcula que podría valer unos 160 millones de euros. En 2013 se deshizo de un Leger para recaudar fondos para las niñas de África. Le dieron 7,2 millones.

  • Andy Warhol

  • Apenas un año después de su muerte Sothebys sacaba a subasta más de 10.000 objetos que habían pertenecido al artista, desde cajas de galletas a joyería, pasando por la vajilla. Algunos alcanzaron cifras astronómicas. Al fin y al cabo, «sus posesiones eran parte de lo que él llamaba su arte».

  • Jackie Kennedy

  • Los recuerdos de la icónica Primera Dama se subastaron en 1996 en Nueva York alcanzando pujas astronómicas, desde un collar de perlas falsas que se vendió por 160.000 euros al diamante de 40 kilates que le regaló Aristóteles Onassis al pedir su mano por el que se pagaron casi 2 millones.

  • Yves Saint Laurent

  • El diseñador francés y su pareja Pierre Bergé reunieron a lo largo de 50 años juntos una suntuosa colección de arte, joyas y antigüedades. En 2009 se organizó una multitudinaria subasta de sus bienes en el Grand Palais. Los 342 millones recaudados se destinaron a la lucha contra el sida.

La de Bowie «no es una colección reunida en función de la reputación de cada artista, sino de la conexión intelectual que sentía con ellos o la capacidad de emocionarle que tenían sus obras», explica Simon Hucker, especialista de Sothebys en pintura contemporánea. Algunos críticos la han despachado como «irregular» y «pobre», pero lo cierto es que refleja el particularísimo gusto de alguien que cambió las reglas del pop.

La colección está llena de obras con las que Ziggy Stardust mantuvo una relación especial. «Quiero sonar como ese cuadro», dijo al ver Cabeza de Gerda Boehm, de Frank Auerbach. La pintura expresionista inspiraría sus álbumes Low, Heroes y Lodger, la llamada Trilogía de Berlín. El cuadro saldrá a subasta en noviembre por 700.000 euros.

Sus continuas reinvenciones musicales remiten de alguna manera a los postulados de Andy Warhol, a quien Bowie conoció en 1971, mientras preparaba su disco Hunky Dory. Entonces le puso su nombre a una canción, sin imaginar que en 1996 acabaría interpretando al artista en el biopic de Basquiat que dirigió Julian Schnabel. Poco después de aquel papel, por el que recibió algunas de sus escasas buenas críticas como actor, Bowie compró la que es una de las joyas de la subasta, Air Power, considerada una de las cumbres del pintor de origen haitiano.

Tesoros familiares

Quizá por la leyenda que generó su prematura muerte a los 27 años, Basquiat es uno de los artistas más frecuentes en las colecciones de los famosos. Está en las galerías de Jay Z, Leonardo di Caprio o Johnny Depp, que subastó sus ocho basquiats en junio. Madonna, que se dejaba ver junto a él en Studio 54, tiene varios cuadros suyos, y también de Frida Kahlo, Tamara de Lempicka e incluso Picasso. Se calcula que su colección podría valer unos 160 millones de euros, aunque de momento no está a la venta. Hace unos años se deshizo de un Léger para financiar un proyecto benéfico con el que fomentar la educación entre las niñas de África. Consiguió 7,2 millones de euros.

Por motivos menos altruistas ha ido vendiendo Miguel Bosé algunas piezas de su valiosa colección. El hijo de Luis Miguel Dominguín y Lucía Bosé se ha visto obligado a subastar en los últimos años algunos de los tesoros familiares. Primero fueron dos cuadros de Warhol dedicados por el artista. Después unas cerámicas de Picasso que había recibido en herencia y lo último ha sido un cuadro de Oswaldo Guayasamín que fue un regalo personal del artista a su padre. En total se calcula que el cantante podría haber ingresado un millón de euros.

Muy lejos de los 10 millones que vale según las estimaciones más optimistas la sorprendente colección de arte que atesoraba Manolo Escobar en su chalet de Benidorm. 2.000 obras de Zuloaga, Tapiès, Barceló, Equipo Crónica, Gordillo o Saura que son prácticamente la única herencia que dejó el cantante a su mujer y su hija. «Venderemos los cuadros porque no hay más», decía su hija Vanessa poco después de su muerte. En los meses siguientes salieron al mercado algunas de las piezas clave, como un lienzo de Maruja Mallo por 200.000 euros o La gallina ciega, de Tsuguharo Foujita, tasada en 180.000.

En este caso es irrelevante que los cuadros pertenecieran a Manolo Escobar o a Juan Abelló, pero a veces la fama del dueño hace que se paguen fortunas por objetos que, de lo contrario, pasarían años cogiendo polvo en una almoneda. Por un collar de perlas clamorosamente falsas pero que pertenecieron a Jackie Kennedy se llegaron a pagar 160.000 euros. La pieza era una baratija, pero en una icónica fotografía su hijo John John, siendo un bebé, aparecía jugueteando con él. En 1996 Sothebys sacó a subasta los recuerdos personales de la ex primera dama y desató la locura entre los compradores. Una mecedora en la que se sentó JFK salió por 3.600 euros y se acabaron pagando por ella 330.000, un pequeño escabel saltó de 190 a 24.000 y por un encendedor con las iniciales de Jackie O. se llegaron a desembolsar 60.000 euros. Salvo el enorme diamante que Onassis le regaló para pedir su mano por el que se pagaron casi 2 millones de euros las piezas tenían escaso valor material o artístico, pero eran reliquias de una d las mujeres más fascinantes del siglo XX.

Cajas de galletas, pósters arrancados de la calle o botellas de cocacola componían el catálogo de la subasta que se celebró en 1988 con las pertenencias de Andy Warhol. Había pasado apenas un año de su muerte y la leyenda del artista se agigantaba a golpe de retrospectivas en los museos más prestigiosos del planeta. A pesar de la aparente trivialidad de los objetos, pulverizó las previsiones recaudando unos 17 millones de euros, diez veces más de lo esperado. «Al fin y al cabo todas esas posesiones formaban parte de lo que Andy llamaba su arte», comentó entonces su amigo, el coleccionista Stuart Pivar.

Pero fue la subasta de la colección de Yves Saint Laurent y Pierre Bergé la que batió todos los récords. A lo largo de 50 años el diseñador y su amante habían reunido una fastuosa muestra de arte, mobiliario y joyas que abarcaban desde la época romana hasta la contemporaneidad, pasando por la China Ming o la pintura religiosa del medioevo europeo. Tras donar al Louvre un Goya, un tapiz prerrafaelita al dOrsay y un Chirico al Pompidou, el resto se vendió al mejor postor en el Grand Palais de París. Por la exposición previa, titulada LAmour fou, pasaron 300.000 personas. Los 342 millones recaudados se destinaron a la lucha contra el sida, brindando al modisto un legado tan valioso que la sahariana, el smoking femenino o el aroma de Opium.

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