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La cara oculta y desgraciada del porno español

La detención de Nacho Allende ‘Torbe’ por usar a menores en sus rodajes saca los colores al cine de sexo explícito. «Ahora manda una generación de chorizos y buscavidas que andan en el filo de la ley»

antonio corbillón

Martes, 28 de junio 2016, 00:23

El cine pornográfico ya ha sentido que tenía los días contados varias veces en España, aunque siempre acaba resucitando. No son muy adictos a las ... bromas en esta industria, pero algunos reconocen que viven un permanente coitus interruptus con el mercado. Desde mayo de 1983, cuando se reguló la exhibición de películas X en salas comerciales, hasta hoy, con más de 800.000 españoles entrando cada día en una web de contenido sexual gratuito, el sector se ha sentido más esclavizado por causas ajenas que por las pulsiones eróticas de sus usuarios. Ningún espectáculo ha cambiado tanto sus usos y costumbres a lo largo del tiempo. Siempre con una imagen sospechosa, las viejas salas fueron arrinconadas en los años 90, víctimas de las trabas legales a su publicidad. Las remataron unos impuestos (33% de las taquillas) acordes al complejo de culpa que sentía el Gobierno socialista por dejarles sacar la cabeza.

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