Edición

Borrar
Chiara Appendino celebra la victoria en Turín con sus seguidores del Movimiento 5 Estrellas.
Antisistema, de buena familia y hablando 5 idiomas

Antisistema, de buena familia y hablando 5 idiomas

Chiara Appendino, de 32 años, es la nueva alcaldesa de Turín. Hija de un influyente empresario, es economista

darío menor

Sábado, 25 de junio 2016, 01:30

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El lema de la campaña era algo facilón, pero resultaba demasiado cercano y fácil de recordar para prescindir de él: Lalternativa è Chiara. Jugando con su nombre (Clara, en español), Chiara Appendino armó una campaña electoral consistente y sin gritos con la que consiguió dar el campanazo el pasado domingo al conquistar la alcaldía de Turín en la segunda vuelta de las elecciones municipales. Remontó los once puntos que le sacó en el primer turno el regidor saliente, Piero Fassino, uno de los fundadores del Partido Democrático (PD), la formación de Matteo Renzi, y acabó llevando al poder al Movimiento 5 Estrellas (M5E) en la ciudad símbolo del trabajo y de la industria en Italia por ser la cuna de la todopoderosa Fiat.

Alcalde o alcaldesa

  • Roma y Turín. Chiara Appendino y su homóloga de Roma, Virginia Raggi, pertenecen al mismo partido, el Movimiento 5 Estrellas, pero no se ponen de acuerdo sobre cómo se les debe llamar. A Raggi no le importa que le llamen sindaco (alcalde, en italiano), mientras que Appendino prefiere sindaca. El debate ha desatado la discusión sobre si hay que hablar también de ministras, un término que no se utiliza en italiano, pues se sigue recurriendo sólo al género masculino al hablar de las mujeres que ocupan este cargo.

Aunque se presentó como la candidata «antisistema» capaz de imponer la meritocracia en el Ayuntamiento para acabar así con la red clientelar que, a su juicio, había tejido durante años el PD, Appendino no se parece en nada a los manifestantes encapuchados y violentos que suelen asociarse con este término. La nueva regidora es por nacimiento y formación miembro de la alta burguesía turinesa. De 32 años recién cumplidos, estudió economía en la Universidad Bocconi de Milán, uno de los ateneos más prestigiosos de Italia y de donde sale buena parte de la clase dirigente económica, empresarial y política del país.

La tesis de licenciatura la hizo sobre las estrategias para entrar en el mercado chino, uno de los más importantes de Prima Industrie, la empresa de fabricación de maquinaria láser que tiene a su padre, Domenico Appendino, como vicepresidente ejecutivo. El presidente de la firma es Gianfranco Carbonato, líder de Confindustria Piamonte, la patronal regional. Gracias a esta ascendencia habría tranquilizado a los empresarios que no acababan de fiarse de dejar la ciudad en manos del M5E, una alternativa política surgida como protesta a los grandes partidos y fundada por el histriónico cómico Beppe Grillo.

Con estudios en Alemania, de donde volvió hablando alemán con fluidez, como le ocurre igualmente con el inglés y el francés (tiene también algunos conocimientos de español), Appendino tiene contactos en el principal símbolo de la ciudad, la Juventus, el club de fútbol más laureado de Italia. En el equipo bianconero, del que es aficionada, trabajó como becaria para completar su tesis de especialización dedicada a la gestión de los costes de un club de fútbol y, en particular, a la valorización de los jugadores. Este amor por el balompié, deporte que a veces juega, lo comparte con su pasión por correr. Antes de conseguir el acta de concejal en los anteriores comicios municipales, celebrados en 2011, Appendino trabajó en la empresa de su marido, Marco Lavatelli, dedicada a los complementos para la casa. En esta firma de los Lavatelli, la hoy alcaldesa se encargaba de la planificación del negocio y del control de la gestión en el paso de una generación a otra. Con su esposo, tres años mayor que él, la alcaldesa tiene una hija, Sara, un bebé de cinco meses, nacida el pasado enero cuando su madre ya estaba metida de lleno en la campaña electoral.

Al margen del partido

Aunque asegura sentirse muy cómoda dentro del M5E, Appendino ha sabido mantener su independencia y no meterse en las polémicas que han salpicado a su partido en otras ciudades que gobierna, como Parma. De hecho, a diferencia de su compañera de formación Virginia Raggi, nueva alcaldesa de Roma, la regidora de Turín no ha firmado el código del M5E según el cual se compromete a aceptar las órdenes de la dirección central. Appendino tampoco se pronuncia sobre cuestiones de política nacional: prefiere hablar de su ciudad y de temas locales. Sólo ha alzado la voz a la hora de criticar la construcción de la conexión ferroviaria de alta velocidad (TAV) entre Turín y Lyon, un proyecto apoyado por el Gobierno de Matteo Renzi pero que ha provocado una gigantesca polémica por sus elevados costes y los supuestos daños ecológicos que lleva asociados. Esta postura le ha granjeado el apoyo del colectivo No-TAV. También ha sabido ganarse las simpatías de los homosexuales al elegir como asesor al presidente de la principal asociación de gais, lesbianas y transexuales de Turín.

En su primer anuncio importante tras ganar las elecciones, la nueva alcaldesa ha dado señales de que no va a permitir que nadie le haga sombra. El día después del recuento de los votos le pidió a Francesco Profumo que abandonara la presidencia de la Compañía de San Paolo, la gran potencia financiera de la ciudad con su presupuesto de 140 millones de euros anuales.

Este organismo nacido en 1563 es el principal accionista de Intesa Sanpaolo, el banco más grande del país. El nombramiento del presidente de la compañía es potestad del Ayuntamiento, por lo que el regidor saliente, Fassino, eligió para este cargo a un hombre cercano al PD. Appendino le mueve ahora la silla a Profumo para poner en su lugar a alguien de su confianza.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios